¿Me quieres?

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Mierda, mierda y más mierda, ¿Como demonios samantha escucha todo lo que le dice?

Un día después de haber llegando a la mansión de Ámbar, ya era de noche, y no seguiría en la mansión, iría a una disco en Madrid, tenía varios amigos aquí, necesitaba estar lejos de la mansión de la Latina millonaria Ámbar, era un infierno para mi, en fin, mis amigos de Madrid me llevaron a una discoteca llamada "Charada" Que en mis términos es un nombre típico de Madrid.

Música, alcohol, chicas, eso era lo mío, tener que lidiar con gente idiota no, tenemos muchos lugares a donde ir, pero necesitamos gente para nuestro derrumbe hacia los Goldied.

-Vaya y si soy yo que salgo de parranda, todos desesperados buscandome ¿eh? -Me dijo de fastidiosa mi hermana, no entiendo que hacía despierta, después de una noche como está es bueno descansar, son las 3:46 de la madrugada y ella parada frente a mi reprochándome mis salidas. Aunque yo salgo hasta tarde, no permito que ella pase de las 1, en fin, lo que menos quiero es que me esté reprochando esas cosas tan estúpidas que me está diciendo.

-Soy mayor y no soy tan peligroso como tu en estado de ebriedad.

Samantha se quedó callada, era la verdad, después de tomar un par de copas conseguía tener un gran polvo con cualquier chico; por tal razón no me gusta dejarla ir hasta tarde en bares y discotecas.

-Ve date un baño apestas a puro alcohol, maldito ebrio.

-No hables de mi tú eres peor...-Le dije y me largue al subir las escaleras en la segunda planta de la casa, caminando por el pasillo, cuando... veo a Ambar venir, me paso por el lado sin articular palabra alguna y se dirigió a la planta baja.

Es extraño cuando ella no dice nada, es una chillona, habla demasiado, pero me agradó el hecho de que me haya ignorado, porque ni me miro sabiendo que iba callendome. Llegue a mi habitación, me recosté y me quede así como por unos 15 minutos, luego me levante y fui al cuarto de baño, eran las 4:06 de la madrugada,necesitaba un baño aun así, me despoje de la ropa que llevaba y cuando estaba bajo la regadera, me llego a la mente la pregunta de...¿Que hacia la señorita mimada de Ámbar despierta a estas horas?, no me importaba, pero tenia la curiosidad. 

Después de tomar mi ducha me coloque un pantalón pijama solamente, salí de mi habitación, y fui hasta la cocina, no tenia nada de sueño y necesitaba un café, pero..vaya sorpresa, Ámbar sentada en una de las butacas de la mesa que se encuentra en medio de la cocina con teléfono en mano, me recuesto del borde de la puerta de la cocina, y le hablo espantándola.

-¿Sucede algo? -Dije haciendo que esta me pusiera atención, simplemente me miro sorprendida por aparecer así.

-No..nada, me asustaste -Dijo tranquila y con cara de pocos amigos, que en teoría es cierto.

-¿Y que haces despierta a estas horas?-  Pregunto esta vez, al notar sus ojeras en sus ojos y al mismo tiempo se acercó a ella.

Está comenzó a temblar, Randy iba sin camiseta está madrugada, sin palabras y con un nudo en la garganta quedó Ámbar, al sentir a su primo abrazarla por detrás, nunca lo había hecho.

-Sólo tuve un mal sueño-  Logró pronunciar en un susurro que apenas fue audible para Randy.

El aún la abrazaba por detrás, en su mente pasaba la idea de que su prima a pesar de todo era muy tierna, no merecía ser así como es, pero no podía cambiarla y mucho menos él. Ella se voltea, girando en la silla giratoria sin espalda, miró a Randy a los ojos, chocaron sus miradas, mirándose fijamente uno al otro.

A continuación, Randy  comenzó a acercarse poco a poco, se acercaba más y más. Ámbar están petrificada, su primo estaba bastante cerca de su boca y...sucedió, la besó, en un beso lento y lleno de lujuria pero a la vez con ternura, así permanecieron hasta que quedaron sin respiración, lo cual hizo que estos se separaran para volvers a mirarse a los ojos, sin embargo, se abrazaron sentían algo el uno con el otro, pero eso en la cabeza de Randy cambiaría de un momento a otro.

-Eso no debió ocurrir-  susurro Ámbar con una sonrisa en su boca, aún en los brazos de su primo.

-No me importa, te diré algo..., quiero que seas mía y de nadie más- dijo este haciendo que su prima quedará en seco. Ya todos aquí sabemos que es un juego, sólo es cuestión de que Ámbar caiga en los brazos de Randy, entregarle su virginidad y su feminidad a él, sólo a él, pero eso no cambiaría las cosas, Randy seguiría acostándose con sus perras...

-¿Por qué?  Somos primos y no podemos hacer esto, y ni siqu..- sólo llegó a decir sin terminar, ya que Randy la había cargado hábilmente y la había besado de nuevo.

-Disfruta esto conmigo solamente- dijo él con la respiración entre cortada- Te quiero..., pero sólo para mi.

Ámbar asintió y estos dos volvieron a besarse y sin despegarse subieron las escaleras, aún Randy la cargaba, llegaron a la habitación de el, y se lanzaron a la cama, ella debajo de él, era increíble pero cierto, dos primos haciendo el amor.

Randy metió una mano entre la polera de AB/CD que llevaba su prima, acarició su estomago y se la saco hábilmente y la longitud de los besos entre ellos aumentaron y soltaron varios gemidos innecesarios.
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Randy y Ámbar estaban abrazados en la cama de la habitación de él, después de haber hecho el amor con ella, si... amor, ni sentía la misma situación que sentía cuando tenía sexo con alguna cualquiera, sin embargo, con Ámbar era diferente nunca se había sentido así, lástima que ya hizo lo que quería, pero la seguirían cogiendo todas las noches.

-¿Me quieres? - Preguntó Ámbar un tanto cansada aún y a la vez un poco dolorida por su primera vez.

-Tu no te imaginas cuánto- Pronunció Randy con una voz ronca que estremeció a Ámbar, a continuación volvió a besarla, sin apuros y con ternura.

Mientras se basaban algo pasaba por su cabeza, ¿en realidad quería a su prima como algo más? Esa pregunta le inundo la cabeza de inmediato, se detuvo a pensar un rato y sí,  la quería muchísimo, el único problema de esta chica, es que era una chillona, moles-tosa, y además, no podían mantener relación alguna, son primos, y sobre todo el es un mujeriego que busca sexo con cualquier chica que le ofrezca.

-Esto ha sido un error, pero quiero que se siga cometiendo, te quiero.- fueron las palabras de esta, no parecía ser la chillona Ámbar que ya conocía, al parecer, sólo necesitaba a un hombre que la hiciera sentir mujer...
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Eran las 3:34 de la tarde y aun se encontraban en la cama abrazados, desnudos, disfrutando de sus momentos, esa escena era muy conmovedora, dos personas entregando su amor entre besos y abrazos, pero algo iba mal,...los planes de Randy y Samantha iban mal.

Ya tenían 3 días en aquella mansión y no habían planeado nada para derrotar a los Goldied, pero este tampoco quería alejarse de su prima, estos hicieron el amor varias veces en la tarde, hasta que decidieron salir de la cama a tomar una ducha juntos.

Ámbar estaba a dolorida, no podía caminar muy bien, después de hacer el amor como 4 veces en un sólo día había acabado con ella misma, Randy la cargó hasta el cuarto de baño y juntos se metieron a la tina, ella sentada en las piernas de su primo.

Un amor prohibido, entre dos personas tan diferentes, se amaban en realidad pero aún ninguno de ellos lo decía, se besaban durante su baño, cuando de repente fuera del cuarto de baño la puerta de la habitación comenzó a ser golpeada, al parecer era Samantha o quizá Nolan o tal vez Marina...
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Narra Samantha:

Después de hablar con el ridículo de mi hermano el maldito ebrio ese,ui a mi habitación me puse lencería, necesitaba sexo para descargarme de la ira que llevaba esa madrugada, salí al patio a fumar un cigarro, he divisado a Nolan haciendo lo mismo mientra caminaba al borde de la piscina, me le acerque y le hablé.

-¿Un chico sin sueño? - el se sobresalto al escucharme y después me miro de arriba hacia abajo, y pauso su mirada en el escote de la lencería que llevaba.

El no articuló ninguna palabra, simplemente la cargó con brutalidad,  justamente lo que quería ella. Entraron a la casa y fueron a la habitación de ella, todo en el momento fue lujuria y desesperación,  brutalidad y fuerza en la embestidas de ese chico...

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