IX

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– ¿la conoces? –

– si, solía venir muy seguido a leer luego de que papá se fuera –

– entremos entonces –

– entraremos solo a saludar, no podemos abrir el objeto con ella ahí –

– de acuerdo, mientras tú la saludas yo buscaré por la casa –

– solo no hagas un desastre –

– entremos de una vez –

– señora Julie – exclamó Karlie mientras tocaba la puerta

– ¿ya podemos entrar? – Damián preguntó impaciente

– aún no, debemos esperar que abra la puerta –

– solo entremos y ya – propone Damián

– lo que tratas de hacer es allanamiento de morada –

– ¿eso es malo? –

– claro que sí , podríamos ir a la cárcel –… – imagina estar juntos en una celda, yo golpeando las rejas con una taza y tú aullando cada cinco segundos… de hecho es gracioso – sonrió… – intentaré una vez más. Señora Julie, soy Karlie – anunció golpeando la puerta

– un momento Karlie, bajo abrirte – responde Julie

– al fin respondió – comentó Damián

– compórtate, parece que se acerca –

– Karlie que agradable verte, vienes acompañada – pronuncio ella apenas abrió la puerta

– señora Julie ¿cómo está?, el es mi perro –

– no soy tu perro – Damián le comunica a Karlie

– muy bien, gracias por preguntar… pasa por favor –

– gracias. ¿puede pasar mi perro? –

– ¡¡Que no soy tu perro!! – le comunico de nuevo

– si sabe comportarse claro… adelante pasen a la sala

– gracias señora Julie –… – Damián siéntate en la alfombra por favor – ordenó Karlie

– no me trates como si fuera tu mascota – le comunicó Damián

– cuéntame Karlie que tal las clases –

– lo normal –

– ¿hay chicos guapos en tu curso?... Espero la próxima vez qué me visites no sea solo con tu perro –

– está vieja no me agrada – comunico Damián

– no me fijado en eso – dijo con la risa entrecortada

– Karlie puedo sentir el objeto cerca, iré averiguar – comunico Damián al levantarse

– no lo hagas quédate ahí acostado – respondió Karlie a través de la telepatía

– ¿por qué se levantó tu perro, quiere hacer popo? –

– no, está nervioso porque no conoce el lugar –

– me inquieta un poco por qué no ha dejado de olfatear los libros – menciona Julie… – que no se le ocurra hacer sus necesidades en la biblioteca –

– no él no hará eso, está nervioso – refutó… – Damián detente – le comunicó

– está muy cerca de aquí Karlie, puedo sentirlo –

– creo es mejor dejarlo afuera hasta que se calme –

– si – respondió Karlie dudando… le mencioné qué es callejero –… – siéntate idiota – le comunicó

– lo encontré Karlie, ahí en esa caja de la esquina – comunicó Damián

– creo que a tú perro le gusta la lectura. En esa caja solo están los libros que te había comentado la última vez – comentó Julie

– es algo curioso, bueno tenemos que irnos señora Julie – proclamó Karlie

– espera no nos podemos ir sin esos libros –

– vuelve a visitarme pronto Karlie –

– no me ignores niña –

– adiós señora Julie – dijo mientras salía de allí con Damián detrás de ella –

– ¿por qué nos vamos? – preguntó Damián

– no podíamos quedarnos ahí contigo siendo tan impaciente, mucho menos intentar abrir uno de esos libros hasta saber cuál es el indicado – respondió mientras e alejaban caminando

– pues yo pensaba en sacar a la señora de casa –

– ¿cómo pretendías hacer eso? –

– pensé en ahuyentarla –

– ¿de qué manera? –

– pensaba en volver a mi forma demoníaca –

– eres idiota –

– y tú tienes una boca muy grande… supongo iras a casa –

– si, ya casi anochece y aún no he hecho tareas –

– caminare por otros lugares tal vez así encuentre algo diferente –

(…) de esta manera cada quien tomo caminos diferentes, Karlie rumbo a casa, Damián en busca de nuevos lugares. Una vez llego el anochecer Karlie se encontraba en su habitación realizando las tareas que tenía pendientes. Damián por otro lado había llegado hasta una iglesia en la cual subió hasta el campanario, allí paso varias horas pensando la manera más correcta de apoderarse de los libros que se encontraban en casa de la señora Julie, miraba con frecuencia las personas que pasaban cerca de aquella iglesia. Vio a una pareja sentada en una banca con su bebe en brazos; él bebe comenzó a llorar a lo que la madre dijo “debes estar cansado mi amor precioso ya vamos a dormir” – dormir – pensó Damián, entonces extendió sus alas y alzo el vuelo rumbo a casa de Karlie, una vez llego entro por la ventana diciendo a Karlie – se cómo conseguir los libros sin atemorizar a la señora, vámonos ya –

– ¡Qué!... espera no he terminado las tareas aun sigo con el uniforme déjame cambiar –


– no hay tiempo, ¡vámonos! – dijo mientras la tomo de la mano y salto de la ventana

– Dios, no vuelvas hacer eso suéltame –… – espera ¿no te vas a transformar? –

– no es necesario, no hay personas cerca –

(…) mientras caminaban Damián le hablaba de como sacarían los libros de casa de la señora Julie, ambos entrarían a casa a escondidas por el pórtico mientras ella duerma tomarían los libros y saldrían de ahí, así de sencillo. Luego de caminar casi una hora llegaron.

– el plan no es tan malo solo que hay un pequeño problema, ¿Cómo llegare allá arriba? no puedo volar –

– tú no, pero yo si – dijo mientras Damián la sujetó de la cintura extendió sus alas y la llevo volando hasta el pórtico

– ya bájame tengo falda – gritó

– no tienes porqué gritar, el sentido de hacer esto mientras ella duerme es no despertarla  –

– lo siento – dijo susurrando… – La ventana del pórtico está cerrada ¿Cómo la abriremos? –

– me desvaneceré la abriré desde dentro y luego tu entraras –

– listo –

(…) una vez Damián abrió la ventana Karlie entro, ambos bajaron cuidadosamente las gradas hasta el segundo piso, cerca de la habitación de la señora Julie había unas gradas de caracol que daban directo a la biblioteca, Karlie fue la primera en bajar por las gradas con Damián a su espalda. Antes de bajar el último escalón Karlie vio a un hombre de espaldas usando un sombrero y capa; él tomaba los libros pretendiendo robarlos. Susurrando Karlie dijo a Damián – hay alguien ahí llevándose los libros –… enfurecido por lo que escuchó gritó – Qué – despertando a la señora Julie

– ¿Quién anda ahí? – Gritó jukie desde su habitación

– ¡demonios! – exclamo Damián

(...) El ladrón al escuchar el grito se envolvió en su capa – desapareció – dijo Karlie sorprendida, entonces escucharon que se abrió la puerta principal enseguida fueron hacia la puerta; una vez más ahí estaba el ladrón de capa y sombrero, antes de salir de la casa el ladrón sacó de su bolsillo un pequeño frasco de vidrio vertió un líquido que contenía el frasco en la puerta y se echó a correr a la calle. Karlie persiguió al ladrón, Damián detrás de ella, pero al llegar a la puerta choco con una barrera, no podía cruzar algo se lo impedía – no lo dejes escapar Karlie – gritó él para luego transformarse en el golden retrievier escondiéndose debajo de las gradas. Allí espero a que la señora Julie baje las gradas para el subir hasta el pórtico y escapar por ahí.

La señora Julie bajo las gradas vio rápidamente alrededor de la librería donde escuchó el gritó, no podía creer lo que había pasado en su casa, entro un ladrón y solo se llevó los tres libros que tenía en la caja. Se percató de la puerta abierta y fue a cerrarla, ese momento Damián aprovecho para escapar de ahí.

Al salir Damián de la casa se transformó, abrió sus alas se elevó por lo más alto de las casas buscando a Karlie pero no la veía, cerro sus ojos respiro profundamente se concentró en la energía espiritual de Karlie espero unos segundos – te encontré – dijo emocionado volando hacia ella. Al encontrarla estaba sola en un callejón le preguntó – ¿estás bien? –

– si, pero no pude detenerlo, solo desapareció entre las sombras – respondió 

– las personas no desaparecen así a la nada – comentó Damián… – al menos estas bien –

– ¿cómo que al menos? – preguntó Karlie

– no tienes los libros. Hubiera sido peor si te hubiera lastimado, no quiero perder más tiempo contigo en un hospital –

– hablando de tiempo, mira la luna –

– ¿qué se supone que haga?... No soy un vulgar lobo para aullar –

– ¡No idiota!, ya es muy tarde –…  – regresemos a casa, tengo que dormir para mañana ir a clases –

– de acuerdo, caminemos –

– caminar – dijo enojada – … – llevo toda la noche caminado. Me llevaras volando – dijo seria 

– no soy tu transporte –

– pues por hoy si – dijo mientras salto a la espalda de Damián que con dificultad subió

– bájate siento que una calavera me abraza – dijo mientras se sacudía –

– ya llévame –

– solo por esta vez, te lo mereces – dijo mientras salió volando

– no has dicho ni una palabra ¿por qué? – preguntó Karlie en el trayecto

– pienso en quien es el ladrón –

– si te hace sentir mejor, pude verle el rostro –

– no creo sea de mucho ayuda, pero dime como era él –

– pues era joven de unos 23 o 25 años, cuerpo atlético, alrededor de uno setenta de estatura. En el callejón que me encontraste, le pregunte como hizo para desaparecer de la biblioteca y aparecer en la puerta principal; a lo que él sonriendo me dijo “un mago jamás revela sus secretos” entonces desapareció de nuevo –

– no es de mucha ayuda, fuera mejor saber su localización… ya llegamos, bájate –

– no puedo entrar por la puerta mi mamá se despertaría, déjame en la ventana por favor –

– de acuerdo – aceptó al dirigirse a la ventana… – ya estas cerca de la ventana salta –

– gracias – dijo mientras salto a la ventana –

– de nada – dijo al entrar detrás de ella

– ¿qué haces aquí? –

– aquí es donde descanso – respondió Damián

– aun no me he cambiado, no te puedes quedar aquí ¡PERVERTIDO! –

– de nuevo eso, esta vez no me iré – dijo mientras entro al armario y lanzo un pijama al rostro de Karlie

– no tienes que ser grosero –

– ya duérmete niña – dijo mientras se encerró en el armario

– idiota – susurro ella

– te escuche niña. Pensé que estabas muy cansada –

– creí que no escucharías – dijo apenada –

(…) a la mañana siguiente Damián no estaba en la habitación, había dejado las puertas del armario abiertas y salido por la ventana. Karlie no le prestó atención así que hizo lo diario, desayunar, vestirse, ir a clases… pero al salir de clases siento que alguien la seguía; miro alrededor pensado que sería Damián, no hubo rastro de él. Karlie aún tenía la sensación de ser perseguida volvió a mirar alrededor pero no había nada fuera de lo inusual. Continuo su camino, una vez llego a su habitación sintió un alivio tanto así que exhalo aire de sus pulmones

– ¿te sientes bien niña? – preguntó Damián al verla exhausta

– no, desde que salí de clases sentí que alguien me seguía por todo el camino –

– mañana quédate en casa, como hice hoy –

– no puedo hacer eso yo quiero ir a clases, espera… ¿te quedaste todo el día aquí sin hacer nada? –

– si, no encuentro algo que hacer por ahora –

– si mi mamá te escucha decir eso te pondría a lavar los platos –

– he pensado y no puedo hacer mucho luego de perder los libros, tampoco he podido sentir alguna energía de ellos –

– ¿mañana que harás? – Karlie preguntó sonriente –

– aún no lo se –

– qué tal si mañana me acompañas al colegio luego te dedicas a pensar y en la tarde regresas por mi –

– no – respondió a secas

– ¡NO!... Pero no harás nada en todo el día, anda solo por mañana – dijo mientras le guiño  

– te dije que no –

– oye no seas así, por favor solo mañana –

– te estas volviendo una  molestia niña – dijo mientras salió por la ventana

– me dejo hablando sola el idiota –

(…) Karlie quedo un poco desanimada, pero aun desanimada hizo sus tareas hasta el anochecer. Ana llego a casa, no había sido un buen día para ella se notaba en su expresión cabizbajo. Luego llamo a Karlie para charlar

– ¿cómo te fue hoy en clases nena? – preguntó Ana

– por lo que veo mejor que a ti en el trabajo mami – respondió….  – ¿Qué te paso? – Karlie preguntó preocupada

– estoy un poco estresada Karlie – contestó

– Que te parece si yo cocino hoy – dijo con una gran sonrisa –

– no sé qué haría sin ti mi amor, solo no incendies la cocina por favor –

– mamá solo paso una vez y no fue toda la cocina – señaló Karlie

Un viaje infinito [borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora