Tal y como pasó en Malasia, aquella vez que estuvimos a punto de besarnos, no reaccionó hasta que me reí en conjunto con los gritos de las fanáticas.
Mostró una risa nerviosa, entre confusión y vergüenza, estaba un poco rojo para ser sincero.
- ¿Qué pasó? - pregunté.
- ¿Qué ibas a hacer?
- Nada ¿por qué? ¿pensaste que haría algo?
No quitaba su mirada de la mía, quizás estaba esperando alguna respuesta o de plano que realmente lo bese.
Se puso de pie, pensé que me ayudaría pero caminó en dirección a la puerta.
Me quedé bastante perdido ¿se habrá enojado? Porque si era así en ningún momento tuve la intensión de que se enoje conmigo.
- Erick, Erick, Erick - suspiré al decir su nombre por última vez.
No podía quedarme así, quizás le molestó otra cosa y no lo que yo estaba imaginando.
Fui a su habitación, toqué dos veces la puerta, estaba demorando.
- ¿Te enojaste?
- ¿No? Solo me vine a mi cuarto.
- ¡Uf! - dije aliviado - pensé que si lo habías echo. ¿Puedo pasar?
- Sí, pasa.
Lo miré pero sus ojos miraban a la puerta en lo que la cerraba.
- Ya estaba a punto... - no dejé que terminé. Pegué su espalda a la pared de la entrada, no lo hice con fuerza, lo que menos quería era lastimarlo.
- Dime que sí querías que te bese - dije captando su mirada - dímelo y lo hago.
- El que quiere no pregunta, hace - fue lo único que respondió. Me tomé un rato en captar eso, lo decía por mi y en todos esos segundos que demoré, él no se movió ni un solo centímetro.
- ¿Te has dado cuenta de los acercamientos que hemos tenido desde hace un tiempo?
- Sí, es raro.
- Bastante - lancé una pequeña risa. Nos quedamos en silencio absoluto nuevamente, difícil en mi, difícil cuando estábamos los dos juntos ya que nunca estábamos callados.
Volví mi mirada a él, a sus labios que siempre mantenían ese tono rosado, esa forma tan conocida ante mis ojos, siempre miraba sus labios en las entrevistas, era algo que no podía evitar, los deseos a veces son más grandes.
No había mucho que pensar, como dijo él, el que quiere no pregunta, hace, y eso hice. Me apoderé lentamente de sus labios, en un comienzo fue un toque tímido.
Me aparté solo un poco para volver a besarlo, no sé porqué me estaba costando tanto hacerlo.
Volví a apartarme, llevé mi dedo a sus labios que estaban húmedos, solo cerró sus ojos al sentir mi tacto.
Lo besé con intensión de que no sólo fuera un roce o un simple toque de labios. Con el mismo dedo con el que acaricié sus labios bajé un poco su mentón haciendo que abra su boca.
Fue ahí cuando realmente sentí que no estaba haciendo algo incorrecto, quizás inconscientemente estaba esperando esta oportunidad, guardando las ganas que quizás nuestras miradas demostraban y no nos dábamos cuenta, porque no era solo yo, él también estaba consciente de esto.
Bastó sentir que sus manos jalaron mi polera para acercarme a él, para que la intensidad de aquel beso comience a subir, nuestros cuerpos pegados eran prácticamente uno solo.
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Lo Nuestro Detrás De CNCO - Chriserick
FanfictionDetrás de un artista hay muchos secretos que no pueden salir a la luz.