VII

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– ¿Qué harás – preguntó Karlie

– me voy – anunció Damián

– enserio – mencionó confundida

– sí, con esos gritos ni los muertos pueden descansar en paz –

– ¿a dónde irás? –

– donde pueda pensar. Adiós – Damián menciona al salir de la habitación

[a la mañana del día siguiente]

(…) Damián entró por la ventana de la habitación de Karlie para contarle que había sentido cerca un objeto sagrado, pero ella no estaba ahí, la habitación estaba arreglada... – ¿A dónde fuiste muchacha? – pensó Damián. Después de unos segundos escucho la voz de la mamá de Karlie en el piso de abajo, así que abrió la puerta de la habitación y lentamente se asomó al pasillo… no había nadie, se dirigió a las gradas siendo cauteloso y desde allí pudo ver a Karlie sosteniendo una taza de café, usando una falda plisada de peto color azul marino oscuro, camisa blanca y un suéter color azul turquesa. Karlie se dio vuelto y pudo ver a Damián, sorprendida de verlo ahí en las gradas y teniendo a su madre tan cerca en la cocina en voz baja le dijo – vete maldición –

– ¡Karlie! Esa esa no es forma de hablarle a tú madre – reclamo Ana

– mamá no, vi el reloj y creo estas muy atrasada para llegar al trabajo – trato de justificarse

– esa no es excusa para hablarme así, en cuanto vuelva del trabajo hablaremos de eso. Cuídate nena nos vemos en la noche –

– bye mami –

(…) enseguida Ana salió de casa, Karlie subió a su habitación furiosa, en cuanto vio a Damián le gritó – no vuelvas hacer eso –

– ¿Qué hice? –

– aparecerte de esa manera en la casa –

– fue tú culpa –

– ¿mi culpa? –

– si, tu culpa; debiste decirme que te levantarías temprano –

– lo hice porqué tengo clases –

– pero no estas usando esa pijama blanca –

– esa pijama blanca como tú le dices se llama karategi, ya no la uso por qué eso se termino hace unos días –

– entonces… ¿a que clases vas? –

– las vacaciones terminaron, debo volver a mis clases normales, bueno debí volver hace dos días pero tú apareciste en mi techo, luego de eso pase tres noches en el hospital. Gracias a ello estoy retrasada en clases –

– ahora eso es mi culpa, yo no te dije que te lanzarás –

– no, pero no sabia como deshacerme de ti –

– si me hubieras hablado de buena manera comprendería –

– bueno todo eso ya pasó. ¿querías decirme algo? –

– sí, ayer en la noche estuve caminando por varios lugares, después de un momento pude sentir un objeto sagrado cerca, no me acerque demasiado porqué era un lugar habitado –

– supongo que quieres que vaya contigo –

– supones bien –

– iremos en la tarde después de clases. Ya me tengo que ir, puedes quedarte en mi habitación si quieres –

– no, iré a caminar –

– te transformaras verdad –

– si –

Un viaje infinito [borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora