VIII

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–No puedo convencerte de que no deberías dormir aquí, ¿no?

–Jin, estás literalmente arropándome – contestó Nam. Jin sonrío.

–Bueno, me voy a dormir al sofá. Que pases buena noche y no abras el cajón de abajo del todo de la mesilla –. Tapó un poco mas a Namjoon con la manta y se dio la vuelta, caminando hacia la puerta.

–¡Espera, Jin! –Jin se volvió –. Me preguntaba si querrías dormir aquí.

–¿Dónde?¿En el suelo?

–No...En la cama... Conmigo... Como hacíamos a los trece años –. La sonrisa de Jin se hizo mas amplia ante la casi tartamudez de Nam.

–Claro, cariño.

֍֎֍

Jin hacía cualquier cosa por todo lo alto, con el mayor ruido posible. Menos caminar. Podía caminar sigilosamente por una habitación llena de platos rotos con zapatos de claqué. En realidad, Jin era capaz de hacer Origami sin ni siquiera hacer ruido al doblar el papel. Pero, hablando en plata, se la sudaba si era ruidoso. Aunque el caminar como un felino le salía solo. Cuando iba descalzo, era casi indetectable. Andaba casi sin rozar el suelo con lo pies, con cuidado, y sin ni siquiera pensarlo. Por eso, fue inesperado para Nam cuando entró con sus silenciosos pasos, con un pijama de cuerpo entero con solo una manga puesta. La mitad de su torso, su cadera,cintura, pelvis y casi toda la espalda al descubierto, peinándose con las manos. Su pezón al aire libre simplemente incitaba a Nam a morderlo.

–Jin, joder, ¿por qué yo? – Le preguntó mientras se ponía la otra manga del pijama –. Podrías estar saliendo con Brad Pitt, Matt Damon y Leonardo DiCaprio al mismo tiempo si quisieras. ¿Qué coño ves en mí?

–La verdadera pregunta, Nam, es ¿por qué narices querría salir con DiCaprio teniéndote a ti? –Se sentó a horcajadas sobre él, subiéndose la cremallera del pijama.

–Porque es guapo, rico, y está mil veces mas bueno que yo.

–En eso te equivocas –. Sonrió –. Él será rico, eso no te lo niego, pero tú eres mas guapo y listo que él.

–Seguro–. Miró hacia otro lado.

–No me crees –Afirmó Jin, algo molesto –. Me encantan tus piernas. Me parecen súper sexys. Sé que tú las odias. Y me encanta que siempre tengas respuestas para todas mis preguntas. Que nunca dudas. Que proteges a todos a tu alrededor sin ni siquiera darte cuenta. Y eres el único chico que conozco que casi me iguala en cuestión de labios.

–Nadie se acerca a tu nivel. Tus labios son casi del tamaño de África.

–Lo sé, pero esto no es sobre mí. Es sobre ti y tu jodido cuerpazo que no aprecias.

–¿Cuerpazo?–Nam casi se levanta de un salto al oír eso.

–¡Si!¡Cuerpazo con todas las letras! ¡En mayúsculas! ¡Tienes un CUERPAZO! – Sonrió más –. De verdad, no te imaginas lo mucho que me pones... Siempre tengo que llevar vaqueros, y si te veo tengo que pensar en patitos para no empalmarme. Eres tan jodidamente sexy... muchísimo más de lo que imaginas. Mil veces más que Matt Damon. Le das mil vueltas. Diez mil vueltas. Diez mil millones de vueltas.

–Estás diciendo números muy grandes aleatoriamente –. Jin le puso un dedo en los labios para callarle.

–Un solo número más y pierdo mi erección. Y no queremos eso, ¿no? –Se movió ligeramente sobre Nam y el sospechoso bulto de debajo de la manta, haciéndole gemir. Sonrió ante sus gemidos –. ¿Por que tienes esto, Nam, si no te gustan los chicos? Creo que tengo un diagnóstico para ti – se acercó a susurrarle –Eres heteroJinsexual. Te gustan las mujeres y Jin.

–Joder, Jin, por favor, acaba conmigo de una vez. Hazme correrme.

Jin le quitó la manta, aprovechando para desabrocharle los botones de la camisa. Abrió el cajón de abajo del todo de la mesilla y sacó un condón. Bajándole el pantalón de pijama a Nam, empezó a ponérselo.

–Jin, puedo ponérmelo sol... –Jin le cortó.

–No, cariño, no hagas nada –. Acabó de ponérselo y se bajó la cremallera del pijama –. Te voy a hacer sentir en el cielo, donde deberías estar, ángel –. Dejo caer al suelo su ropa, subiéndose sobre Nam y metiéndoselo. Empezó a gemir, botando levemente, acompañado por Nam.

–Ah~,Jin~ –. se agarró a la sábana con fuerza –. Podría correrme ahora mismo.

–No~,no~ lo hagas todaví~a –. Botaba más rápido, jadeando y gimiendo.

–No puedo~ aguantar –. Estaba yendo demasiado... no sabía como explicarlo. ¿Dulce? Puede que sea esa la expresión que buscaba. Era simplemente maravilloso. Muchísimo mejor que cualquier chica. ¿Pero qué estaba diciendo? Jin no era una chica. Jin era su mejor amigo. Su amigo con derechos. Quería a Jin. ¿Amaba a Jin? Sí. Amaba a Jin. Gimió de nuevo, embriagado por ese nuevo descubrimiento. Jin lo aprovechó, haciendo movimientos más ondulados. Nam notó una pequeña sombra de dolor en sus gemidos.

–¿Te due~le? ¿Jin? –Jin negó con la cabeza, continuando sus movimientos.

–E-eres muy grande. Duele~ un poco~ –Aceleró un poco, impidiendo a Namjoon pensar en cualquier otra cosa que no fuese el placer. Jin fue controlandole, no demasiado, lo justo para coordinar sus orgasmos. Se corrió en su abdomen, jadeando y dejando que él se le corriese dentro. Jin se concentró en detectar si el condón se había roto. Tenía tan mala suerte que siempre que montaba a un chico, se le rompía. Pero, por suerte, el condón seguía intacto. O, al menos,era lo que sentía él. Nam seguía gimiendo aún después decorrerse. Jin se bajó de él, sentándose en la cama.

–Voy a por toallitas para limpiarte, no te muevas –. Se levantó y fue al baño, cumpliendo lo que acababa de decir. En el baño, aprovechó para revisar que él no se había roto y sonrió. Así que Nam se dejaba montar... Se dejaba ser controlado... ¿Le gustaría a Nam que las chicas le montasen? Jin no pudo alejar esos dolorosos pensamientos de su cabeza. ¿Le habrían hecho muchas mamadas antes? ¿Le gustaba mucho ir encima o prefería que la chica tuviese el control? ¿Le habría dado por culo a alguna chica? No. Seguro que no. Probablemente si. No podía preguntarle a Nam eso. No era de su incumbencia.


<수싀>

mejores amigos (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora