IV

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- Entonces... ¿Cuando entregarán los resultados a las pruebas del Viernes?- preguntó el padre de Martín mientras cambiaba los canales de la televisión sin encontrar nada de su gusto.

El chico levantó la mirada de su dibujo y tardó un poco en recordar la fecha, sin embargo se la dictó en voz baja. 《El Martes》.

El mayor apagó el aparato en la sala y soltó un gran suspiro para luego ir y sentarse al lado del muchacho, cosa que se ejecutó en unos segundos a paso desganado gracias a lo que debía decir.

- Martín, hijo.. Sé que te resulta divertido distanciarte de los demás y las cosas pank, etcétera... Pero creo que ya es tiempo de dejar eso atrás y concentrate en el ahora, en que ya casi dejarás de ser un niño ¿No te pone felíz?- El chico no comprendió el porqué de sus palabras, pero aún así lo escuchó- Mira... Cuando uno crece y todo esto del cuerpo comienza a cambiar, ocurren cosas muy extrañas y casi inexplicables dependiendo si eres Alpha u Omega, por eso quiero que alguien cómo yo (Que te amo y quiero lo mejor para ti) te lo diga antes que la curiosidad que mata al gato... ¿me estás comprendiendo?.

El chico asintió lentamente achinando los ojos ya viendo por donde iba la conversación.

- Y...- el hombre se rascó la mejilla muy suavemente en señal de nerviosismo -... ash... - suspiró para relajarse un poco- El punto es que no importa lo que termines siendo; Alpha, Omega.. siempre voy a estar para ti y puedes contarme lo que sea que necesites ¡Y!- se acordó de lo más importante- Cuando llegue tu primer celo esto te será de mucha ayuda, no se necesita agua para pasarlas- le extendió un pequeño frasco de pastillas versátiles  (para Alphas y Omegas, aunque no para Betas), Martín las tomó ajeno al tema, estaba claro que más tarde investigaría sobre eso.

- Pa'... - puso el envase a un lado junto con sus colores y marcadores- Ya sé todo eso, no me lo repitas.

- Esque quiero que estés bien- contestó algo avergonzado.

- Lo sé..

El mayor agachó la cabeza sin saber qué más decir, sin embargo se le ocurrió algo.

- Bachi, mañana vendrá un chico para que se conozcan ¿te parece?.

- No, ya tengo muchos amigos - mentía.

- ¡¿En serio?!- el azabache se emocionó tanto que en sus ojos se reflejaba un brillo incoherente que sólo había visto en series de tv, mientras que Martín asentía con la cabeza y recogía sus cosas para retirarse a su habitación.

Entonces cada quien por su lado...

El sol se había ocultado hace horas y los grillos comenzaron su típica interpretación de una sonata tanto solitaria como somnifera en el jardín trasero. Para Martín era un concierto privado con el sereno nocturno y vagos pensamientos que venían y se iban sin querer pegar los pies en la realidad; muchos de esos eran recuerdos de momentos irrelevantes del día; y los 60 segundos que tardaba el microondas en calentar su café eran un perfecto ejemplo de ello.
Cuando miraba con detenimiento el camino que las hormigas recorrían guiándose por las feromonas de la primera en su carril, o cuando le daba vida a las nubes y se volvía una de ellas viviendo así una aventura y conociendo una vida diferente con los sueños que siempre quiso. Y esto tan sólo con la imaginación de un niño con una vida social muerta.

Para ese momento él estaba sentado en la escalerilla en frente de la puerta trasera con solamente la iluminación del foco sobre la salida a sus espaldas y su único acompañante -Aparte de los grillos- venía siendo una radio de antaño que reproducía una especie de balada melancólica mexicana, obra de Ana Gabriel; según recordaba el chico.
A él parecía fascinarle tal composición por el sentimiento que la mujer ponía en la obra dándole un sabor a gotas de lluvia perfecto para describir su esencia.

La canción iba dándole vida al momento mientras el chico la tarareaba entre dientes.

Anoche estuve conversando con mi cigarrillo.
Me sentí cansado.

Él cambiaba la letra un poco para no referirse a sí mismo como una 'Ella'.

Cansado aburrido y tan vacío
Que aveces hasta pienso que nisiquiera existo

Que aveces hasta pienso que nisiquiera existo...

Lo encendí muy lentamente, le di una fumada.
Y al mirar el humo que en el espacio se volatizaba.
Recordé tantas cosas que creí olvidadas, se las conté todas mientras que lo fumaba~

Luego de esa primera parte dejó, inconscientemente, de cantar; y esque al pareser, la linda oscuridad de la noche lo atrapaba en un aterrador sueño que consecutivamente ocurría en su entorno...

Otro niño se sentó a su lado y dejó perder su mirada con la de él, para que jugaran; para que lo acompañara en su nostalgia y abriera las heridas que aún yacían palpitantes y en ocasiones ardientes.

- Marto...~

El susodicho parpadeo con fuerza al identificar la voz que había llamado a su nombre, pero al voltear a su encuentro, éste ya no estaba junto a él... supuso que era otra artimaña de su oscuro pasado y optó por cambiar la canción que ya casi terminaba.

Ahora sonaba una sonata de piano, tal vez Beethoven...

S A V E  M E  [ᴵˢᵃʳᵍᵃˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora