CINCO.

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POV PRESCOTT

Eliza tan blanca que me volvía loco, solo provocaba querer hacerle unas cuantas marcas rojas en ese cuerpo tan b bonito  y  tan pequeño  que tenía, siempre era tan recatada que ahora me daba ganas de arrancar esas ropas suyas en la oficina cuando entraba por la mañana con mi desayuno, ahora sería difícil verla con esa ropas que usaba sin poder recordar el vestido que le quedaba como una segunda piel.

Ya avia pasado demasiado tiempo donde lo único que pensaba era en como acercarme sin que me viera como su jefe o si que me temiera a la hora de hablar, la quería para mi  y cuando por fin la tuviera en mi cama tal vez después de eso la votaría, después la despediría para evitar problemas y malos entendidos, cuando pensé que era mi hora de actuar tal vez algunas copas me ayudarían.

Camine a pasos lentos hacia ella  esperando a que se diera cuenta de mi presencia, ella estaba en una mesa parecía aburrida pero su rostro  paso a uno emocionado y mirando hacia la entrada del salón  y cuando me acerque a allá el chico que siempre estaba con ella, venia caminando mejor dicho corriendo hacia ella pero se detuvo cuando me pare enfrente a ella para así poder captar su atención.

- Señorita Eliza - saboree su nombre en mis labios - está usted hermosa esta noche -  era cierto lo que decía, ella estaba preciosa y caliente pero no se lo diría  así como lo pensaba 

- Gracias... señor - dijo pensativa  como siempre y eso me encantaba.

- ¿Viene acompañada ? - deseaba que no.

- Si... - fue lo único que dijo y yo maldije por dentro

Me despedí con un asentimiento de cabeza y salí hecho una bala de esa mesa sola por que estaba cabreado y ni siquiera sabia por que si ella no era nada mío,  más que mi empleada y también eso me molestaba. que no tuviera ningún vínculo conmigo  y que ni siquiera me diera una hermosa sonrisa, me reprendí a mi mismo por pensar en esa tontería y más con una busca fortunas como ella todas son así por eso solo me divertía con ellas , era solo sexo sin ataduras eso es lo que yo buscaba.

 Avía pasado tanto tiempo viéndola desde el otro lado del salón que ni siquiera tomaba atención de lo que decía mi acompañante de esta noche asta que me empezó a jalonear mi saco odiaba esas actitudes más si lo hacían con mi ropa de diseñador, se abia dado cuenta que yo veía a mi asistente, me molestaba que las mujeres me hicieran escenas en público  y que se metieran en mis asuntos la mayoría eran así, todas eran iguales.

- Que tanto le ves a esa trabajadora - me dijo con su molesta voz chillona, no Asia falta contestación ya que ella sabía que Eliza me interesaba se abia dado cuenta de eso, no le debía explicaciones a ella ni a nadie siempre todo lo que hacía o decidía  eran cosas mías  y  no le tenía que decir a nadie lo que hacía o pensaba 

- No te importa - le dije irritado de su actitud tan infantil para Eliza 

- Me estoy aburriendo - dijo acariciando mi brazo - por que no vamos a un lugar mas privado a tu departamento estaría bien.

Me estaba empezando a hartar tenía negocios que hacer así que si quería se podía  largarse ella sola, mi iba a quedar sin diversión esta noche pero hera mejor que estar aguantando su actitud tan de mal gusto  no me interesaba si tenia en que irse solo quería que se alejara de mi.

- puedes irte si no estas gusto - dije irritado mirando a donde estaba Eliza y su maldito novio

- pero vine en tu  coche - sonó indignada- ¿Cómo regresare a casa?

ALGO INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora