Prescoth.
Avían pasado muchas cosas en tan solo un mes, avia regresado a mi casa me abia ido de parís, con una sola intención, resolver mis asuntos de trabajo en mi empresa que aunque no me gustara era lo mejor para mi, unir empresas a trabes de un matrimonio era completamente normal en la vida de los ricos que eran capases de hacer tal cosa con sus hijos, en esta ocasión no seria diferente, me casaría con la hija de mi socio Sofia, quería sentar cabeza pero no con esta puta que solo quería dinero de mi pero ahora era mi única opción.
Mi matrimonio con Sofia duraría muy poco para nosotros pero lo suficiente para que su padre confiara en mi y me cediera la presidencia de su empresa, decía que conocía a su hija, que era un amor de persona y que no rompe ni un plato pero su padre todo lo que le veía de buena mujer lo tenía de buscona ya me avia dado cuenta en ocasiones donde ella sola se delataba sola, tenía buenos amigos como les decía ella lo único que quería de ella lo tenía y eso era su padre así que cogiera con quien quiera mientras no lo hiciera en público para afectarme ami claro esta.
Nunca deje de pensar en ella como la chica que avia puesto mi mundo al revés para bien pero después de un tiempo la vocecita en mi cabeza me decía que pensar y que todo lo bueno que yo conocía de ella estaba mal, empezaron los malos pensamientos sobre Eliza la perra que me dejo por ser una cobarde, ella era una mala mujer con la que me costaba de vez en cuando, me acostumbré muy rápido a dejarla asta el último minuto de mi día a día aunque eso era bueno por que ya solo era una vez al día y no a cada minuto.
Teníamos que planear tan rápido como se pudiera la boda ya que ella a sus amistades ya les avia dicho que en unos meses nos casaremos, le dije a la maldita que esperara un poco pero le fue con el drama a su padre y ahora seria en unos mese y no en un año como lo avia planeado su pretexto fue que le dijo a sus malditos amigos que se lo pedí de la manera mas romántica de todo el mundo, la verdad era que cuando le di el anillo, fue de una manera manera poco romántica y aunque a ella no le gusto, me importaba una mierda lo que deseara ella, para mi ella era como una obligación.
Estaba en la oficina hablando con un inversionista pero igual de importante que yo en el mundo pero que estaba al borde del retiro aunque todavía atuviera en edad, quería que su hijo espesara a hacerse cargo de todo, solo por que el era el único heredero pero el hijo no quería en este momento así que estaba preocupado de saber quien se quedaría al mando no me importaba mucho su vida personal pero la verdad era que lo escuchaba solo por que teníamos negocios en común y la verdad no me daba mucha curiosidad por saber la verdad.
Pasaron las horas en la oficina y pronto llego el momento de irme a casa, la verdad no me agradaba la idea solo porque para mi mala suerte Sofia quería mudarse a mi departamento para que la prensa no dudara de nuestro noviazgo pero yo era muy duro con ella, le decía que solo estaba por negocios con ella, que no me gustaba y es que no podía evitar ser muy déspota con ella era como mi humor cada vez que estaba a su lado, no podía evitarlo yo le advertí cuando la estúpida quiso estar conmigo en un solo cuarto juntos, ella sufriría tanto como yo en este matrimonio.
Se abrió el asensor, entre con pasos lentos desabrochando la corbata, eran las ocho y treinta de la noche, todavía estaba la señora que me hacía la cena así que le pediría que me hiciera una cena ligera para después irme a dormir a mi habitación para dormir y no despertar hasta el mediodía por que mañana era viernes y la verdad no me apetecía ir a trabajar, entre a mi cuarto desnudándome si verlo solo camine al baño para darme una ducha, le avia dejado dicho a la señora de la comida que me hiciera la cena así que me la dejaría en el ornó y se iría de mi casa y yo solo lo comería y me iría a la cama, estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no escuche que la zorra avia entrado en la ducha conmigo por que me abrazo por la espalda suponía quien era así que no se me hacia raro que quisiera enredarse conmigo en cualquier oportunidad que tuviera.
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ALGO INESPERADO
Short StoryCuando nos conocimos, algo en el interior de ambos cambio y, fuera lo que fuera, hacía que nos necesitáramos el uno al otro. por razones que desconocía, yo era su excepción, y, por mucho que hubiera intentado luchar contra mis sentimiento, el era l...