Parte 14: Él

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14- Él

**Soujun**

No, no, no....esto no puede estar pasando ¡¡es producto de mi imaginación!! El hombre que está frente a mí es el vivo retrato de mi esposo Starrk ¡¡es él en persona!! Su rostro afilado, la piel algo tostada, su melena ondulada rozándole la barbilla, esos ojos celestes tan hermosos que rivalizan con el color del cielo....la única diferencia que le encuentro con mi fallecido rey es que este hombre tiene poblada la barbilla por una perilla, algo que Starrk no solía llevar y tiene la cicatriz del corte en el cuello que mi esposo le hizo cuando se enfrentaron por defenderme. Por lo demás....es mi esposo...

-Starrk....- ruedo mis ojos poniéndolos en blanco por la impresión y veo como él me agarra enseguida antes de que mi cuerpo caiga al suelo.

-¡¡Oe! ¡Soujun!! ¡¡Majestad!!!-

Oh kami.... ¿cómo no me he dado cuenta antes? Hasta su voz es idéntica a la suya, pero con la máscara se la notaba más grave. He estado tan ciego...tanto...

-¡¡Sou!!!- abro los ojos de par en par al oír ese apelativo de mi nombre como nunca he oído pronunciar en labios de otro hombre. Cuando me doy cuenta de donde estoy, me veo tumbado en mi cama, vestido con mi yukata de dormir y las sábanas echadas sobre mis piernas. ¿Qué ha pasado?.... ¿ha sido un sueño?

-Dónde estás.... ¿Juglar? ....- me levanto despacio de la cama dejando arrastrar la manta por el suelo al tenerla aún agarrada con fuerza. -¿S...Starrk?....- nadie responde a mi llamada. La puerta de mi dormitorio sigue cerrada y eso me escama porque mi supuesto "guardián" siempre acude a mi llamada fielmente.

Me doy prisa en cambiarme de ropa y me pongo un kimono ajustado y forrado por dentro de pelo para ir sobre seguro y no coger frío. Voy a las caballerizas y yo mismo saco un caballo para montar e ir solo a la ciudad aunque con ello corra el riesgo de ser descubierto por mis semejantes.

Pregunto en varios sitios con discreción dándole detalles físicos sobre Lisa evitando decir que es una hechicera ya que como "bruja" terminaría en la hoguera enseguida. Veo como pasan por mi lado dos guardias de la Santa Inquisición que llevan a unos cuantos pobres desgraciados a la horca. Se me revuelve el estómago al recordar mi pasado y sigo caminando hasta un claro verde y cubierto de árboles donde hay una pequeña cabaña al lado del río. Abro los ojos de par en par al ver a Lisa tendiendo la ropa en una cuerda sujeta por dos palos y como su hijo, mi guardián, sale sin sus ropas de guerrero con un cesto en sus manos cargando varias sábanas blancas. ¡Dioses!! ¡Es que es él!!

-Madre ¿Por qué tanto lavar? Estoy harto de hacer estas labores-

-Pues no ensucies las sábanas con tus pensamientos impuros-

-¿ah? Solo uso las sábanas para dormir-

-Y las babeas para ser tan mayorcito. Vete dentro de la casa antes de que te vean-

-¿puedo echarme a dormir?-

-Por dios ¿Por qué me quedé con el hijo vago?-

-Sé que lo dices en broma vieja bruja- Lisa sonríe con cariño a su hijo el cual entra en la cabaña cerrando la puerta. La hechicera se queda paralizada en cuanto me ve cerca de su casa tras haberme bajado del caballo y haber echado andar hacia ella.

-Majestad....-

-Ahórrate las formalidades. Vengo a por la verdad, Lisa-

La mujer me hace una señal para que la acompañe a una zona más apartada de la cabaña. No quiere que mi guardián nos oiga y lo entiendo, así que accedo a sentarme sobre la hierba frente a ella mientras la oigo suspirar con lástima.

"Consorte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora