XXIX

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– ¿Por qué eligió ser demonóloga? – preguntó la enferma llena de curiosidad

– no lo elegí, lo acepte. De niña fui testigo de varias actividades paranormales, unos malignas, otras entidades que se encontraban atrapadas por temas pendientes. Durante toda mi adolescencia negué del don que tenía y evitaba a toda costa ser parte de ello. Hasta que un día luego de tener una pesadilla desperté muy asustada. Sentada en mi cama decidí aceptar lo que era. Esa misma mañana busque y leí cada libro sobre actividad paranormal que encontré. Años después contacte con algunos de colegas que me supieron explicar lo que era un demonólogo y me ofrecieron entrar a su organización. Sin pensarlo dos veces acepte –

– llegamos a su habitación. Fue interesante escucharla. Descanse – comentó la enfermera al salir

– debe pensar que soy una anciana habladora – susurro Julie al ver irse a la enfermera

(…) es difícil de creer algunas cosas que suceden en la vida real, ya que la mayoría que muestran ante nuestros ojos es mentira.

[esa misma mañana]

(…) luego de que Emma saltará al portal junto con Ana, se encontró con Desmond quien estaba furioso por lo ocurrido, pero al ver a Emma que tenía a Ana sonrió

– has hecho bien Emma. Te mereces lo que he prometido – pronunció Desmond al extender sus manos y del piso arenoso elevó un majestuoso palacio lleno de detalles en oro y diamantes… – te encargo cuides de esa señora, será nuestro boleto de salida –

– ¿Qué hay de Treidsek? – preguntó Emma al ver su cuerpo en el piso

– yo me encargo de él – anunció al desaparecer junto con el cuerpo de Treidsek

(…) Emma quedó asombrada ante el palacio que dejó Desmond para ella. Apenas entró a el se topó con dos pequeños demonios que dijeron – estamos a su servicio mi señora –

– quiero tomar un baño y encierren a la mujer que está ahí afuera – fueron las primeras órdenes que Emma dio a sus lacayos

[cerca de las once de la mañana]

(…) Karlie despertaba en su cama cómo si lo que hubiese pasado la noche de ayer solo se trataba de un mal sueño. Ella no tardó en ponerse de pie e ir al cuarto de su madre; en aquella habitación todo se encontraba arreglado.
Desde la sala su padre gritaba – ¿despertaste, mi estrella fugaz? – al notar los pasos que daba en el segundo piso

– si – respondió Karlie al bajar hacia él

– ¿te sientes bien? –

– si… papá –

– dime, nena –

– ¿recuerdas lo que pasó ayer? –

– no mucho luego de que me golpearán –

– ¿tú me llevaste a mí habitación? – Karlie preguntó curiosa

– eso fue lo primero que hice al despertar y verte en el suelo. Te aparte de ese demonio luego te lleve a tu habitación –

– así que lo viste –

– si –

– no estás sorprendido ¿te parece normal? –

– claro que no es normal, pero llevo viendo demonios desde que era un niño. Aunque es la primera vez que tuve uno en mis manos –

– ¿dónde está él? – ella pregunta por Damián

– en el sótano –

– ¿qué hace allí? – pregunta al dirigirse a la puerta del sótano

Un viaje infinito [borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora