Fragile - Na Jaemin

7. Why So Sad?

Rayos de luz entraban estrepitosamente por la ventana de mi habitación haciéndome saber que ya era hora de abandonar mi querida cama y no, no es exactamente tan bonito como la gente se imagina, los rayos de sol llegaban justamente a mi cara sin dejarme descansar ni cinco minutos más, se podía escuchar la música que ponía mi hermano todas las mañanas y la cual me producía dolor de cabeza y para colmo casi no podía caminar por mi habitación con tantas cosas en el suelo. Así es como realmente se ve esa escena.

Rodé en el colchón de mi cama hasta llegar a mi móvil y mirar la hora que marcaba. Hoy por lo menos no llegaría tarde, lo único positivo del día al parecer.

Dejé mis sábanas de lado y salí de mi habitación dando algún que otro salto para esquivar cosas que ocupaban todo el suelo de la sala.
Hoy era uno de esos días en los que ni si quiera quieres mirarte en el espejo, exactamente un día así ¿Por qué? Seguramente porque ha vuelto a la ciudad uno de mis peores errores y no me apetecía hacer nada con mi vida.

Seguí la rutina que solía hacer cada mañana, peinando cada mechón de mi pelo y colocando el cuello de la camisa de mi uniforme frente al espejo de la entrada.
Mi hermano como de costumbre ya se había ido y yo estaba a punto de abandonar la vivienda también no sin antes coger la mochila que, sin saber muy bien la razón, pesaba más que ningún día de la semana.

Cerré la puerta detrás de mí y comencé a caminar colocando los pequeños auriculares en mis oídos y reproduciendo cualquier playlist de todas las que tenía ocupando el espacio de mi móvil. Hoy mi intención no era esperar al autobús, tenía tiempo de sobra como para ir andando y si esperaba sabía que iba a tener la compañía de Jaemin en el trayecto y como nada de aquello me convenía precisamente, lo mejor sería caminar.

A veces era divertido simplemente andar, ver a las personas que se cruzan contigo, algunas pasean mascotas, su vida no tiene que ser tan ajetreada, otros aceleran cada vez más su paso mientras que hablan por teléfono, ellos en cambio tienen que tener una vida llena de estrés. ¿Le doy demasiadas vueltas a todo? No lo niego.

Podría decir que estaba totalmente rodeada del ruido de los pájaros cantando a mi alrededor, de la música que salía de las cafeterías abiertas a esa hora o del ruido de los motores de los coches pero era mil veces mejor ir sumergida en el ritmo de Panic! At The Disco sin importar lo demás. Claro que esa felicidad no iba a durar mucho. Algo hizo que dejase de escuchar la música por uno de los oídos y haciendo que volviese de nuevo a la realidad.
Me paré en seco, y conmigo el dueño de aquello que se había interpuesto entre mí y mis ganas de llegar por una vez puntual a algún sitio.

– Supongo que no lo sabías pero iba a pasar por tu casa para irnos juntos.

Ni evitándote puedo conseguirlo Na Jaemin.

– Ya, la verdad es que eso no entraba en mis planes. – pausé la música y quité mi otro auricular de mi oído quitándole el otro a Jaemin, el cual hizo presente una mueca entre molestia y tristeza.

– Hoy estás especialmente... ¿cómo explicarlo?

– ¿Amargada? ¿Borde? ¿Depresiva? Sí, hoy estoy especialmente todo menos bien y sería mejor si no lo empeorases.

La expresión de Jaemin parecía no borrarse al igual que su mirada que parecía no despegarse de mí, todo me hacía sentir tan incómoda que hice lo que cualquier persona haría para salir de allí, seguir caminando como si no hubiese pasado nada.
Unos segundos después comencé a escuchar pisadas detrás de mí, supuse que sería Jaemin que vendría una vez más a mi lado. Giré la cabeza para comprobarlo y así era, él también había comenzado a caminar pero no parecía querer llegar a mi lado.
¿De verdad le había hecho sentir tan mal al decirle eso? Pensaba que se habría acostumbrado la verdad.
Dejando de lado el hecho de que solo un metro me separaba de Jaemin, coloqué mis auriculares de nuevo en su sitio para seguir escuchando mi tan adorada playlist.