Capítulo 1

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- ¡Corre Sara!.-Escucho detrás de mí. Haciéndole caso corro lo más rápido que puedo.

-Izquierda, derecha, ¡Izquierda!.- susurro para mí misma mientras observo a a la capitana del equipo contrario, Keri Rubyn.
Paso la bocha con rapidez entre sus piernas, ejecutando lo que se conoce como un "caño" e Intentanto pasar por su izquierda.

- Ni lo pienses- Dice y de repente estoy en el césped.- Te dije que no podrías pasarme y no lo vas a hacer "corredora".- ríe como cuál bruja.

Frunzo el ceño, la maldita perra me interpuso su palo. Es obstrucción, falta.

-¡Sara!, ¿Te encuentras bien?, ¿Te dijo algo?, ¿Puedes escucharme?, Dime cuántos dedos ves aquí- Dice Luci rápidamente, levantando cuatro dedos. No entendí la mayor parte de lo que dijo así que solo me limito a asentir con una sonrisa.
Lucía Vázquez, mi amiga y atacante igual que yo, su manera de manejar el palo como si fuera una maldita espada es única, quita la pelota con demasiada rapidez, pero que eso no te engañe, es un cielo cuando la conoces, siempre está dispuesta a ayudar a los demás.

Estaba por responderle cuando algo o más bien alguien me interrumpe.

-¡ENANA DE PACOTILLA QUE TE DIJE QUE HICIERAS! - Dice Maya fuertemente, mientras me golpea con el palo varias veces.
Maya Acosta, una excelente capitana y amiga, atacante y estratega. Su manera de mostrar afecto es rara, si te golpea con su palo de hockey es porque realmente está enojada contigo o por qué no le salió todo como ella siempre planea, pero si te pega una bofetada es por qué le agradas.

-¡Perdón!- dije mientras me sobaba la cabeza- Pensé que la podía pasar- bajé la mirada a mis pies.

-¡IDIOTA! Sabes que si puedes pasarla, nadie te Iguala en cuanto a rapidez, pero sabes cómo juegan Las Ninfas.- Maya me mira.

Tiene razón, este equipo tiene 128 victorias y 5 derrotas, pero no es porque son imparables.
Su modo de jugar es distinto, sucio, "casualmente" antes o en el partido la jugadora estrella se lesiona o desaparece. Son muy discretas. No valdría la pena decirle nada al árbitro y si no sonó el pitido del silbato ya, es por qué no vio la falta.

Pero acá no hay una sola estrella somos muchas. Luci protegiendo la pelota a toda costa y quitando, Maya realizando jugadas y rutas, ella es el cerebro y clave del equipo, planeado y amenazando antes del partido, y yo, Sara Kobayakawa, anoto los goles corriendo a la velocidad de la luz.
Juntas somos el "trío de oro" de Las Leonas.

Volviendo al partido es Salida Lateral para Las Ninfas. Me colocó detrás de una jugadora esperando a Luci.

-¡¡SEÑORAS Y SEÑORES, SALIDA LATERAL PARA LAS NINFAS, KERI RUBYN NÚMERO 5 SE PREPARA PARA SACAR!!- Se escucha por los altavoces de la cancha.

Sostengo con firmeza la empuñadura de mi palo, esto va a ser más difícil de lo creí.
Keri toca la bocha comenzando una conducción, en otras palabras carrera, decidió no pasarla a ninguna de sus jugadoras.

Luci pasa por mi lado, trotando, se le coloca en frente a la capitana de Las Ninfas, dando inicio a una batalla por la bocha.

-¡¡VAMOSS LEONAS!!- Escucho los gritos furtivos de la tribuna.

Mi atención se dirige hacia la portería.
Un poco más y llegamos al arco.
Un poco más y nos vamos a Japón.

-¡ENANA SOPENCA NO TE LA PASES DE DISTRAÍDA Y VE POR BOLAA!- Grita Maya con todas sus fuerzas haciendo que me centre de nuevo en la bocha.

Corro hacia ella esquivando a las jugadoras del equipo contrario que tienen el mismo objetivo que yo; Ganar.

¿Y si ellas ganan? Vamos perdiendo por un punto.
Sacudo la cabeza intentando despejar esos pensamientos, mi equipo se esforzó demasiado para llegar hasta acá, no dejaré que unas tramposas vayan al campeonato de Japón, no señor.

No sé en qué momento llegue a la bocha. Pero...

-¡VE Y CORRE COMO LEONA, SEE!- dice Maya o más bien grita haciendo que me llené de ánimos, y parece que no sólo a mí ya que la gente estalla.

Pongo mi máxima concentración en la bocha y la defensa del equipo de Las Ninfas. Corro con mayor velocidad.

-No frenar, pasos cortos- digo en mi mente.

De pronto todo se mueve muy lento, parpadeo. Increíble esto no me había pasado hasta ahora.

Rebasó a las defensoras con facilidad, no me había dado cuenta que deje a todas atrás hasta ver la portera y yo, solas.

Frunzo el ceño, se mueve demasiado lento, busco un hueco rápidamente y realizo un push con todas mis fuerzas.

Caigo al césped. Siento el silbato del Árbitro.

- ANOTACIÓN- el público grita enloquecido.

Sonrío, cierro los ojos y de pronto todo se vuelve negro.

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