Cuando Taehyung conoció a Jimin tuvo ese constante deseo de llamar su atención, aunque jamás pensó que una de esas palabras provocaría que este lo ignorará.
Pero... cuando Taehyung decide seguir los consejos de sus Hyung's ocasionará que Jimin empi...
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Kim Junmyeon es muy cuidadoso en todo, desde sus notas hasta su aptitud, pero con su celo era otro el resultado, en estos nueves meses (casi diez) no se había adecuado, el problema era que se adelantaba o atrasaba y nunca sentía los síntomas.
Como hoy por ejemplo, justo el día en que sus amigos estaban ocupados y su hermano faltó a clases por quedarse dormido, y lo peor de todo era que no tenía ni un maldito supresor.
Tal vez debió hacer caso a su madre cuando le dijo que no valla por qué sentía algo en su pecho, cosas de madre suponía.
Se estarán preguntando ¿Por qué no llama?.
La respuesta era que su bendito celular se había muerto, en definitiva recordaría cargar el aparato antes de dormir.
Con un suspiró se reclino más en el suelo del baño.
Ya sentía el calor extenderse por su cuerpo, lo bueno era que aún no se estaba auto-lubricando, tal vez podía salir y llegar a la enfermería, total a esa hora dudaba que alguien estuviera. Luego de esto no volvía a ofrecer su ayuda a algún profesor.
Tratando de calmarse, se levantó para poder salir del cubículo, pero al apenas poner una mano en el cerrojo se detuvo al oír la puerta del baño abrirse.
El miedo se instaló en su ser. Que si era un Alfa, prefería un Omega o hasta un Beta pero no un Alfa, estaba seguro que su olor lo había traído hasta los baños. Conteniendo la respiración con el cuerpo tembloroso se volvio a camuflar en el suelo.
"¿Hay alguien?" La voz del desconocido provocó un escalofríos en su espina dorsal.
Con sus manos cubriendo la mitad de su rostro tembló al escuchar como cada puerta era abierta. Hasta que de pronto el silencio reino, no sabía si el intruso se había retirado o si seguí ahí, pero nunca escucho la puerta de la salida abrirse, lo que significaba...
"¿Estas bien?".
Pegando un brinco del susto, trato de calmarse, decido tomó una bocanada de aire para comprobar si era Alfa, Beta u Omega, mala idea, de pronto su cuerpo reaccionó ante el aroma a limón, era un Alfa.
Un Alfa, pero no cualquier Alfa. Era su pareja destinada.
Con el corazón latiendo, miró la puerta.
Entre la cordura y el delirio, aspiro una vez más el delicioso aroma. Ahora comprendía su adicción al cítrico.
"¿Necesitas ayuda?" El pobre sonaba preocupada, o era su imaginación, "¿Estas bien?".
No.
Abre la puerta. Ahora! Ordenó su lobo.
Cual perrito obediente, estiró su mano alcanzando la cerradura, al abrirla empujó lo único que lo protegía del desconocido, grande fue su sorpresa al ver a un joven de cabellos azules, ojos adormilados, nariz algo grande, labios entre delgados y gruesos, y una mandíbula marcada.
