Un viaje infinito [borrador]

XI

– eso es todo podemos irnos – comentó Damián

– ¿Puedo conservar estos libros? – Karlie pregunto sosteniendo el diario junto con el poemario "Figuras"

– mientras no los acerques a mi estará bien –

– gracias. ¿Piensas dejar así al mago? – dijo señalando a Dave

– tienes razón. Escucha bien niño bonito una palabra de lo que viste hoy y voy a regresar a tomar tu cuello apretándolo lentamente mientras te rompo cada uno de tus dedos, no importa donde te escondas te encontrare. Si piensas que estarás a salvo en tus sueños no cuentes con ello porqué voy a entrar en cada uno y verás como muere cada una de las personas que amas, madre, padre, amigos a todos los verás morir, cuando despiertes gritando y pienses solo fue un sueño te darás cuenta de lo equivocado que estabas porqué tendrás el resto de sus cuerpos a tu lado ¡entendido! – dijo enérgico a Dave –

– me refería a dejarlo ahí en ese rincón, no era necesario decirle eso llevas amenazándolo desde que le hablas –

– es por si no le quedó claro – dijo malicioso

– oye mago no hablaras de nosotros y nosotros no volveremos a molestarte ¿De acuerdo? – propuso Karlie

(...) Dave acento la cabeza afirmando estar de acuerdo con Karlie, Damián libero a Dave del rincón, Karlie tomo el diario y el poemario y fueron a casa

[Más tarde en el cuarto de Karlie]

– no has dicho ninguna palabra desde que llegamos, solo te encerraste en el armario ¿Por qué tan pensativo Damián? – preguntó Karlie desde su escritorio

– aquí estoy cómodo – dijo recostado en el suelo del armario... – pienso en el mago –

– ¿Te impresiono? –

– ¡Que!... Siendo especifico, pienso en el mago y como pudo ocultar la energía que emanaba del libro en esa simple caja metálica –

– en vez de amenazarlo tanto le hubieras preguntado, pero ese no es tu estilo –

– le preguntaremos entonces –

– hoy no, ya es muy tarde además estoy muy cansada – bostezo... – mucha tarea para mañana y ya casi me duermo –

– ¿Te quedaras toda la noche en ese escritorio? –

– solo hasta terminar esto – bostezo de nuevo

– fuiste de gran ayuda, me gustaría recompensarlo de alguna manera –

– puedes ayudarme con mi tarea de química – bostezo una vez más

– ¿Qué es química? – pregunto confuso... – responde niña... niña... Karlie responde – Damián pronunciaba impaciente

(...) Al no escuchar respuesta alguna de Karlie, Damián se impaciento abrió la puerta del armario suavemente preguntando – ¿Estás ahí Karlie? –. Al abrir completamente la puerta vio a Karlie dormida sobre los libros con el bolígrafo en su mana... Damián usando su energía elevo a Karlie de la silla la recostó en la cama, tomo una cobija del armario y con ella la cubrió – descansa, te lo mereces – le susurro.

[Al día siguiente]

(...) La alarma sonó muy temprano en la mañana, al escucharla Karlie despertó, apago la alarma dándose cuenta despertó en la cama, se levantó, toco la puerta del armario preguntando – ¿Estás ahí Damián? –

– si, dime – respondió él

– anoche creo haberme quedado dormida sobre el escritorio y hoy amanecí en la cama ¿tú me cargaste? –