—¿En esta dirección no estamos regresando hacia la Isla Gyojin?
—No os preocupéis por eso. La dirección no importa, sino alejarnos de Green Hoax.
—¿Y por qué no vamos al oeste, Nami? Sería más rápido.
—¡No; hacedme caso! —los interrumpió ella con un gesto de los brazos hacia los lados. Por una vez, todos callaron y quedaron con la vista fija en ella mientras seguían curando a los heridos—. Mientras Robin y yo estábamos cautivas descubrimos muchos detalles sobre la isla. —La navegante, que se dedicaba a cubrir de vendas el cuerpo de Usopp y ayudar a Chopper a curarlo, se giró hacia Sanji—. ¿Recuerdas cuando nos perdimos después de la fiesta y tuvimos que recurrir a la mala orientación de Zoro para salir de allí? Pues en esta isla nunca debes orientarte según los puntos cardinales; gira sobre sí misma. Por eso, si fuésemos hacia ese lado la otra punta de la isla se seguiría acercando a nosotros. Y no sabemos hasta dónde llega el alcance de Lem, pero hasta Alfa por lo menos sí.
—¿En serio una isla puede hacer eso? —se sorprendió Chopper, mirando a Robin como esperando que ella aclarase todas sus dudas, como hacía siempre.
—Sí, pero ese es el menor de nuestros problemas —continuó la arqueóloga, cruzando las piernas en el asiento circular que rodeaba el mástil en cubierta—. Siempre me pareció extraño que permitiesen a unos piratas hacer lo que quisieran y sin poner ningún tipo de restricción. Si aún estuviesen aislados al otro lado de la cordillera... Pero no es el caso. Por lo que hemos escuchado, se mantiene en constante contacto con el alcalde de Green Hoax, en Alfa, y aprovecha su poderío militar para hacer lo que quiera sin que nadie trate de impedírselo.
—¡Qué superrastreros!, pero eso no explica el ambiente festivo y la calma que se respiraba en Alfa. —Mientras decían aquello, ataban una cuerda alrededor de las palmas aplastadas entre sí de Otto, quien aún seguía dormitando en una postura retorcida. Su cabello se enredaba en sus cejas pobladas y era difícil comprobar si tenía los ojos abiertos o no, pero el movimiento regular de los mechones indicaba que respiraba con la misma tranquilidad desde que lo habían atrapado.
—Sí, Nami. En la fiesta era visto como un héroe para todos. Incluso su propia tripulación pasea y trabaja en Alfa sin problemas. Nadie parecía tener miedo.
—Mientras buscaba nuestras ropas, mis armas y el dinero que a estos dos les dio la gana de perder —comentó con una molesta mirada de reojo hacia Robin y un mareado Usopp, que hicieron oídos sordos—, encontré ciertos documentos y escuché alguna conversación. Por lo visto, su nombre completo es Jethro D. Lem, capitán de una tripulación, los piratas Mistake, que llevan asentados ahí desde hace tres años. —Nami ojeó a sus compañeros, pero la única que parecía reaccionar al hecho de ser un D. fue Robin, como era de esperar—. Eran aliados de Shirohige y se encargaban de defender esta isla hasta su muerte. Cuando dejó de erigirse el nombre del yonkou como protección, él se quedó aquí y continuó su trabajo. Mientras enfoquen su furia y morbo con los piratas viajeros, los habitantes miran hacia otro lado.
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Reformando lo imposible; Sanami
FanfikceLa primera isla del Nuevo Mundo. Todo parece apuntar a que la fiesta está servida y todo será una calma velada. Al mismo tiempo, en la cabeza de Nami ocurre todo lo contrario. Cada vez duda más por la actitud de Sanji tras confesarle sus sentimiento...