13. What the rain brings up

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Sal ya, sal ya, sal ya, le suplicaba a una de las tostadas que estaba en la tostadora. Ayer me quedé dormida durante toda la tarde y toda la noche, no comía nada desde el desayuno que Jaemin me obligó a comer ayer por la mañana y lo único que necesitaba era comer una simple tostada.
Mientras que esperaba leí una pequeña nota que Jaehyun había dejado sobre la mesa antes de irse que decía lo de siempre, que tenga un buen día y sobretodo que no me olvide de coger las llaves.
Daba vueltas por toda la cocina mientras que las tostadas seguían sin salir de aquella tostadora que tanto estaba odiando.
Escuché que llamaban al timbre, abrí la puerta segundos después al no estar ocupada con nada.

– ¿Has descansado? – fue lo primero que conseguí oír de Jaemin que se quedaba mirándome fijamente desde la puerta.
Solté un resoplido mientras que rodaba mis ojos y le dejaba pasar.
Ni si quiera recordaba que tuviese que pasar por mi casa cada mañana.

– ¿Todavía no has desayunado? Vamos a llegar tarde. Otra vez. – dejó caer la mochila en el suelo mientras que se recostaba en la pared sin despegar su mirada de mí.

– Ve yendo, a mí me da igual llegar tarde, ya pondré alguna excusa. – respondí volviendo a mirar la tostadora y dando un pequeño salto de emoción al comprobar que las tostadas estaban completamente hechas.

– Entonces mejor piensa una excusa que pueda servir para los dos. – dijo sin moverse ni un solo centímetro del punto de mi cocina en el que se encontraba.

– Tu lo has decidido, te presento la excusa de las tostadas que tardaban demasiado. – dije cogiendo ambas tostadas y comenzando a comer algunos bocados mientras que salía de la cocina para coger mi mochila y mi móvil.

– Dime que es la primera vez que pones esa excusa. – dijo Jaemin saliendo también de la cocina con una mirada en la que se descifraba que no me podía tomar en serio.

– Lamentablemente no. – dije con la mochila una vez ya en la espalda, acto que siguió Jaemin, y saliendo de mi casa mientras que seguía concentrada en terminarme mis tostadas.
Cuando comenzamos a caminar me quedé unos segundos pensando en lo que me esperaba el día de hoy, típicas clases odiosas, y profesores más odiosos aún. Algo hizo que mi corazón parase de latir por un momento y mis ojos se abriesen de par en par y ese era el hecho de que medio instituto estaría hablando de cualquier cosa que hubiese hecho en la fiesta e incluso de la pelea entre Jaemin y Donghyuck.

– ¿Pasa algo? Se te ve preocupada. – preguntó Jaemin mirándome con el ceño un poco fruncido al ver que me quedé un poco más atrás.

– ¿Qué? No, no, ¿sabes que? Creo que llegamos demasiado tarde, es mejor si andamos más deprisa. – dije actuando algo más nerviosa sin parar de pensar en aquello.

– Es lo que te llevo diciendo un rato, pero no me escuchabas.
Jaemin aceleró el paso para quedar a mi lado y seguir el camino con algo más de silencio, sentía que Jaemin sabía perfectamente que algo me preocupaba en ese momento porque siempre es capaz de verlo a simple vista pero que simplemente intentaba no preguntarme para no ponerme más nerviosa de lo que estaba entonces.
Giramos las esquinas de unas cuantas manzanas y tras pasar unos cuantos vecindarios llegamos al instituto que una mañana más tenía sus pasillos vacíos por la hora que era.

Al encontrarnos con aquello ambos sin necesidad de decir nada aceleramos aún más el ritmo y subíamos las escaleras de dos en dos de vez en cuando. Una vez en la puerta del aula en el que ya deberíamos entrar me disponía a llamar a la puerta pero justo antes Jaemin agarró mi brazo impidiendo que lo hiciese.

– Tranquilízate, nadie va a tener ni si quiera la oportunidad de decir ningún rumor si te mantienes a mi lado ¿vale? – dijo en modo de susurro transmitiéndome algo más de seguridad con su mirada. Asentí tragando algo de saliva y soltó mi brazo para poder llamar a la puerta antes de abrirla.

Fragile - Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora