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- Yukhei, deja de llorar - Pidió Kun aguantando las ganas de reír - Sabes que eres bienvenido en mi casa.


- Sí pero - Limpió sus mejillas que se encontraban empapadas en lágrimas - Ahora tengo que soportar solito a Taeil, y eso me entristece mucho.


Qian rio a carcajadas, pues el mayor de los tres estaban entrando justo en ese momento - Vaya, ahora veo tú amor por mí.


- Llegaste - Le dijo con una sonrisa, y el pelinegro asintió sonriente.


- No me puedo perder el último día con mi mejor amigo - Al decir aquello escucharon como Yukhei empezó a sollozar, saliéndose del cuarto - Después dice que los sentimentales somos nosotros.


- Cuídalo mucho, tiene problemas mentales - Comentó con una falsa tristeza - Se nos puede morir.


- Mientras no se quede sin comida vivirá unos años más - Ambos rieron a carcajadas - ¿Él vino?


- ¿Él? - Preguntó, pero por la mirada que le estaba lanzando su mayor, se dio cuenta de quién hablaba - Sabes que no vendrá.


- Debiste hablar con él.


- Me cansé de buscarlo y que me tirara lejos de una patada - Dijo rudamente, bufando como después - Tengo dignidad, Taeil.


- También tienes amor por él, ¿por qué dejas que la primera te gane?


- Porque es más grande, y sobre todo es a la que más le creo - Taeil rodó los ojos pero lo dejó pasar. Esperaba que Donghyuck convenciera al chico de venir rápidamente.


- Los odio - Escucharon ambos y voltearon para ver a un Yukhei rojo - Ya no son mis amigos.


- Sabes que sí - Kun se acercó al chico para abrazarlo, dándose cuenta luego de que estaba llorando, nuevamente - Pareces un bebé llorón, no te soporto.


- Déjame imbécil - Soltó el otro chino, haciendo que los restantes rieran.


- Prométanme que se cuidaran - Les pidió, y ambos asintieron - Y tú, prométeme que le conseguirás pareja a Taeil, está viejo y ya no podrá ser el mismo en unos años.


Después de decir aquello sintió un golpe en su brazo, pero en vez de quejarse, se rio - Estoy bien solo.


- Estás bien solo sí, porque no tienes a nadie - Dijo Yukhei con su típico tono burlón - Sabemos que lloras todas las noches porque quieres un novio.


- Estamos aquí para despedir a Kun, no para hablar estupideces - Taeil no los soportaba, ¿por qué era su amigo?




- Oh, sí, sí - Dijo el nombrado dándole un último vistazo al otro chino, el cual rio discretamente.



Sus amigos lo ayudaron a recoger sus cosas y guardarlas todas en cajas y maletas, y en cuanto terminaron, se volvieron a abrazar puesto que ya era hora de que Kun partiera a su ciudad natal.


- ¿No puedes quedarte unos minutos más? - Preguntó Taeil, algo preocupado. ¿Dónde estaba el menor?


- ¿Quieres que mi padre me arranque la cabeza? - Kun lo vio como si estuviera loco y luego negó - No, ya es hora.


- P-pero


- Taeil, ya se lo pedí muchas veces, no dirá que sí - Yukhei le sonrió a su amigo chino y le ayudó a subir las maletas en el taxi que apenas había llegado - Quédate aquí para cuando venga el camión de mudanzas.


El mayor solo asintió, muy desanimado. Vio el taxi perderse entre tantos autos, y luego tomó la decisión de irse al departamento y escribirle a Donghyuck para pedirle explicaciones.


- ¡Hyung! - Escuchó a lo lejos, volteándose para encontrarse con un Jisung muy cansado y sudoroso - ¿Dónde está Kun?


- ¿Por qué tardaste tanto, niño? - Llevó una mano a su frente sin poder creérselo - ¡Se acaba de ir al aeropuerto!


Jisung soltó un sonido de exclamación para luego correr en dirección al aeropuerto, no podía esperar al transporte público y no tenía dinero para pagar un taxi, así que esperaba que sus piernas no le fallaran esta vez.


Corrió y corrió, estaba cansado y le dolían las piernas pero aun así siguió corriendo.


El lugar estaba lleno de personas de todo tipo, color y raza. ¿Dónde mierda estaba Kun?


Caminó entre tantas personas y por fin dio con él. Pero ya estaba siendo demasiado tarde. Corrió nuevamente, gritando muchas veces su nombre pero ninguna funcionó.


Nada funcionó, y ya el chico estaba subiendo al avión.


- Hey Jisung, ¿qué ocurre? - Preguntó Yukhei al verlo tan alterado, y sobre todo llorando.


- Se fue... - Se dijo a sí mismo, y lloró. Porque esperaba poder hablar con él y pedirle mil perdones.


Esperaba decirle que lo amaba, que él era ese niño de la infancia que lo dejó sin explicación alguna, que él era el amor de su vida y sobre todo, que lo quería para toda la vida.

Pero se había ido, y ya no había vuelta atrás. Se casaría, y Jisung no sería más que un mal recuerdo.



Se dejó llevar por Yukhei hasta su casa, en dónde sus amigos lo esperaban con una cara de preocupación, y en cuanto estuvo en frente de ellos, lloró.


Y ellos lo abrazaron y lo entendieron, porque sabían que le dolía, y no hicieron más que apoyarlo.


Esperando que en un futuro pudieran volverse a ver.

GUITAR BOY | KUNSUNG | SIN TERMINAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora