08:13
Choco con ella. Haciendo que se desestabilice, puesto a que iba despistada y guardando su móvil en el bolso.
-Discúlpeme usted-. Miro a los ojos a la mujer, los tenía claros. -No era mi intención, iba distraída y....-. Agarro su brazo para ayudarla a recomponerse. -De verdad, discúlpeme-.
-No te preocupes, bonita-. Me responde, mirando mis ojos también. Todo el mundo se fija en ellos. Son de un color muy extraño, llamativo. Mezcla de azules y verdes, pero muy claros, demasiado. Dando incluso la sensación de ser transparentes.
-Permítame ayudarla-. Aparto mi mano de su brazo y le ayudo a ponerse bien el bolso. -¿de verdad se encuentra bien?-. Pregunto acariciando su brazo izquierdo, el contrario al del bolso.
-Si, si-. Me sonríe. -Estoy perfectamente, muchas gracias-.
-De nada señora, pase buen día-. Dejo mi última mirada en sus ojos cansados y camino.
Y ya estaría.
Esto es mi día a día. Y no, por si te lo estás preguntando. No siento remordimientos. No me dan pena, ni siquiera pienso en sus familias. Me da exactamente igual.Esquivo a más personas y me pierdo por las calles de Manhattan.
¿Y Exactamente que has hecho?, pues bien, quitarle el reloj de oro con diamantes, la cartera, el segundo móvil que tenía dentro del bolso y una pulsera de oro que llevaba oculta entre la manga de su chaqueta de empresa.
Vuelvo a mi calle. Evitando miradas entro donde resido.
¿Como lo has hecho?; fácil
Con el golpe la desestabilizo, agarrándole el brazo mientras hago que me mire a los ojos le desabrocho el reloj y de paso la pulsera que no había visto con anterioridad. Cuando le ayudo a ponerse el bolso, lo he terminado de abrir y mirar que hay dentro de valor, y si, sin apartar mis ojos de los suyos.Es ya costumbre. Por lo que pesa, por el tamaño de los bolsillos y ruido al moverse después del empujón. Y por último; mientras le acaricio el brazo, y desvía su atención a esa caricia, extraigo su cartera y móvil del bolso.-¿Ya está de vuelta señorita?-. Me sorprende la voz del dueño del hotel.
-Se podría decir que si, George-. Le respondo, sin ningún gesto en mi cara.
¿Hotel? Si, hotel.
¿Te haces muchas preguntas no? Aunque es normal.
Vivo en un hotel. George me conoce desde hace muchos años, exactamente seis. Y como no tenía dónde ir, me ofreció vivir en una habitación de su hotel. "The Lowell". Es un hotel bastante caro, en pleno centro. A una calle específicamente de Central Park.-Si necesitas algo, hágamelo saber-. Sonríe. Los años parecen que no pasan por su rostro. Siempre con apariencia cansada, ojos brillantes y una sonrisa, la cual contagia, aunque yo no sea de sonreír.
-Así lo haré-. Le devuelvo la sonrisa, pero muy leve.
Subo a mi habitación; en el último piso. Cierro y me quito la chaqueta. Me voy a un aparente armario, pero al abrirlo, es otra habitación. Bastante Pequeña, pero útil. Donde guardo todo lo sustraído.
Saco el reloj y lo dejo junto a unos cuantos más sobre una mesa blanca. Luego la cartera y miro el dinero del interior. 500€.
Nada mal, para ser el primero del día, ¿o tú que dices?. Perdona que no te llame 'de usted'. Pero creo que se ha creado una cierta confianza entre nosotros. ¿No crees? Tú sabes cosas de mi y yo, aunque creas que no, quizás también sepa de ti. Además, yo solo hablo 'de usted' por dos razones; por mucho respeto a las personas mayores, y por otro lado, a las personas que voy a robar. ¿Crees que me llevaré algo de ti?...
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A PRUEBA DE MI
Misterio / SuspensoAquí no puedo explicar lo que supone una historia como esta. Llena de intrigas y misterio, situaciones límite y decisiones de vida o muerte. Por eso te invito, amiga/o lector, a que te sumerjas conmigo y lo averigües tú. • Cada decisión que tomam...