VI

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Para cuando Namjoon llegó, entrando con sus propias llaves, Jin estaba poniéndose tiritas en los cortes de los dedos. No eran muy profundos, más bien superficiales, pero eran molestos. Salió a recibir a Nam, que se le abalanzó, abrazándole. Sorprendido, Jin retrocedió unos pasos, con Nam aún abrazado a él. Sonrió,poniéndole los brazos al cuello. Se puso de puntillas para llegar a sus labios. Tenía pensado que fuese solo un pico, pero notó como Namjoon separaba sus labios y le pegaba más a él. Podría haber bailado de alegría mientras jugaba con sus lenguas. Se subió a Nam, sujetándose con las piernas detrás de su espalda, y él le agarró con fuerza. Jin le enredó las manos en el pelo, como llevaba media vida queriendo hacer. Genial. Todo era igual de genial que como se lo imaginó, o incluso mejor. Nam se había acercado al sofá, tumbándole sobre él y poniéndose encima. Se separó y empezó a besar a Jin por el cuello, mordiendo de vez en cuando.

–Ni siquiera te has quitado los zapatos... Ah~ –. Namjoon acababa de moverse un poco, haciendo que sus erecciones se frotasen ligeramente. Además, lo había acompañado con un mordisco un poco más fuerte de lo necesario. Notó como le agarraba los pantalones para bajárselos, y le paro las manos, negando con la cabeza. La mirada de Namjoon bajó a sus manos.

–Jin,¿te has...? –Preguntó con preocupación al ver las tiritas de Bob Esponja que adornaban sus dedos. Jin negó con la cabeza de nuevo.

–No te preocupes, cariño –. Se echó sobre él, obligándole asentarse, quedando él sobre sus piernas –. Puedo darte lo que necesitas –. Se acercó a su oreja –. Pero, solo hoy, por ahí no– susurró. Le quitó la camiseta, besándole de nuevo. Quería grabarse a fuego la suavidad de sus labios. Le empezó a desabrochar el pantalón, y cuando se arrodilló en el suelo le bajó también los calzoncillos. Se metió entre sus piernas, acariciándole los muslos, y no pudo evitar sonreír.

En cuestión de mamadas, a Jin se le podía considerar un genio. Era capaz de hacer correrse a un chico en apenas tres minutos sin ni siquiera metersela en la boca. Contando con su boca, podía cepillarse a cualquiera en menos de treinta segundos. Pero, como todos sus avances con Nam, quería tomárselo con calma, exprimiéndole poco a poco. Hacerle perder la conciencia. Hacerle suplicar. Y no para hasta que se corriese. Con ese plan en mente,empezó a metersela en la boca. Solo la punta, lamiéndola levemente. Sabía que, si quería hacerle enloquecer, tendría que ir despacio. Nam gimió, motivándole a seguir. Se acercó, metiéndola mas. Los gemidos de Nam continuaron. Su mano empujó la cabeza de Jin, metiéndosela entera y de golpe. Ligeramente sorprendido, Jin tragó saliva, haciendo que los músculos de su garganta le masajeasen la corona de "eso" a Namjoon. Ese chico merecía un castigo por ser tan brusco. Le mordió con cuidado mientras continuaba moviéndose. Namjoon gemía, y lo que mas le gustaba a Jin era que estaba diciendo su nombre. Bueno, estaba diciendo Hyung. Hyung. Hyung. Hasta que se le escapó un "Hyungmin". Una lágrima rodó por su mejilla, pero continuó. Casi había acabado la tarea (la cual le había tomado veinte minutos enteros) cuando Nam le notificó que se iba a correr. Jin casi puso los ojos en blanco. "Ah, ¿si? ¡No me digas! Como si tus gemidos no me lo hubiesen avisado ya...". Notó un sabor salado en su boca. No era muy denso. Si hubiese podido sonreír, lo habría hecho. Era el liquido preseminal. Namjoon estaba sucumbiendo a él. A pesar de que sabía lo cerca que estaba Namjoon de correrse, y el desagradable sabor que tiene el semen, no se la metió hasta la garganta para no saborearlo. Quería vivir la experiencia completa. Dejó que la leche de Nam le llenase la boca, tragándoselo poco apoco, ante las quejas de Nam de "¡No! ¡No hagas eso!". No le dejó separarse hasta haberse tragado hasta la última gota.


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Con Jin entre sus piernas, Namjoon gimió. Sabía perfectamente que estaba diciendo Hyung, pero ni quería ni podía parar. Lo único que salía de su boca era:

–Ah~Hyung~ di-dios~ Hyung~ –. Su móvil vibró sobre el sofá, a su lado. Era de un tal "mi niñita♀♥" . Hyungmin. Eso pensó y eso dijo. Solo lo dijo una vez, pero pudo sentir una pequeña pausa en el ritmo de Jin. Como... ¿¡Cómo se le ocurría decir Hyungmin?! Continuó diciendo Hyung, pero sabía que el daño ya estaba hecho.

–Ah~H-hyung~me voy a co~rrer –. Jin no paró, y Nam continuó gimiendo. En cuanto notó que eyaculaba, intentó alejarle, sin éxito. Le estaba exprimiendo como a una naranja. Le... asqueaba saber que Jin se lo estaba tragando. No le importaría tragarse él lo de Jin, ni que Jin se lo tragase de otra persona, pero el suyo... Seguro que sabía horrible, y que Jin estaba desando que acabase de una vez por todas. No llegaba a comprender por que a Jin no le desagradaban estas...experiencias, o aventuras, o como quisiese llamarlo. Namjoon no se consideraba a si mismo un chico guapo. Sabia que tenía otras virtudes, como su cerebro, pero su físico simplemente le asqueaba. A la mínima que trotaba un poco para no llegar tarde, sus gemelos y sus piernas excesivamente grandes se ponían como si fuese un atleta de élite que llevaba entrenando mil siglos. Y su tripita, por el otro extremo, no se convertía en abdominales por muchas elevaciones de piernas que hiciese. Y su cara... bueno, su cara era un caso perdido. Era simplemente penosamente feo. Y odiaba sus ojos sin doble parpado y sin casi pestañas. En realidad, él envidiaba mucho a Jin por eso. Por su físico majestuoso, su cara perfecta, y sobre todo sus ojos profundos y oscuros. Era simplemente perfecto en todo. Y además era tierno y dulce y majo... Era... Perfecto. Simplemente perfecto.


mejores amigos (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora