VI

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Fue agradable pasar la tarde con alguien que tanto hablaba, siempre asemejándose a un poeta a pequeña escala. Nunca dejaba momentos para que el silencio tomara la palabra y aprovechaba cada segundo para hacer o decir cualquier cosa inhóspita abriendo así el limitado pensamiento del menor.

Martín, verdaderamente nunca lo había pasado mejor junto a alguien nuevo, sentía que podía fluir una gran amistad, como esas en las series en televisión, pero al ilusionarse con ello entendió que debía luchar por agraciarle.
Y no sería difícil, porque a las personas que hablan mucho les gusta ser escuchadas y para eso tenía talento; en especial para escuchar tanta inefable elocuencia. Sentía aprender con cada palabra que emitía el más alto.

Al acabar lo que al parecer fue la mejor tarde de su vida, ambos cenaron junto a los dos adultos en la sala; charlaron sobre irrelevancias hasta que acabaron la deliciosa pizza de champiñones. La niñera de Isaza y él se marcharon justo después de eso prometiendo que el pequeño volvería la semana que viene para volver a jugar con Martín.

S A V E  M E  [ᴵˢᵃʳᵍᵃˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora