capítulo 1

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Ashley estaba cansadísima.

La noche anterior al viaje a Los Ángeles apenas había podido dormir. Eso sin contar con el agotamiento que provoca tener que meter toda su vida en cajas para trasladarse a la otra punta del mundo.

"Ashley García Fernández" La llamaron por megafonía. "La esperan en la puerta de embarque."

Viajaría, cómo no, con Nick, su mejor amigo.

Se habían criado juntos. Él había estudiado, como ella, economía en la universidad en Madrid. Aunque Ashley había completado sus estudios con la licenciatura en Administración y dirección de empresas junto a su correspondiente master y doctorado.

_Nick Rodríguez, ¿Qué haces llamándome por megafonía?

_Creía que llegarías tarde.

_¿Desde cuándo lo hago?

_Vale, vale,

Ashley, que había consignado sus maletas, cogió a su amigo por la mano y le obligó a subir corriendo al avión.

En la maleta de mano, llevaba a Teresa, Ana y Elena, tres ratas de un mes de edad que habían sido criadas en un laboratorio. Una amiga se las había regalado. Les había cogido mucho aprecio.

Estaba nerviosa y algo ansiosa.

Por suerte, la acompañaba Nick y había conseguido un buen apartamento que el banco les pagaría a ella y a su amigo durante un año, hasta que consiguieran adaptarse. También habían contratado a una chica a través de una agencia de contratación para que le ayudara con los quehaceres diarios y con la organización de los objetos que ya habían enviado. No podían entrar a vivir en una casa vacía.

Tras un puñado de horas en ese avión que a ambos se les hizo eternas, llegaron a Los Ángeles.

Con sus maletas en las manos, los chicos cogieron un taxi. Tardaron bastante en llegar al apartamento que habían alquilado.

_Hola – Saludó Ashley al portero del edificio. – Somos nuevos en el edificio. Al alquilar el apartamento nos dijeron que usted guarda las llaves cuando los propietarios no están, que se las pidiéramos a usted.

_Así es. – Contestó este hombre dándole lo que le habían solicitado.

Era un señor mayor, de algo más de sesenta años de edad. Iba vestido de uniforme azul marino.

_¿Cómo se llama?

_Max, señorita.

_Llámeme Ashley o Ash. Él es Nick.

Max sonrió.

Quiso ayudarles con las maletas, aunque ellos se negaron. ¿Cómo permitir que un hombre de esa edad hiciera una labor tan pesado?

_No sabía que tuvieras tan buen nivel de inglés, con lo poco que te gustaba estudiarlo...

_Nick...

El edificio es impresionante. El hall es un lugar enorme. Al fondo del mismo, dos ascensores.

Dejan sus maletas en el suelo. Esperan a que uno de los dos baje.

Ashley empezó a jugar con las ratas sin dejar que salieran de su jaula.

_Hi, Max. – Escucharon como alguien entró en el bloque. Un vecino, sin duda.

Miraron a su espalda.

_Nicky, ¿recuerdas al tío que le reventaron la cabeza en Juego De Tronos?

_¿Con la muerte que te pasaste una semana riéndote? Si, cómo no. Ese día tuve claro que eres muy, muy sádica.

_Mira.

_No me... ¿Es Pedro Pascal? – Ella se encogió de hombros. - ¿Es un vecino?

Ash le miró. ¿Qué sabía ella?

Él saludó.

Cuando el ascensor hubo terminado de abrir sus puertas, los tres entraron en él. Los tres iban al cuarto piso.

Vivían enfrente.

El amor de Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora