- ¿Quién era ese? - El chico a su lado se llevó las manos a la boca muy sorprendido - ¿Era Park Jisung de NCTD?
- Ese mismo, Xiao - Una mueca se formó en sus labios y dijo - Ha crecido tanto... ¿Cómo no pude hablarle? Ahora me siento un idiota, haciéndome el que no sabía nada, agh.
- Mhn, pero hablas como si lo hubieras conocido - El chico pinchaba su brazo constantemente de manera acusadora - No hables como si fuese tú amigo de toda la vida.
- Tú, mocoso - Lo empujó suavemente - ¿Crees que no lo conocí? ¡Él y yo éramos grandes amigos!
- ¡Claro! ¡Eso no se lo cree ni tú padre! - El menor de ambos se cruzó de brazos y así tomó rumbo hacia el auto.
Kun se sentía indignado ya que su hermano adoptivo parecía ser más rudo que él, pero no le prestó tanta atención al tema ya que el rostro de un Jisung más maduro le rondaba la cabeza a cada momento.
Jisung llegó al departamento en estado de shock, tomando asiento de inmediato, preocupando a Donghyuck, como cosa rara en él.
- ¿Enserio te conseguiste sasaengs? - Tanto Jaemin como Jeno se acercaron algo preocupados
- No, me conseguí algo peor - Los tres chicos se miraron algo preocupados, devolviendo sus ojos a su compañero y amigo, pidiéndole explicaciones - Vi a Kun.
Donghyuck se sentó en el sillón más cercano y Jaemin tuvo que aguantarse del único que quedaba de pie, quedando este un poco perdido en el tema.
- ¿Kun? - Preguntó Jeno algo confundido - ¿Quién es?
- Jeno, ya estás en edad para saber esto - Donghyuck palmó un lugar en el sillón para sus dos compañeros, ya que veía que Jaemin se caería si soltaba al pelinegro.
- Prefiero contarlo yo - Jisung tomó aire y decidió, de una vez por todas, decirle.
« Cuando era muy pequeño mis padres decidieron separarse, lo que llevó a mi madre tomar un viaje a China buscando de olvidarse de aquellos pensamientos y personas que le recordaban a él. Me llevó consigo.
Nos estábamos quedando en la casa de un amigo de ella de la secundaria, el señor constantemente nos miraba y sonreía. Realmente no entendía, aunque yo a esa edad apenas y entendía como servía el metro.
A los meses tuve compañía en aquella gran casa, era el hijo de ese señor, que había llegado para pasar vacaciones con su padre. Yo me llevé bien de inmediato con él, y éramos como mejores amigos. Y a pesar de nuestra edad, sabíamos perfectamente que sentíamos uno por el otro, que no tuviéramos nombre para ese sentimiento es otra cosa.
Pasar un año junto a él me hizo entender que no necesitaba a nadie más, que solo lo quería a él y a mamá, llevándome a pensar que papá fue una persona en mi vida que no tenía relevancia. Yo realmente lo quería a pesar de que no sabía que tan doloroso podía ser.
Nuestros padres se comprometieron al año siguiente, y estábamos muy felices porque pasaríamos muchos años juntos. La inocencia infantil que poseíamos no nos dejaba ver que tan mal nos estábamos haciendo.
Excusábamos nuestros besos repentinos con ''mamá y papá también lo hacen'', nuestros ''te amo'' con un ''mamá y papá siempre se lo dicen''. Pero yo realmente lo amaba, y con solo once años lo sabía. Perfectamente lo sabía.
La odisea llegó cuando ella falleció y él perdió la memoria en aquél accidente automovilístico. No sabes lo doloroso que puede ser para un niño darse cuenta que todo su mundo de color rosa se estaba cayendo de repente. Porque lo que más dolió en aquél momento fue asimilar que estaba creciendo y que personas que necesitaba en mi crecimiento ya no iban a estar. Nunca más.
Pero yo lo seguí amando, como la primera vez, él no me recordaba y hasta el sol de hoy parece pasar mi existencia por debajo de una mesa. Recuerdo cuando cantaba aquella canción para mí, y me decía con tanto cariño...
''Jamas lo olvides, Jisungie, es nuestra canción, cántala cuando te sientas inseguro, con miedo o estés en peligro, llegaré a tu lado para abrazarte y acompañarte en tus versos''.
La canté todos los días después de ese accidente, pero él no llegaba, ni mamá, ni nadie. Solo yo, con un padre que nunca estaba, cuidándome solo y llorando por un corazón roto que en ese entonces, no supe que tenía. »
- Lo amé hasta que decidí que no podía seguir más con eso - Siguió diciendo después de varios minutos - Aprendí a tocar aquella canción en guitarra, y era una excelente excusa para practicar todas las mañanas... - Recordó nostálgicamente - Pero aun cuando se mudó a mi lado no lo supo, y no pareció recordarlo.
- ¿Ni siquiera un pequeño atisbo de amor? - Preguntó Jeno un tanto anonadado.
- No lo sé - Se encogió de hombros restándole importancia - Me importaba en aquél entonces, pero ahora, creo que no me interesa, perdí mucho tiempo de mi vida y muchas horas de sueño intentando que él me recordara, pero a veces no tenemos que forzar las cosas y solo hasta ahora lo entiendo.
- ¿Crees que el aún puede recordar?
- Lo dudo, por su propia cuenta no creo que me recuerde - Examinó mentalmente sus palabras y dijo - Nos recuerde - Dijo, refiriéndose a su madre y a él. Suspiró poco después y agregó - Fue un horrible accidente de auto, no lo culpo si no recuerda ni qué edad tengo.
Donghyuck miró a su amigo y notó ese pequeño aire de derrota que lo arropaba cada vez que habla del chino, así que intentando que eso no dañara el gran ánimo que siempre cargaba, se levantó y lo levantó en el proceso.
- Sabes, para este tipo de situaciones es bueno un bote de helado del tamaño de Chenle - Le sonrió sinceramente.
- Hablando de Chenle, ¿dónde está?
- Salió después de ti, pero él se fue sin decir nada - Jaemin se encogió de hombros para luego levantarse - Iré a dormir unas horas más.
- Flojo - Soltó Jeno ganándose una mala mirada del anterior.
Donghyuck haló a Jisung lejos de aquél par y procedió a preguntarle - ¿Es enserio que lo olvidaste?
- Claro que sí - Le sonrió rápidamente y luego lo evadió, entrando a su habitación - ¡Recuerda traer el bote de helado!
El pelirrojo rio un poco pero aquella risa se fue apagando poco a poco.
¿Realmente había olvidado todo?
ESTÁS LEYENDO
GUITAR BOY | KUNSUNG | SIN TERMINAR.
Fanfiction" 𝖫𝖾 𝗍𝖾𝗆𝗂́ 𝗍𝖺𝗇𝗍𝗈 𝖺𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝗎𝗇 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗍𝗈𝗊𝗎𝖾 𝗆𝗂 𝗆𝗂𝖾𝖽𝗈 𝗌𝖾 𝖿𝗎𝖾, 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝖽𝖾𝗃𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗅𝖺 𝖼𝗈𝗇𝖿𝗂𝖺𝗇𝗓𝖺 𝗉𝗈𝗌𝖺𝖽𝖺 𝖾𝗇 𝗍𝗎𝗌 𝗆𝖺𝗇𝗈𝗌 𝗒 𝖾𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝗆𝗂́𝖺𝗌. 𝖲𝖺𝗇𝖺𝗌𝗍𝖾 𝗆𝗂 𝖼�...