Capítulo 18

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(Rory)


Me encontraba en la biblioteca, sentado en el suelo rodeado de pilas y pilas de libros. A un lado los que había leído y al otro los que me iba a leer. Cuando escuché la puerta de la biblioteca, supe que era mi padre el que había entrado.

-¿Rory? -pregunto confuso.

-Estoy aquí -dije al tiempo que me levantaba con el libro que tenía entre manos- Mira.

Me acerque rápidamente a él para enseñarle lo que había encontrado. Le puse el libro en las narices.

-Mira. Es este libro hablan sobre humanos con hombreslobo. Dice que los humanos no son un impedimento para tener una descendencia de hombrelobo.

-Lo sé -dijo suavemente apartando el libro de su cara- ¿Qué estás haciendo aquí?

-Estudiar -dije lo más obvio.

-Creo que deberías de estar al lado de nuestra Luna, no aquí -dijo con tono solemne.

-¿Está bien? ¿Su pulso sigue...? -empecé a preguntar al tiempo que tiraba el libro al suelo con la intención de irme.

-Su pulso está bien -me interrumpió- Esta como el medico la dejo.

Suspiré de alivio.

-Entonces ¿A qué has venido?

-Tenemos pendiente una charla. Tu madre no me dejo interrumpirte ayer, pero creo que ya es hora de hablar seriamente.

-¿Qué pasa? -pregunte preocupado.

Mi padre no solía ponerse tan serio con los asuntos de la manada. Así que nos sentamos en las butacas de la biblioteca.

-Viendo que no sabías nada cuando cometiste la infidelidad...

-Solo fue un beso y no sabes cuánto de arrepentido estoy -le interrumpí- daría mi corazón si supiera que con eso ella viviría.

-Lo sé, pero nuestra Luna no dejara de estar mal por muy arrepentido que estés -baje la mirada ante sus palabras, no podía contradecirle, porque tenía razón- Lo que te venía a preguntar es ¿sientes algo? ¿El vínculo con nuestra Luna?

-Sí, pero... como si no hubiera nada al otro lado. No siento ninguna respuesta por su parte, ni pensamientos que se le escapen, ni las emociones, ni una pizca de nada. Es como dar contra una pared ¿Por qué lo preguntas?

-Porque en alguno de estos libros habla de esto...

-¿Cuál? -pregunte rápidamente.

-Eran tiempos de guerra cuando se perdió. Recuerdo que estaba escrito por una pareja de hombrelobo y humano, que había logrado sobrevivir a esta situación.

-¿Te acuerdas de algo? ¿Cualquier detalle?

-Me acuerdo que era un libo muy bien protegido y único en el mundo.

-No me refería a eso, sino al contenido.

-Lo siento. Pero lo que si se es que tu lugar ahora mismo no es aquí, es al lado de tu mate. Te necesita.

Desde que entre anoche en la biblioteca no había salido de aquí, sí que una de las doncellas me había preparado un tentempié pero había quedado olvidado en una esquina. No había salido desde entonces y no sabía en qué parte del día me encontraba ahora mismo. De vez en cuando iba preguntando a mi madre o a Bibi sobre el estado de Kelsey, pero siempre era que se encontraba estable.

-¿Cómo lo sabes?

-Es cuestión de lógica. Estas a punto de perder lo que, se supone, que más quieres en este mundo.

-No me pienso rendir. Por eso estoy aquí. Estoy buscando algo que me ayude, algo que me diga que tengo que hacer -acabe medio lloriqueando.

Me sentía penoso, débil y vulnerable. Mi padre y toda la manada podía sentirlo y eso inquietaba a todo el mundo. Nunca un líder se podía mostrar así. Porque entonces cualquiera aprovecharía para retarle y tenía todas las de perder.

Pero en este momento lo que menos me importa es eso. Lo que tiene toda mi atención en estos momentos es Kesley.

-Hijo, ningún libro de los que hay aquí te va a ayudar en este caso. No te voy a decir que no son importantes, porque estaría mintiendo, pero no para esto. Sí que los hay para entender mejor tu unión con nuestra Luna pero no para esto.

-¿Y qué hago? Si solo ese maldito libro que has mencionado antes tiene la solución y nadie sabe dónde está.

-Nuestra rivalidad con la manada WhipNightly se remonta a siglos...

-¿Por qué me explicas eso ahora? Eso ya lo sé -le interrumpí, estaba nervioso.

-Escúchame. Antes de eso convivamos como vecinos, en armonía o al menos aparentemente. Caímos en discusión y empezaron las guerras entre manadas. Ese libro en un principio no era nuestro, pero acaba en nuestras manos. En mi generación la manada WhipNightly volvió a atacarnos, consiguiendo el libro. Hablan de que verdaderamente les pertenecía a ellos y como la mate del anterior alfa era humana, Evangeline, tenía que estar en su propiedad.

Me quede callado escuchando las palabras de mi padre no me importaba mucho porque el libro se movía de una manda a otra. Solo estaba pendiente de quien lo iba teniendo en su poder.

-Evangeline, decidió que este libro no podía ser exclusivo de nadie y lo robo de su propia casa y se fue al pueblo. Desafiando a Jorge Griffin. Le puso un cierre que necesitaba dos piezas.

Ahora empezaba a entender que era lo que mi padre me estaba contando. Estaba totalmente seguro de que esas piezas eran las dos partes del camafeo. Las que tenían Angus Griffin y Kelsey.

-Para así tener, de alguna manera, una unión entre nuestras manadas. Todos pensamos que era una locura, pero fue la única solución que se planteó para acabar con la guerra y que no nos matáramos entre nosotros. El libro, nadie sabe quién lo tiene. Se rumorea que cuando unes los camafeos, de alguna manera, te indica el lugar del libro -continúo contando su historia- aunque todos sabemos que el libro está en posesión de Angus Griffin. Sino ¿Para qué tanta insistencia? Seguro que él también lo necesita.

-Entonces solo tengo que exigirle a Angus su mitad el camafeo y el libro ¿no? O por lo menos que me deje leer las hojas que me interesan -pregunte al tiempo que me levantaba para ir a buscarle.

-No están fácil. Aunque yo también estoy seguro de que las llaves son las piezas del camafeo, no lo sabemos con exactitud. Además, es imposible que Angus tenga la mitad del camafeo.

El misterio del camafeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora