Capítulo XXVII

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La voz rebotó entre los árboles. Venia de una dirección que él no podía ubicar, pero estaba completamente seguro de que la voz pertenecía a Kazumi

-¡Kazunari!

De nueva cuenta, pero esta vez un poco más cerca. Ella estaba allí, cerca de él, pero no podía encontrarla. Dio vueltas sobre su lugar, intentando forzar a su mirada a ver más allá. Ese gesto le permitió ver a lo lejos la delgada y pequeña silueta de su hermana, por lo que sin pensarlo más corrió hacia ella, y conforme más se iba acercando, iba descubriendo que la chica no se encontraba sola, sino que había algo junto a ella. Algo incluso más grande que él

-Kazumi... ¡Kazumi!...- decía entrecortadamente mientras corría con suma velocidad. Las ramas crujían con rudeza en el suelo, y las piernas del príncipe estaban llegando al límite, pero éste no se detuvo

-¡Hermano!- la voz de Kazumi denotaba suma alegría en su hablar. Extendió los brazos mientras corría hacia su hermano y saltaba a sus brazos.

Takao quiso decirle y preguntarle tantas cosas, pero todo ello se vio esfumado cuando percibió a quien se encontraba junto a ellos. Parecía un lobo, pero su tamaño era completamente superior al que usualmente solía conocer. Kazumi se separó de él, sosteniendo una sonrisa amplia y los ojos humedecidos

-Furihata me dijo que estabas aquí- comentó la menor, y ante ello, Kazunari expresó en su rostro confusión

-¿Quién?

-Príncipe- la voz ésta vez provino del lobo –quiero agradecerle por haberme salvado aquella vez

-¿Qué...?- Takao apenas podía comprender, pero optó por guardar la compostura y tratar de averiguar de qué se trataba todo eso –No lo comprendo, tú... ¿Quién eres?

-¿Recuerdas el pequeño perro que llevaste herido al castillo?- preguntó Kazumi, acercándose al inmenso animal, y acaricio su pelaje –es él.

-¿Cómo es que eso es posible?

-Soy un híbrido, majestad- habló de nueva cuenta el lobo –. Soy el líder de los híbridos, de hecho. Mi nombre es Furihata Kouki... y ésta es mi verdadera forma- tras decir aquello, el inmenso lobo, pronto se vio convertido en un humano de tez clara, cabello castaño y ojos marrones. Llevaba ropaje maltratado y manchado de sangre seca. El chico realizó una reverencia ante Takao, quien no supo con exactitud cómo responder ante aquel gesto.

-¿Por qué estabas herido en aquel entonces?- aunque el príncipe lo hubiese planeado, no encontraba nada más apropiado que decir. El chico se incorporó de nuevo

-Un vampiro llamado Haizaki me atacó. Me tomo con la guardia baja y logró herirme. Seguramente Midorima no ha de saber que planean atacar su hogar...

-Lo sabe- dijo repentinamente Takao interrumpiendo el hablar del castaño, quien a su vez lo miró con intriga –Sabe que Haizaki le ha declarado una guerra a los suyos...

-¿Cuánto tiempo hace de eso?- la cara del híbrido palideció casi por completo

-Una semana... más o menos. ¿Por qué es tan importante la fecha?

-Iré a verlo- murmuro el castaño casi con desespero

-Si vas a ver a Midorima entonces iré contigo

-Y yo- dijo finalmente Kazumi, quien había considerado prudente permanecer en silencio hasta ese momento. Tanto como Takao como Furihata centraron su atención en ella

-No- dijo el príncipe repentinamente

-De hecho ninguno debería venir- intervino el híbrido –. No sé qué es lo que haya sucedido o esté sucediendo allá, pero no puedo arriesgarme a ponerlos en peligro. Los híbridos somos leales a este pueblo, y siempre los hemos protegido.

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