XVII

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─ Que ni se te ocurra. ─ la voz desconcertante de alguien que provenía de la evidente nada le quitó del susto la idea del suicidio, que al fin y al cabo no fue tan intensa como para hacerse realidad.

─ ¿¡Quién dijo eso?!─ gritó Martín luego de buscar a alguna otra persona en la habitación o cuarto de baño. Realmente estaba aterrorizado.

Nadie respondió, lo que le puso la piel de gallina inmediatamente. Entró nuevamente al baño y en el lavabo se pasó agua del chorro por la cara varias veces, como si tratara de despertar.

─ No pasó nada. No hay nadie ahí, Martín.─ se dijo a sí mismo en voz baja.








El vaivén de la luz azul y roja, el gentío mirando y cotillando sobre el ojo de Isaza, y el brazo de Villa, que parecía doler cada vez más. A su vez, un par de policías llegaron al caso para asegurarse de que nadie haya salido demasiado dañado, lo que por suerte no pasó.

El padre de Martín había llegado hace un buen rato, dejando clara la falta del de ojos verdes para con su hijo.
Mientras que Villamil no podía hacer más que gruñir y bufar atrapado en lo único que podría salvarlo de la cárcel, 'estar en celo'.
Sin embargo, sólo salieron de allí con advertencias y una orden de alejamiento para Villa.

─ Señor Vargas, le juro que yo sólo estaba protegiendo a Martín─ repitió Isaza luego de haberlo dicho antes, a lo que el hombre asintió con normalidad.

─ Te creo, Isa. Ya no te Excuses o parecerá sospechoso─ la verdad era que ahora tenía miedo de dejar que su hijo fuera por ahí propenso a ser abusado por cualquier Alfa lujurioso, y eso era lo único en lo que pensaba ahora.

─ Lo siento, si hubiera sido por mí no habría pelea--─ fue interrumpido por un par de palmadas en la espalda por parte del contrario.

─ Juan Pablo. Callase la jeta de una vez y deme un abrazo. Le agradezco mucho que haya salvado a Bachi─ no esperó respuesta de Isa, sólo lo abrazó y volvió a agradecer en silencio.

Y aunque eso dejó sin palabras al más alto, no dudó en abrazarlo también y decir...

─ Jamás dejaría que a Martín le hicieran daño─ ¿Y quién dijo mentira? Si eran las palabras más sinceras que pudieron salir de su boca ese día─ él es lo más importante en mi vida.

─ ¿Pero así como?─ el Sr. Vargas dejó de abrazarlo de un momento a otro para comenzar a mirarlo con la cara más distante que tenía, pensando que ahora Isaza también tenía intenciones sucias con su pequeñito.

─ ¡N-ada de malo, sólo lo quiero.... mucho...!.

─ Mmmm.... Está bien. Confío en ti.

Isaza se sintió muy aliviado luego de que la cara del señor regresara a la normalidad después de eso.

─ ¿Irás a tu casa ahora?.

─ Quizás, pero dudo que mis padres me crean tanto como usted─ En realidad sólo quería que él lo invitara a su casa para poder ver como se encontraba Martín─ Pero quiero saber si Villa le hizo algo a Bachi.

─ Tranquilo, él está bien. Algo asustado, pero ya se le pasará─ aseguró descifrando lo que a Isaza le daba mucha vergüenza pedir─ Y sí, sí puedes venir a mi casa a verle.

─ Gracias─ sonrió suponiendo que desde el principio había sido suficientemente claro

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Hola, bbs.
Gracias por seguir leyendo primeramente.
Quería decirles que aunque el libro esté por terminar, no he escrito ni tenido la remota idea de escribir un especial de Lemmon, sin embargo voy a dejar esto a su criterio, así que dejen aquí, en los comentarios si quieren o no el capítulo puerco antes de que salga el siguiente :).

Bai.

S A V E  M E  [ᴵˢᵃʳᵍᵃˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora