Todos los personajes pertenecen a la obra de Sailor Moon e Naoko Takeuchi.
Esta historia la escribí hace años, todo lo escrito es producto de mi imaginación.
Contiene lemon fuerte.
Estaba en mi cuarto frente a mi computadora googleando sobre sueños eróticos, me sorprendió la cantidad de casos como el mío hay. cuando me suena el celular. Era Rei para que la acompañe, pero me negué esta vez. Quería saber si lo que sueño son fantasías mías o si las leyendas del Matasfan son ciertas, y yo soy su víctima. Pero por más que busco información de este no sale nada.
Cansada me tiro un rato a la cama.- Suelten me.
Gritaba. Mientras intentaba escapar de mi captor. Me llevo a una oficina donde un tipo de traje de dos piezas negro con corbata negra y camisa blanca reluciente. Observa fijamente a mi.
El que me lleva frente al escritorio golpeando mi cadera.
- Dime en donde esta el Gosh. Y no te haremos daño.
En un tono gélido. Que me asusto.
- No lo sé.
- Contesta su pregunta. Señorita. O yo me encargó de hacerla feliz.
Me apoya su dureza en mi trasero refregándola.
- No piensa en contestar. Muy bien. Llevarla a celda amarilla.-grito fuertemente.
- Pero yo quería hacerla feliz.-contesto apagado.
Llevada por el guardia esposada por un laberinto de pared de piedras sucias de sangre y pintadas marrones. A medida que avanzaba por el lugar, quien sabe a donde, en el camino sentía que me venía arcadas por el olor nauseabundo.
Al llegar a una puerta roja, el me empuja a lo bestia.
-Oye, tu no sabes tratar a una mujer. Suelta me.
Sonríe con un a media sonrisa. Coloca mis esposas hacia arriba. Para luego vendar mis ojos y taparme la boca. Trate de gritar en medio de oscuridad, pero no salia.
Cuando me gano el cansancio. Se me puso la carne de gallina, al oír esa risa, con el ruido de la hebilla de un cinturón en el suelo arrastrado. Se desbocó el corazón y le costaba respirar.
Algo desgarro su camisa y short. Cayeron a piso. Una mano acarició mi espalda, al llegar a mi trasero lo apretó con fuerza clavándole sus uñas. Corrió un poco mi tanga, para meterme lentamente, creo que un dedo. Contuve el aliento. Empezó a acometer con fuerza. Una punzada de dolor que se desvaneció inmediatamente por el placer que me dio. Luego sentí que metió una mano entre mis muslo acariciando mi clitoris. Cuando ya estaba llegando al clímax, se detiene. Me aprieta los pechos desde mi espaldas, agarra las tiras del costado de mi tanga.
- Ahora verás- replico él con la voz ronca, y su aliento en mi cuello.
Posa sus manos en mis caderas empujando hacia él.
- Mmm…-quise gritar de dolor por la violenta entrada de mi interior, un dolor sobrenatural.
Nos quedamos unos segundo así unidos, yo alojando su miembro dentro de mi. Para que luego lo saque volviendo meterlo pero con más fuerza. Un mundo de sensaciones pude sentir. Más acometía, más salvaje era dentro mio. Al llegue a tener muchos orgasmos incluso más que si hubiera con Seiya. Cuando me llena de su semilla dentro de mi interior, al salir siento como de mi sexo sale nuestros fluidos bajando por mis piernas.
Mis pies dejan de tocar el piso para estar colgada en el aire. Puedo sentir con un brazo agarra mi cadera y que la punta de su sexo roza mis pliegues. Con un empujón entra de nuevo, quedando mis piernas en el aire. Una y otra vez entra y sale llevándome las mil y unas estrellas del placer. Caigo de golpe en el frío piso, como un cuerpo inerte. Me saca la venda de la boca.
- Ahora dime en dónde esta el Gosh- le dijo en un tono gélido- Esta vez no tendré compasión. Vamos Serena. Dilo.
- No lo sé- susurro. Temblando de miedo.
Vuelvo a estar colgada en el aire, sin que mis pies toquen el piso.
- Pues si no quieres decirlo.
Me vuelve a tapar la boca. Siento como mis piernas sueltas algo se apoya, sospecho que sus hombros. Comienzo a sentir su aliento cerca de mis pliegues, con su lengua juega con mi botón un rato, para luego ser remplazado por su dedo. Unos minutos después siento la invasión de su lengua retorciendo de placer. Ya estaba llegando al clímax, para. Caigo contra el piso de nuevo.
- Dilo Serena, en donde esta el Gosh.
- No lo sé.
Me vuelve a tapar la boca, pero esta vez puedo sentir su aliento en mi oreja.
- Muy bien no quieres hablar. Mejor para mí.
Pasa su mano desde el cuello hasta la parte baja de mi espalda como un acaricia suave, provocando un escalofrío todo en mi. Como un mal presagio. Siento como se detiene a la altura de mi nalga, con sus manos magrea una cada una primero suave para luego intensificar con más fuerza. Se detiene.
- Mmmffgg.
Inserta su miembro en mi ano, sin lubricar, con una violencia que me hizo ver las estrellas.
- Te lo dije. Por no hablar. Esto es solo el comienzo.
- Mmmffgg.
Comenzó a bombear sin contemplaciones sobre mi.
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El Matasfan
FanfictionSerena Tsukino una simple empleada, por las noches tiene pesadillas con el Matasfan, y encima el amor de su vida se casa con otra.