Prólogo.

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El universo que constituyen las leyes del liderazgo  dependiendo de ser el más fuerte o el más ágil entre el resto de sus habitantes es el que ha sido elegido para narrar la historia de un profundo delirio de amor atrapado entre una cruel guerra de hormonas en el aire.

  Erase la tarde esculpida por un fragante aroma a tierra mojada y una ligera lluvia pintando sus alrededores, además de ser el mejor escenario para una confesión de telenovela también podía catalogarse como un día de discusión más en la casa de Martín Vargas.

-¡¡No vuelvas a dirigirte a mí nunca más!!- dijo en un tono iracundo el enojado padre del chico.

-¡¡Entonces lárgate de una vez, bastardo de mierda!!- respondió la madre para luego aventar un jarrón de vidrio al rostro de su cónyuge.

Esto pasaba a menudo en ese hogar, nadie ajeno a la casa lo notaba nunca y todo gracias a que la conversación NO debía salir de esas cuatro paredes según como la señora ama de casa le repetía una y otra vez a sus hijos. Debían ser una familia perfecta ante los ojos externos.
El padre salió del lugar y al atravesar la puerta de salida un aura de tranquilidad pareció llenarle por completo y su paso furioso cambió a una caminata digna de un hombre que se da a respetar.

La madre tenía tiempo pensando en mudarse junto con sus dos hijos (por el momento), pero quedaría esa eterna raya que tanto odiaría portar "Divorciada y madre soltera" .《¡Qué horror!》Pensó al repetir esa frase en su mente mientras en su rostro yacía una mueca de asco. La mujer tomó aire y se descargó con un peluche de su hijo menor haciendo que la felpa explotara de un golpe.

- M...mami...- se acercó dicho niño al ver a su juguete ser destruido, pero la mano de su hermano mayor lo arrastró rápidamente a su lado para que no pagasen la rabia con él en vez de con el animal de felpa. Simón caminó con Martín pasando de ser perdidos por su madre hasta llegar a la alcoba de ambos y ahí cerrar la puerta. El menor comenzaba a sollozar, no entendía porqué siempre pasaba lo mismo y porqué después de eso o golpeaban a Simón o lo golpeaban a él (menos frecuente por ser el consentido).

-.. Hermanito, no llores..- el de lentes se acercó al contrario para luego darle un abrazo- .. No llores porque ese peluche era mío desde un principio y... y si pasa algo no es culpa tuya..¿bien?

Bachi asintió con la cabeza, pero no quiso decir que dejaría de llorar por tal motivo, en más; las lágrimas que anteriormente fueron pocas ahora parecían un mar proveniente de sus ojos.

El mayor no pudo aguantar más el papel del chico fuerte y también lloró con su hermanito abrazado.

Pasaron tres horas...

Se escucharon pasos entaconados venir del pasillo...

Las luces de la habitación de los niños estaban apagadas ya que ellos se habían quedado dormidos de tanto llorar.

11:45pm.









Martín ya no recordaba nada a partir de ese momento, sólo sabía que su madre había hecho algo muy malo y su hermano ya no estaría para defenderlo nunca más....









To be continued...

S A V E  M E  [ᴵˢᵃʳᵍᵃˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora