El olor indicaba que la carne de la parrilla estaba casi en su punto. Esta ya había ganado cierto tono dorado, burbujeando la grasa ante la proximidad del fuego de una de las hogueras que habían prendido para la celebración. Sin lugar a dudas la comida se extinguiría con rapidez en las fauces de los presentes.
—Por cierto, si estos piratas se marchan, ¿quién cuidará de la isla? En el Nuevo Mundo los yonkou parecen estar en todas partes...
La pregunta de Usopp mostraba algo más de cautela y prudencia que las tonterías que podían soltar Zoro o Luffy, solo interesados por beber o comer algo. Sanji lo agradeció después de que se hubiese instalado esa falsa felicidad en los miembros más idiotas del barco—. Por lo que tengo entendido, hay una base de la Marina por aquí cerca. Creo que Robin la había llamado... ¿G-5? Solo lo escuché de refilón mientras charlaba con Franky, por lo que no puedo asegurarlo.
—Ah... Esa chica siempre está tan bien informada... No sé cómo lo hace.
—No intentes desvelar los trucos de un mago.
—¿Entonces estás diciendo que lo suyo es todo fachada? —se burló su mejor amigo con una sonrisa de medio lado. Sentado, apoyaba los brazos hacia atrás, con los que aguantaba el peso de su espalda. Ya casi no necesitaba vendas, al igual que Sanji. Los días habían pasado tan rápido que ni siquiera se había dado cuenta. Depositó la carne en una bandeja y dejó que la gente se sirviese a su gusto mientras se centraba en la conversación con Usopp.
—¡Ni te atrevas a decir eso! Ella es perfecta por dentro y por fuera. Simplemente su poder es tan grandioso que nos ciega a las bestias terrenales como nosotros.
—A mí no me ciega.
—Digamos que tú has sido salvado de la influencia de su cuerpo y sonrisa gracias a cierta persona. —El chico solo se encogió de hombros, restándole importancia—. ¿Y cómo te encuentras? Tus heridas parecen mejorar rápido.
—Sí, bueno...; La habilidad con la lanza de Erik es increíble, pero no me ha hecho la mitad del daño que habrá sufrido él al descubrir lo de su hermana.
Una mujer pasó por allí y les ofreció unas bebidas. Sanji escogió dos para ellos—. Gracias. —Luego volvió a fijarse en la mirada apesadumbrada de Usopp al entregarle el vaso—. Al final no dejaban de ser nuestros enemigos. Aunque no sean completamente perversos, no dejan de ser piratas. Sabían a lo que se enfrentaban.
—¿Eso es lo que te dices para no sentirte culpable, Sanji?
El cocinero se quedó paralizado ante aquella pregunta retórica. En el fondo tenía razón pero no había querido fijarse. Él, al fin y al cabo, la había matado sin dudar ni un instante, incluso siendo una mujer. Sí, hubo una vida en juego, pero las consecuencias fueron demasiado graves. Casi parecía una moraleja: "Si intentas matar a alguien, solo conseguirás crear un monstruo mayor que te tumbará de un golpe". Le dolieron las costillas de solo pensar en el abrumador poder de Lem. Decidió prenderse un cigarrillo y aspirar desde el filtro.
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Reformando lo imposible; Sanami
FanfictionLa primera isla del Nuevo Mundo. Todo parece apuntar a que la fiesta está servida y todo será una calma velada. Al mismo tiempo, en la cabeza de Nami ocurre todo lo contrario. Cada vez duda más por la actitud de Sanji tras confesarle sus sentimiento...