Lo más valiente que he hecho fue continuar cuando quería morir.
Antes de ocurriera La Cuarta, antes incluso de la destrucción de Konoha a manos de Pain, nīsan solía decirme que no importa qué tanto quiera uno escapar de la oscuridad, que tan rápido avances, ella siempre estaría ahí, esperando por ti.
Hoy, muchos años después, recuerdo sus palabras y en lo correcto que estaba.
Si yo no hubiera intentado huir de ella, si la hubiera aceptado desde el principio, y la hubiera afrontado, creo que podría haberme ahorrado mucho dolor. O tal vez, no. No me gusta pensar en eso.
No creo en el destino. Ya no. El hombre que duerme a mi lado, completamente desnudo y expuesto, abrazándome contra él, abrazando mi oscuridad, es a quien yo elegí. No el destino. La familia que formamos, nuestros amados hijos, son el resultado de cada paso que dimos al frente y cada que retrocedimos.
Afuera una tormenta azota la aldea iluminando con sus relámpagos nuestra alcoba a pesar de que las cortinas azules cubren la ventana. Siempre me han gustado las tormentas (los relámpagos cegadores de poder y los truenos rugientes como una bestia feroz en una batalla de supervivencia). En el pasado alguien, no puedo recordar quien, me dijo que yo era como una ameonna, que la lluvia me seguía por siempre para no abandonarme jamás. Estaba en lo correcto. Pero aún ahora, después de tanta sangre derramada y tantas cicatrices, no me parece malo. Fuí una kunoichi, lo soy ahora, y lo seré hasta el día que muera ¿O no?
Con las yemas de mis dedos recorro las cicatrices que él tiene en el torso, todas ellas la marca de una victoria o una perdida, y me detengo en una que se encuentra a la altura del corazón. Su marca.
Dirijo mi vista a su rostro, a su frente, donde la marca de mi decisión, de mi maldición, se exhibe con un deje de orgullo impropia de ella.
—Duerme —me ordena él en un murmuró, sin abrir siquiera los ojos, tomando con suavidad la mano que acerqué a su frente para acariciarla.
—Hai —le digo es un hilo de voz. Siento como me aprieta más a él y cierro los ojos. Pero no duermo. Mis pensamientos viajan al pasado, a cuando La Cuarta concluyó y todo fue tomando un curso que no debió ser. El curso que amo.
❧ Ame Otoko/AmeOnna 雨男/雨女 → Literalmente quiere decir Hombre o Mujer-lluvia, y se refiere a la personas cuya presencia siempre va acompañada de lluvia o el mal tiempo.
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Decisiones que dejan marcas
FanfictionCuando La Cuarta Guerra Mundial Shinobi llegó a su fin los pecados del último Uchiha no fueron fácilmente olvidados. Encerrado por los ninjas que alguna vez consideró camaradas, libra una batalla interna contra el rencor a aquellos que siguen felizm...