7. COMIENZOS / pt I

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Un nítido blanco dominaba las paredes y luchaba con ellas el beige en el suelo

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Un nítido blanco dominaba las paredes y luchaba con ellas el beige en el suelo. Este era recorrido por cientos de personas todos los días, yendo y viniendo de una habitación a otra. Así era el hospital, lleno de lamentos o sonrisas, inundado de llantos o risas, pintado por diferentes memorias de cada paciente o doctor y decorado por las tiernas voces de las enfermeras y enfermeros recetando cuidado.

Los pasillos eran un portal de noticias buenas y malas, de futuros que han de perdurar o que serán efímeros. Incluso transportaban esperanza en los pacientes como de los doctores.

Jungkook transitaba por estos pasillos en su silla de ruedas, y veía todo con atención. El panorama frente suyo solo le recordaba esa terrible época de su vida encerrado. Si no fuese porque allí estaba su padre, hubiese tenido algún ataque de pánico, como cuando él había despertado hace un par de días en aquella sombría habitación del hospital.

Mientras iba a la máxima velocidad que sus brazos le permitían mover las ruedas, la suave brisa que entraba por las ventana chocaba contra su rostro, le daba un poco de cosquillas y no evitó reírse ante tal sensación. Estaba emocionado porque se iba a encontrar con sus amigos, quienes irían a visitarlo en un par de minutos si es que el reloj que acababa de pasar no se equivocaba.

Es quizás por ello que por todo el frenesí de emociones casi atropella a una pequeña niña de ojos grandes y un oscuro cabello, vestida con la típica ropa de hospital. Y no sólo fue eso lo que le llama la atención, sino también una clase de luz rosa que lo rodea y lo mantiene estático en su lugar. Por un segundo se había asustado, sin embargo al ver a esta chica extenderle la mano, aunque en su rostro ella aún este un poco conmocionada, le anima a tomarla en señal de saludo.

Dubitativo, Jungkook toma su mano y, de paso, le regala una pequeña sonrisa. Ella, en cambio, lo libera de lo que sea que lo tenía prisionero y sus orejas empiezan a tornarse de un color carmín, tal vez, por la vergüenza.

- Soy Kim Yerim- Se presenta la niña aún sosteniendo la mano de Jungkook.- ¿Cómo te llamas?

- Jeon Jeongguk...- Él termina el saludo y mira a Yerim estupefacto, asombrado y un poco tímido; sin embargo, la curiosidad le impulsa a preguntar. - ¿Qué fue eso que hiciste?

- Oh, yo te detuve, es algo difícil y largo de contar - Le explica dudosa de si seguir y temer que el niño frente a ella pueda ser chismoso.- No entenderías.

Jeongguk sin dudarlo apuntó con su dedo indice a una de las ventanas y la abrió de repente, del mismo modo apareció una flor volando por está hasta llegar a la mano de Yerim. Ella abrió su boca de sorpresa y la tomó entre sus dedos.- Creo que sí te podría entender.

BANGTAN DNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora