Capítulo 37

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Media hora antes de que Ashley y Nicky llegaran a casa, Pedro comenzó a poner la mesa.

Se había asegurado de que la comida estaba bien para que no sucediera lo mismo que la última vez que comieron en casa. Aquella noche la pizza no era apropiada.

Sobre el plato que le había puesto a su chica, colocó una caja pequeña, de forma alargada.

Nick, que sabía que Pedro estaba preparando la cena para su novia, mandó a su amiga a ver a su chico. No dejó que entrara en casa. Llamó al timbre del actor y, acto seguido, entró en el apartamento. Aquella noche quería estar tranquilo.

_Ash, pasa. He preparado la cena para los dos.

Ashley puso una cara realmente rara. Él apenas cocinaba.

_Tranquila. – Dijo Pedro haciéndola pasar hasta el salón. – Me he asegurado que esté en condiciones de ser comidas. Nick me ha servido de compinche. Le dijo esta mañana a Max que me dejara pasar y me dio las instrucciones para encontrar el cuaderno de recetas que te dio mi hermana.

_Huele muy bien. – Sonrió Ashley.

La mesa estaba preciosa. Había puesto velas, las cuales había encendido justo cuando escuchó el timbre. Edgar estaba en una de las habitaciones, dormido.

Pedro sirvió la sopa que había preparado. A la carne que tenía en el horno aún le quedaba un rato.

_Vete sentando, cielo. – Dijo el actor desde la cocina.

_Pedro, ¿qué es esta cajita? – Preguntó Ash a su chico cuando le vio entrar en el salón con la cena.

_Ábrela.

El actor se sentó al lado de su chica, lo más cerca de ella que pudo. Quería ver bien todas las reacciones que tuviera, todos los gestos que hiciera su cara al ver qué escondía aquello.

_Una llave. – Ash, nerviosa, se echó a reír. – ¿Qué es esto?

_Quiero que te mudes conmigo. Sé que paso mucho tiempo fuera de casa, que estoy a punto de volver a tener que viajar, pero quiero que comencemos a vivir juntos. Tráete tus cosas, las ratas.

Ashley se quedó blanca. No sabía qué decir, cómo reaccionar ante aquello.

_¿Esto tiene algo que ver con que Ed le pidiera a Nick que vivieran juntos?

_Sí y no. Me ha dicho que se lo ha pedido y la verdad, me ha dado envidia. Me imaginé cómo sería llegar a casa y encontrarte con la persona que quieres. Vente aquí, vivamos juntos.

Ash no sabía qué decir. No tenía claro si sus intenciones eran realmente esas o dar luz verde a los planes de Eddy para vivir con su chico.

Ella estaba a favor de que su amigo viviera con su novio, incluso en el apartamento que, hasta ese momento compartía con ella. Pero, si esa era la motivación de Pedro para pedirle que se mudara con ella, no le parecía bien.

_Pero... ¿Por qué?

_Ash, es algo que quiero hacer.

Ella se abrazó a su chico. Abrió su bolso y sacó sus llaves. La colocó junto a las suyas.

_Mañana le pediré a Nick que me ayude a recoger mis cosas. Tengo que hacerlo poco a poco. Ya sabes, por el trabajo. – Se quedó pensativa durante unos segundos. – ¿Puedo pedirte algo?

_Claro, cariño.

_Necesitaría una habitación para poner un pequeño despacho, para cuando no pueda ir a trabajar por alguna razón.

_Podemos acondicionar la habitación donde está ahora Edgar. Mañana iré a por una muestra de pinturas y elegiremos la que más te guste.

_Eso no me importa. Con que me dejes poner el escritorio, el ordenador y algunos libros, estoy contenta.

_Bueno, pero quiero que estés bien. O, si lo prefieres, dime el color que más te gusta para este cuarto y yo me encargo de pintarla. Antes de que me vaya, quiero que tengamos todo listo.

Ashley se quedó callada durante unos minutos. No sabía cómo reaccionar.

_Por qué no vamos de compras pasado mañana. – Dijo Ash rompiendo su silencio. – Podré tener las cosas del trabajo organizadas. Puedo dejarle alguna de mis tareas a Nick y lo que no pueda abarcar, puedo traérmelo a casa.

Pedro asintió.

Tras esta breve conversación, comenzaron a cenar.

_Te podrías quedar esta noche aquí. – Le pidió Pedro dándole el último bocado al postre. – Tráete algo de ropa para mañana.

Ashley comenzó a reír. Asintió con la cabeza y, tras terminar con el flan que había preparado su chico, corrió a la casa que hasta entonces había compartido con su mejor amigo y recogió algunas prendas para el día siguiente.

Nick se había quedado dormido en el sofá con las ratas.

_Nicky, Nicky, despierta. – Susurró su amiga.

Frotándose los ojos, se incorporó.

_Qué pasa.

Ashley le contó cómo había ido la cena, lo que Pedro y ella habían estado hablado.

_Voy a recoger algo de ropa. ¿Me puedes dejar una maleta pequeña? Solo quiero coger algo para mañana. Cuando regresemos del trabajo, te prometo llevarme todo lo que tenga por casa y a las ratas.

Nick la ayudó a meter algunas cosas en la bolsa de viaje que le había pedido. Mientras lo hacía, le contaba que ya sabía que Pedro le iba a pedir aquello. Lo habían estado hablando los dos y, que al saber que Ed se lo había pedido a él, pensó que sería precioso que ellos dos hicieran lo mismo. Además, iban a ser vecinos. Las cosas no podían ser mejores.

El amor de Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora