La primera isla del Nuevo Mundo. Todo parece apuntar a que la fiesta está servida y todo será una calma velada.
Al mismo tiempo, en la cabeza de Nami ocurre todo lo contrario. Cada vez duda más por la actitud de Sanji tras confesarle sus sentimiento...
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TW: Menciones superficiales de trata de personas y violencia extrema. También violencia y sangre típicas del canon y muerte de un personaje secundario.
En aquellos días que habían pasado en Omega descubrieron toda la verdad bajo las acciones de Lem. Él no era un habitante normal de Green Hoax sino un tirano con una gran banda que controlaba toda la mercancía de la isla.
—No puede ser... No podemos permitir que los traten así; ¡debemos hacer algo! —Y a pesar de su supuesta libertad, aquel día fueron esposadas para que no interviniesen más. Por lo menos Nami y Robin llegaron a la conclusión de que el rango de su jaula no se podía extender o contraer a deseo del usuario, sino que tenía que ser activado y desactivado en cada ocasión. Resultaba más práctico tenerlas vigiladas y que pudiese comprobar con sus propios ojos qué les pasaba a las mujeres en aquel campamento.
Contemplaron palizas, torturas, chantajes... Todo lo brillante que era Alfa quedaba opacado por la oscuridad acumulada entre las murallas de piedra, bajo el escudo de una sonrisa y una normalización repulsiva.
—¿Cómo es que les permiten hacer todo esto? ¿Cómo es que Lem es tan aceptado entre la juventud de Alfa con lo violento y perverso que es? —Nami llegaba todos los días con preguntas y lágrimas en los ojos. Ella misma había vivido un infierno cuando era joven, y tener que ver sufrir a los esclavos de Lem solo provocaba que el dolor regresase a su pecho. Y Robin no sabía cómo apaciguar su sufrimiento. Solo analizaba cada dato que pudiesen asimilar sus ojos celestes, en la busca de cualquier error, de cualquier información sobre los intentos de Chopper de curar a ese hombre... pero eran más cuidadosos de lo que parecían.
Al tercer día Lem se había cansado de esperar por una solución. Sus hombres las habían arrastrado y llevado hasta el edificio principal, poniéndolas de rodillas ante aquel líder de cabello negro y sonrisa ladeada, sentado en un trono metálico hecho de remaches. A partir de aquel día ya no tendrían un trato especial y serían sirvientes como el resto de "enjaulados" de Green Hoax. Y así fueron trasladadas a los baños privados para estar aptas como sirvientas y vestirse como tales. Y descubrieron la bandera pirata que tenían colgada en el vestíbulo de su base.
Mientras se bañaban mutuamente fueron analizando cada uno de los datos que consiguieron extraer de su visita, aunque fuese para alejar su mente de las posibles consecuencias de lo que había ordenado ese hombre. Si eran piratas no tenía sentido que pudiesen convivir con un gobierno autónomo, por mucho que la Marina y los yonkou no pareciesen tener influencia allí.
—Deben de tenerlos controlados, Robin. No es normal la cantidad de infiltrados que nos cruzamos a nuestra llegada... Incluso el portero del Red Carpet está aquí. —Ella no podía hacer más que asentir mientras aclaraba el cabello pelirrojo de su nakama. Cada vez aquello parecía más oscuro; debían huir cuanto antes. Aunque pudiesen combatirlos y escapar de aquel lugar si organizaban un plan adecuado, el problema de la prisión invisible seguía allí sin ser resuelto. Por lo menos allí obtendrían información.
