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– no mami no quiero ir a la escuela – dijo medio dormida

– no soy tu madre. ¡Despierta de una vez! –

– oye apenas van a ser las ocho de la mañana, faltan horas para mis clases de karate –

– ¿karate? –

– sí karate, no me despiertas para eso –

– muchacha no me interesa lo que sea eso, te desperté para ir por una caja a la cuál estuve encadenado en el bajo astral; esa caja tiene parte de mi esencia –

– ... yo no iré de nuevo a ese lugar, el bajo astral es un lugar frió el cuál jugó con mi mente –

– no te preocupes no iremos a ese lugar la caja por la cual iremos esta aquí en el mundo terrenal y es un buen día nublado, para ser exacto iremos a la iglesia donde nos conocimos a unas tres horas de aquí –

– Lo siento no puedo ir... tengo clases –

– no te lo pregunte, vamos por la caja –

– ¡Que tengo clases! –

– ¡Vamos por la maldita caja! –

– no voy a ir –

– ¡Te dije que vamos por la maldita cajaaaa! – retumbó la habitación con el grito

– ¿Karlie por qué das esos gritos? – grito Ana desde su habitación

– mamá no fui yo –

– ¡Entonces quien! –

– un loco desquiciado –

– Dios llegaré tarde al trabajo, nena hoy te preparas el desayuno y no te olvides de ir clases. Adiós nena – exclamo Ana al salir de casa

– oki mami –

– tu madre si que grita –

– así es ella, la adoro –

– basta no tomes mis palabras a la ligera – Damián expresó molestó

– ¿por qué esta tan importante que yo vaya? –

– te dije que formamos un vínculo el primer día que hablamos, otra persona no podría abrir la caja y si la abre de nada serviría porque no se activará la fuente y por ende no liberará mi esencia. Y yo no puedo tocarla ya que es un objeto sagrado –

– no te puedo ayudar, toda la semana tendré clases –

– te repito, no te lo pregunte si es necesario te llevare arrastras –

– atrévete – dijo mirándolo fijamente a los ojos

– sí pierdo esa caja tu perderás la vida de tu madre – amenazó

– mamá – pensó... – de acuerdo vamos. ¿cómo llegaremos allá? –

– caminaremos hasta llegar a la iglesia luego tu abrirás la caja y volveremos... serían cómo tres horas –

– ¿caminar? Caminaste tres horas hasta la iglesia. Podríamos llegar en autobús sabes –

– no importa la manera en la que nos traslademos solo vamos –

– piensas que nadie te verá en el autobús con lo enorme que eres –

– puedo cambiar de forma –

(...) tomó su forma canina convirtiéndose en un golden retriever de pelaje negro con el pecho rojo en forma de triángulo con la punta hacia abajo

Un viaje infinito [borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora