Capítulo 16.

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Shawn no había podido dormir en toda la noche. A pesar de que Maya también era la hija de Katy, ésta había coinciliado muy bien su sueño. Pero él no podía dejar de pensar en que su hija, su adorada hija, no se encontraba en su cama aquella noche y en vez de eso, estaba en la casa de un chico.

Luego de la quinta vuelta que dio sobre sí mismo en la cama, se levantó y fue a la cocina para tomar un vaso de agua. Se llevó una gran sorpresa cuando vi a su mejor amigo Cory sentado en la mesa de su cocina.

- Así que no puedes dormir eh!-expresó Cory como divirtiéndose del asunto.

-Qué es esa risa? -bufó Shawn- estarías de igual manera si estuvieses en mi lugar, si la que se hubiese ido hubiese sido Riley- concluyó.

-Tal vez, pero... -hizo una pausa- luego entendería que es parte de la vida y es parte de crecer. O no te acuerdas cuando nos quedábamos aquellas noches en la casa de Angela o en la casa de Topanga? Incluso sin que sus padres supieran- recordó Cory.

Shawn miró un punto fijo en la pared y se acordó de aquellos momentos en su adolescencia. Debía dejar crecer a Maya. Aunque era muy difícil para él ya que era su padre hacía muy poquito tiempo

-Sabes que él la cuidará, déjala crecer- Dijo su amigo- Vamos, vamos a dormir.

♧♧♧♧♧

Riley se encontraba sentada en un banco cerca de la puerta del salón de artes. Farkle pasó frente a ella y notó su dispersión por lo que se sentó a su lado y le tocó la mano.

-Ey, Riles, Estás bien? Te pasó algo?

Riley quería contarle lo que pasaba a su amigo, a su persona especial, aquel que le hacía sentir mariposas en la panza.
Quería confiar en él pero, ¿a quién engañaba? Aún sentía algo por Lucas.
Y si él quería regresar no quería arruinar todo.

Así que colocó en su rostro en la sonrisa más linda que había es en su repertorio de sonrisas y le dijo que no pasaba nada. Entraron al salón, tuvieron la clase de arte y y ella seguía pensando su ex novio.

Necesitaba a su mejor amiga en ese momento. ¿Dónde se había metido?

◇◇◇◇◇◇◇

El sol que entraba por la ventana le pegaba de lleno en los ojos. Tardó poco en darse cuenta que no se encontraba sólo en la cama y que su brazo estaba alrededor de una hermosa rubia con aroma a jazmines en el pelo.

Josh se quedó admirando a Maya por un largo rato.

No podía creer que habían dormido junto, sentía que había sido lo más bello que había pasado con una chica una cama y no había sido sexo.

No sabía cómo aquella niña de 17 años podía lograr tanto en él.

Tantos sentimientos encontrados.

Desvío la mirada hacia otro lugar cuando la chica se movió abriendo un ojo y desperezándose.

En ese momento lo miró a él y sonrío.

Josh sintió que iba a morir y esa sonrisa había sido la más linda que había visto en su vida y no podía creer el nivel de manipulación que podía tener en él.

Aquella era su perdición.

-Me intimidas cuando me miras de esa manera, ,no sé lo que piensas, no puedo leerte- reprochó Maya.

Él no pudo controlar más el impulso de tocarla y acercó la mano a su cara, a sus mejillas y la acarició como nunca había acariciado a nadie en su vida. Ni siquiera a Emma.

Cuando se acordó de la otra chica, la expresión en su cara cambió rotundamente y al ver que Maya frunció el ceño se dio cuenta que ella también lo había notado.

- Pasa algo? Dije algo malo? - Cuando la escuchó decir eso, su corazón se encogió. Había sonado muy tierna... como una niña pequeña.

- No, linda. No te preocupes, bajemos a desayunar.- Dijo levantándose de la cama y estirándo su mano hacia ella- mis padres estarán muy sorprendidos y también muy encantados de verte.

Maya tomó su mano y él la guió hacia el baño que se encontraba en su habitación.

-Cámbiate y baja.- Soltó su mano y salió por la puerta de la habitación.

Su corazón latía a mil y solo había tocado su mano.

Maldición.

◇◇◇◇◇◇

Luego de quitarse el pijama, ponerse ropa casual y estar 15 minutos debatiéndose entre bajar a desayunar y quedarse en la habitación de Josh, se armó de valor y se dirigió a la cocina-comedor en donde ya se encontraban los padres de el chico y él mismo desayunando.

- Has tardado una eternidad! Pensabas que mis padres te iban a comer?- bromeó Josh, y sus padres rieron con él.

-Hola hermosura! -se acercó la señora de la casa. Maya ya los conocía porque eran los abuelos de su mejor amiga Riley. Así que había cierta confianza pero nunca había ido a su casa sin Riley y tampoco como la- se podría decir- "chica" de Josh.

Desayunaron huevos con bacon y jugo de naranja y a pesar que era un típico desayuno, la rubia sabía que la abuela de Riley cocinaba muy bien. Alan Matthews durante la comida compartió varias palabras con ella y ambos la hicieron sentirse muy cómoda.

Luego del desayuno Maya ayudó a la madre de Josh a lavar los platos mientras éste tendía su cama.

Sonrió cuando escuchó a la mujer halagarla en voz baja con su hijo. "Siempre soñé con que Maya y tú tuvieran algo"

Se sonrojó al escuchar esas palabras pero no comentó nada al respecto.

Ese día había sido perfecto. Era tan perfecto que algo llegó para arruinarlo luego de que tocaron el timbre y Amy Matthews fue a recibir a la visita.

-¡ Josh ! Te busca una tal Emma!- Fueron las últimas palabras que escuchó Maya antes de irse por la puerta trasera al patio.

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2019 ⏰

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