IX

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Jin había vuelto a la cama, había limpiado a Nam y se había acostado a su lado. Ahora yacía entre sus brazos, rodeado de un cariño del que no era consciente. Namjoon le abrazaba, con la espalda de Jin pegada a su pecho y su pelo con olor a miel a escasos centímetros de su nariz. Aspiró su aroma, dejando que le invadiese. Jin le agarraba de las muñecas para que no parase el abrazo. Su respiración suave y regular trataba de calmar el corazón de Nam, que latía a toda pastilla. No podía contener la emoción de volver a estar en un momento tan íntimo con Jin. Se sentía como si estuviera invadiendo su espacio, o a lo mejor Jin le estaba dejando meterse de esa manera en su vida personal. Aunque era amigos, había cosas que no solían compartir. Como la cama. Era extraño como sentía más privado el hecho de dormir abrazados que follar. Tal vez por que sabía que a Jin no le importaba que le diese por culo cualquiera, pero no dejaba a nadie quedarse con él para algo que no fuese sexo.

–Jin.

–Mhh?–Contestó él, somnoliento.

–Muchas gracias por dejarme dormir contigo.

–mhmhhh–. Pausa larga.

–Jin, ¿qué somos?

–Mhh?

–¿Amigos?¿Novios?

–Somos lo que quieras que seamos. Yo estoy bien si me ves como amigo, novio o helicóptero de combate –Unos segundos en silencio.

–Jin, te amo –. La pausada respiración de Jin le notificó que se había dormido. Nam sonrió. ¿Habría oído eso último? Probablemente no. Se acurrucó, pegando el pequeño cuerpo de Jin más a él. Deseaba no soltarlo nunca más.

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Jin abrió levemente los ojos, cegándose con la luz que entraba por la ventana entreabierta. Sentía un vacío en su cintura al no tener los brazos de Nam rodeándola. Había dormido tan a gusto, con él detrás. Sentía su respiración en el cuello, y eso le tranquilizaba. Pero ahora ya no. Se levantó de la cama, bostezando. En la cocina había unas tostadas de mermelada de melocotón muy deficientemente hechas, con una nota garabateada con la intrincada letra de Nam. "Hyung, buenos días! Me he tenido que ir pronto, pero te he hecho el desayuno. Toma, un beso para despertarte! Muak!". Había un círculo dibujado en el papel, con unas flechas señalándolo y diciendo "Besa aquí para un beso indirecto". Sonrió, cogió la nota y dio un beso en centro del círculo. Las tostadas tenían demasiada mantequilla y muy poca mermelada. Era muy pesadas y el pan estaba quemado. Pero eran las mejores tostadas que había comido nunca. Nam no era bueno creando, era mejor... destruyendo. Era como Rompe Ralph, pero mas sexy y con un cerebro gigantesco. Pero se esforzaba por hacer bien las cosas. Sus gruyas de papel parecían ranas, y no era muy bueno dibujando, y aún así estaba dale que te pego haciendo gruyas y dibujos. Jin miró la hora en su móvil. No tenía nada que hacer. Sonrió. En este punto te estarás preguntando "al final, ¿Jin oyó el te amo de Namjoon?". Probablemente no. Si no, no tendría sentido que abriese la galería de su móvil, buscando un video de la noche anterior. Predeciblemente, los tres primeros minutos era solo un plano del sofá. Se empezaron a oír ruidos débiles, y se veían dos pares de piernas masculinas.  A medida que avanzaba el vídeo, Jin y Namjoon iban entrando en el encuadre, besándose. Jin disfrutó recreando la escena. Él y Nam, Nam y él. Él arrodillándose a los pies de Nam, Nam gimiendo ante los movimientos de Jin. Suavemente, y casi sin darse cuenta, Jin empezó a tocarse. Con los ojos cerrados, con el sonido únicamente como estímulo. Hasta que llegó. El momento doloroso que casi había buscado. Ese Hyungmin que salió de los labios de Nam. Perdió la erección al instante, incapaz de tocarse a si mismo. Las lágrimas volvieron a correr por sus mejillas. Él, con las mangas de su pijama, intentaba sacarlas inútilmente antes de que cayesen al suelo. Todo lo que pensaba que había ganado de Nam... No había ganado nada. Todos sus besos no se los había dado a él, si no a una chica que andaba muy muy lejos de donde ellos se encontraban. Todo el placer, toda la emoción, la ternura... todo, lo había disfrutado pensando en Hyungmin. "No me importa que me uses. Úsame". Y una mierda que no le importaba ser utilizado. Dolía. Dolía mucho. Dentro de su corazón, algo se agrietó. Pero no. No podía dejar de querer a Namjoon.  Aunque le usase y le tirase como si no fuese mas que un condón. Aunque le desechase. Aunque le ignorase, Namjoon era la luz de su vida y sus ojos. Era lo que le motivaba a seguir estudiando y no dejarlo para tener mas tiempo y dinero. Era su imagen lo que le hacía levantarse cada mañana, y con su imagen en mente dormía cada noche. No podía dejar que un amor como ese se marchitase. Si Nam no le quería, bien por él. Seguiría amándole por el simple hecho de que es lo que llevaba haciendo toda la vida y no sabía como parar. Por que es simplemente lo mejor de su vida.Simplemente... su mejor y único amigo. No podía permitirse perderle. Por eso se dejaba utilizar. Si no fuese por él, estaba convencido de que Namjoon estaría muerto en una cuneta, bajo un puente, con tarro de pastillas en la mano. Nada acababa bien para Nam si estaba solo. Por eso Jin era el pilar que sujetaba la vida de Nam y viceversa. Nam era la causa de que Jin existiese, y Jin era la causa de que Nam siguiese con vida. Se sujetaban el uno al otro. Así había sido siempre, y así sería. Era lo único que conocía Jin. Cuidar de Nam. Dejar que Nam cuidase de él. Había amistades menos... comprometidas. Pero Jin había conocido la verdadera amistad, todas las demás era superfluas y intranscendentales.


<수싀>

mejores amigos (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora