XIII

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Jin notó como alguien se metía en su cama y le abrazaba. Suspiró,reconociendo un aliento familiar y unos brazos fuerces rodeando su escuálido cuerpo. Se acurrucó en esos brazos.

–¿A qué vienes? –Preguntó, sin ni siquiera mirarle.

–A cuidarte–contestó Namjoon. Pequeña pausa –. Estás delgado –. Jin suspiró

–Hueles a tabaco –. Pausa.

–Lo sé. Tu hueles a tigre. ¿Vamos a la ducha? Venga, arriba –. Se levantó, sin soltar a Jin, ayudándole a levantarse. Llevaba tanto tiempo sin levantarse que casi había olvidado como mantenerse en pie. Namjoon le acompañó al baño.

–Te ayudo a ducharte, ¿Vale? ¿Está eso bien contigo? –Jin asintió. No podía ni levantarse solo, iba a poder ducharse sin ayuda. Cuando Nam le ayudó a quitarse el pijama y vio lo delgado que estaba, se quedó sin palabras. Se le marcaban un poco las costillas, y ya no tenía esa medio bariguita medio abdominales tan mona. Sus piernas casi no podían sostenerle, y sus manos, que siempre habían sido venosas, ahora parecían las manos de un esqueleto. Le ayudó a lavarse con cuidado.En esos momentos, Jin parecía de porcelana. Le lavó el pelo, y también le ayudó a ponerse ropa limpia. A partir de ese momento, no iba a permitir que Jin volviera a estar triste.


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Para sorpresa de Tae, lo primero que hizo Nam fue tirar por el váter todos los somníferos de Jin. Y lo que más le sorprendía era que, sin prohibirle nada ni obligarle a nada, conseguía mantenerlo fuera de la cama. Jugaban juntos con Kawan con los juguetes que Tae pensaba que Jin nunca usaría, y Nam hacía acopio de sus escasos conocimientos sobre cocina para cocinarle algo a Jin, que al ver su impotencia empezó a cocinar con él. Al parecer, lo que Nam estaba haciendo funcionaba. Jin sonreía bastante, hasta a veces salían de casa. Pero Tae seguía preocupado. Principalmente, porque lo hacían todo juntos, hasta dormir. Supuestamente, Nam debería dormir en el suelo, pero Jin insistía y acababan durmiendo en la misma cama. Siempre que Tae se levantaba para ir al baño, se asomaba para asegurarse de que solo habían dormido y no había pasado nada más. Pero la noche no era él único momento en el que se abrazaban. Después de comer, se echaban una siesta uno encima del otro. Un día, Tae entró en el salón para encontrarse a Nam tumbado en el sofá con las rodillas dobladas y Jin durmiendo sobre él con las piernas abiertas. Namjoon estaba leyendo un libro, apoyándolo sobre el hombro de Jin. Al verles en esa posición, Tae se enfadó un poco. Era una posición demasiado... romántica.

–¿Qué estás haciendo? –Preguntó, cortante de más. Nam le miró, algo sorprendido por su tono.

–Leyendo Nietzche. ¿Por qué? ¿Pasa algo?

–Oye,¿estás aquí por que verdaderamente quieres sacar a Jin de esto o solo quieres reventártelo otra vez?

–¿Sacar a Jin? ¿De que? La depresión no es un pozo, Taehyung –. Puso el marcapáginas en el libro y le miró –. Yo no le estoy "sacando". Tiene que salir él solo. Imagínatelo como una carrera de obstaculos. La carrera la tiene que hacer él. Yo solo le estoy facilitando el camino –. Acarició con cariño el pelo de Jin, que sonrió en sueños –. Pero tiene que salir él solo – repitió. Volvió a abrir su libro, ignorando a Tae. Su rutina habitual era desayunar con Jin, irse a dar unas clases por la mañana y por la tarde estar con él. A pesar de que Jin era mucho más frágil, no le trataba como a un niño pequeño. Su nivel de unión era tal que Nam había conseguido que Jin le acompañase a correr. Ahora, salían en pantalones de chándal y volvían cansados y sudados. Para alivio de Tae, no se duchaban juntos. Pero el tiempo pasó, y hasta el mismo Taehyung se dio cuenta de que sobraba. Jin ya no necesitaba a nadie. Había vuelto a trabajar en el Starbucks. En la universidad había perdido su plaza, pero dijo que no le importaba. Había hecho una audición en la empresa de Yoongi para ser cantante. Ya no necesitaba ni a Namjoon ni a Taehyung. Con la diferencia de que con Nam si que quería estar.


<수싀>

mejores amigos (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora