mejores amigos (Namjin)

X

Namjoon le estaba explicando a Jin como resolver un sistema de ecuaciones lineal con tres incógnitas. Como estaban en la biblioteca, estaba escribiéndolo con fórmulas, poniendo flechitas con aclaraciones en todos lados. Siempre que iban a la biblioteca, como no podían hablar, Namjoon sacaba una hoja y escribía "comunicaciones". A raíz de eso, siempre que Jin hacía un ejercicio, hacía un cuadradito al lado y ponía "preguntas para Joonie". Algunos ejercicios no tenían preguntas, otros tenían la caja llena. Nam iba poco a poco contestándolas todas cada domingo. Ese día, estaba igual de sexy que siempre, con unos vaqueros apretados (no por moda si no por que los tenía desde los siete años) y una camiseta arremangada hasta los codos. Una chica en el asiento de enfrente llevaba mirándoles media hora, dirigiendo su mirada más por debajo de la mesa a Nam, y parecía adicta a los labios y las manos de Jin. Aunque Jin no era consciente de esto, concentrado en apreciar a Namjoon. Pegó su pierna a él por debajo de la mesa. Él le miró de reojo y devolvió la vista a el papel donde escribía su explicación. Viendo el poco caso que Jin le hacía a sus fórmulas, susurró.

–Jin, es muy fácil, solo tienes que fijarte en el nu... me... ro –. Jin había apoyado su mano en su mejilla, y le había girado la cabeza hacía él. Se estaba acercando a sus labios lentamente, y Namjoon no pudo mas que imitarle ante la visión de sus labios. Se fundieron en un cálido beso, dejando que la chica de enfrente mirase. En ese momento, tachó frenéticamente los corazones garabateados en la esquina de la hoja. La feliz pareja, a lo suyo, simplemente continuaban con el beso. Era dulce, era tierno, familiar. A Nam le gustaba. Le gustaba como besaba Jin. Le gustaba Jin. Amaba a Jin.Podría cogerlo y empotrarle contra la pared en ese mismo-

No. No podía hacer eso, pero no por falta de ganas. Ese día ni siquierase acordaba de lo que iban a hacer. No quería hacerlo. Quería estar con Jin y que su única actividad fuese estar con Jin. Concentrarse en Jin. Estaba muy confundido, no le gustaban los chicos, pero le gustaba Jin. Era... su ¿primera relación homosexual? ¿Era una relación? No lo sabía.

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–¿Qué te gusta? – Preguntó Nam, con Jin tumbado sobre él.

–Mhhh...las croquetas de jamón.

–¡No, eso no! –Rió, meciendo levemente la cabeza de Jin con sus risas –. Me refiero a qué te gusta hacer.

–Cocinar.

–¡Tampoco eso! ¿Qué te gusta que te hagan?

–Mamadas.

–¡Jin!

–¿Qué? Formula bien las preguntas y yo las respondo bien.

–¿Qué te gusta que te hagan en esta situación?

–Mhhh no sé... Un beso me ayudaría pensar –. Levantó la cabeza del pecho de Nam, mirándole. Nam sonrió y le dio un pequeño beso sobre los labios –. Eso no es un beso –. Le mordió el labio inferior, reclamando su beso. Nam achinó los ojos, mirando a Jin con rencor, pero aún así le dio lo que pedía.

–Me gustan... las croquetas –. Sonrió ante la mueca de exasperación de Nam–. Los besos, besos de esquimal, oír tu respiración... Las caricias –. Agarro las manos de Nam, que reposaban sobre su cintura y las movió hasta su pelo, guiándolas por sus curvas. Bajando por su nuca, subiendo en el leve relieve de sus hombres, la suave cuesta abajo de sus lumbares, seguida de la subida de su trasero y bajando de nuevo por sus muslos.

–¡Hey, eso me gustaba! –Nam volvió a subir hasta el culo de Jin y lo apretó. Jin sonrió.

–Es todo tuyo.

–Jin...Quiero que seamos novios. Cortaré con Hyungmin –. Jin volvió alevantar la cabeza, sorprendido.

–Pero si decías que no eras gay.

–Soy heteroJinsexual, ¿Recuerdas? –Sonrió –. No lo sé. Sé que me gustas tú –Jin se levantó, sentándose a horcajadas sobre él. Pero, para desilusión de Nam, se bajó de él y se levantó.

–Si sigues diciendo eso, en algún momento hasta tú pensarás que es cierto –. La muralla al rededor del agrietado centro del corazón se empezó a construir –. Si quieres que seamos novios, a mi me parece bien. Pero que seamos novios de verdad. Si quieres utilizarme,puedes hacerlo, pero no me hagas pensar que me quieres de verdad.

–Te quiero de verdad, Jin –. Él negó con la cabeza.

–No. Tu novia es una cabrona que te utiliza para sacarte el poco dinero que tienes, y eso te deprime. No me quieres, solo tienes miedo de estar solo. Quieres una persona que haga el papel de novia, no a mi. Solo somos amigos. Pero eso está bien. No tienes ningún compromiso conmigo. Puedes dejarme y que todo vuelva a ser normal en el momento en el que encuentres a una chica que te guste.

–¡Jin, de verdad que te quiero!

–Ojalá pudiese creérmelo –. Tragó saliva –. No te atrevas a creértelo tú.

Namjoon se levantó también.

–¿Qué te pasa, Jin? ¿No te hace feliz que te quiera?

–Si. Pero me hace feliz que me quieras de verdad, no que quieras a tu Hyung Hyung Hyungmin –. Eso fue un golpe bajo, y Nam lo acusó.

–¡Me llegó un mensaje suyo!

–Ya.

–Piensa lo que quieras, Jin. Mañana corto con Hyungmin y me vengo a pedirte que seas mi novio. Y me da igual que me digas que no. Volveré al día siguiente. Y al siguiente. Y al siguiente. Hasta que me creas y te des cuenta de que te quiero –. Salió de la casa, cerrando con cuidado pero con decisión la puerta. Jin rió amargamente. ¿Que qué le pasaba? Que era un puto masoquista, que le gustaba machacarse una y otra vez con lo mismo. Que se negaba en rotundo a pensar que Namjoon era capaz de quererle. Solo lo fingía. Nam, el trozo de pan, que para no hacerle daño era capaz de simularse a sí mismo las emociones más intensas. Simplemente rechazaba la idea de podre haber... enamorado a Namjoon.

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