A PRUEBA DE MI

Capítulo 4

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Pido una copa mientras estoy atenta mirando mi móvil. En realidad, mis oídos están puestos en la conversión de los dos hombres.

-Eso llegará pasado mañana-. El hombre más joven de los dos le explica por lo bajo.

Si, hay uno más joven que el otro. Ninguno de los dos baja de los 37-40 años. Uno de ellos, el más veterano, tiene el pelo canoso y unos expresivos ojos verdes, mientras tanto, el otro, unos ojos más vivos, marrones, también tiene la cara cubierta de una barba descuidada, seguramente llevaría sin afeitarse aproximadamente una semana, no más, por lo que tenía poco. Ya Sabes, cada hombre tiene una forma diferente y le pueden salir más o menos pelos. .

¿Y que me importa a mi los pelos? Pues es algo importante, lo creas o no, cualquier detalle de la cara de una persona, la edad, la manera de hablar, cuanto tiempo tarda o no en afeitarte, todo, puede ser primordial a la hora de querer hacer algo. Yo me encargo de estudiar a las personas. Y por supuesto, dejar que nadie me estudie a mi.

-¿Lo tienes todo? , nuestro Hurón lo necesita todo perfecto-. Añade el mayor.

¿Hurón?. Supongo que será un  nombre en clave, porque si han quedado a estas horas, en una bar de lujo, con estas pintas, para hablar de un maldito hurón, habré fracasado como ladrona, como timadora y como persona.

-¿Cuándo le hemos fallado?-. Ríe el otro muchacho-. Nunca.

Estaba escuchándolos sin mirar. Pero yo si que me siento observada.

Muevo mis ojos con delicadeza por la sala, como si buscara la puerta del baño por ejemplo.

Vale, todo estaba normal.

Tranquila Zero, esto es fácil.
Me Tengo que tranquilizar yo, porque tú estás leyendo esto muy tranquilito o tranquilita, pero no sabes la tensión que supone esto.

-Mañana tenemos que ir al puerto-. Esta vez si le miro. Saca el móvil y le enseña algo.

-A las cuatro de La tarde debajo se la estatua de la libertad, ni una minuto más, ni un minuto menos-. Mueve las manos explicando. Ahí también puedo notar su edad, tiene las manos arrugadas.

Mis ojos conectan con quién está hablando. Se pone muy serio y yo le mantengo la mirada como si nada. Cuando ve que no hago nada, simplemente le miro y bebo, vuelve a su conversación.

Hablan sobre un barco, no se con exactitud que tipo. Si de carga y descarga, un yate, una barca simple o un crucero. No especifican, puesto que entre ellos se entienden. Tampoco sé lo que trae, pero quiero descubrirlo.

-Hurón nos espera mañana-. Concluye la conversación uno de ellos.

Me muero por ponerle cara a ese tal Hurón.

¿Tú eres impaciente?. Yo me considero una persona muuuuy impaciente, la cual, si quiere algo, lo quiere en el momento. Si no lo tengo ya, y como yo quiero, no me sirve. A su vez; me canso muy rápido de todo. Puedo tener mil ganas de tener algo, y cuando por fin lo consigo, me olvido. Demasiado rápido. Como si nunca hubiera querido o deseado mínimamente eso.
Me pasa igual con las personas. No te conviene encariñarte conmigo.

Ahora se limitan a beber. Ríen y conversan de sus aburridas vidas.

Vuelvo a notar la mirada de alguien sobre mi, pero no consigo averiguar quién es. Muevo mis ojos suavemente de nuevo por aquella sala.

No había mucha gente. Tres personas en la puerta  hablando, dos jugando a las máquinas, mis dos sospechosos en la barra tomando algo, al otro lado de la barra otras dos personas, y otro hombre sentado...

No está.

¿Donde está?. Estaba ahí, no se ha podido mover. No lo he sentido, no lo he visto salir, ni escuchado.

Lo busco con la mirada. Junto a la puerta del baño.

Conectamos miradas y me hace un... ¿gesto?.
Mueve la cabeza sutilmente hacia los baños.
Me mantengo quieta, observándolo, estudiándolo, pero no podía mucho.  Casi no se le veía el rostro. Tenía una bufanda que tapaba hasta su nariz. Era el chico de la puerta. Sus pequeños ojos se camuflaban entre su espeso pelo.

Veo como lleva una de sus manos hasta el filo de la bufanda y se la baja hasta dejar ver su boca.

-Acompáñame-.  Leo sus labios, puesto a que casi ni lo pronuncia.

Frunzo el ceño.

Sigo observando sus manos y bajan a la chaqueta, mete la mano en uno de sus bolsillo y observo como saca una pistola.

Me levanto.