Prólogo

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Es posible estar rodeado de tanta gente y sentirse solo, llorar por dentro y ser títere de la vida que llevas. "Bladen" es el seudónimo que llevo en el alma, porque la verdadera persona que soy es inestable como el viento de invierno. Aquella persona estaba sentada en un banco como las otras que habitaban ese lugar, así que decidí hablarle.


 —Hola, Bryan. ¿Cómo estás?
—Bladen...eres tú. Estoy mal, pues estoy con el corazón destruido y siento un gran vacío por dentro —respondió Bryan.
—Oh, entiendo cómo te sientes. ¿Qué te ha sucedido?
—Vivo entre sueños, en un mundo gris. Me siento débil y ya no soporto seguir aquí.
 —Sabes lo que te espera y es mejor que lo aceptes, nada volverá a ser igual. Un mar de lluvia brotó de sus ojos. Los golpes que da la vida son duros.
—Llora, Poeta de la Noche, así calmarás las penas que agobian tu alma. Sé lo que has sufrido, pero no todo en tu vida fue malo. ¿Recuerdas a aquella chica que te vio sonreír? Cuando te sentaste bajo la luna a hablar con ella y tu amor le diste —dije con una sonrisa.
—Es verdad, el brillo de sus ojos opacaba al sol, aquel dibujo de sus labios era la luz de mi sendero y aquellas palabras tan dulces, mi único consuelo —replicó.
 —Sigues siendo un gran poeta; sin embargo, ya estás muriendo con el tiempo y siguen desapareciendo tus mejores recuerdos.
 —Vamos a caminar por el boulevard, pensaré qué puedo hacer y después iremos al acantilado—enunció con la mirada triste.


 Llevaba un lapicero y una hoja arrugada de tanto presionarla. En ella retrataría con la tinta un hermoso paraíso eterno. De pronto, gritó en el centro del boulevard:

 — ¡Queridos compañeros, escuchen mis últimos versos, por favor!


"Oh, vida dulce y vacía, ¿Por qué te vas llevando mi alegría?
En tus ojos se ve melancolía

 y el silencio es coreado por los cuervos.
Vas pintando el cielo de gris,
 vas llorando de noche y de día.

Voy perdiendo gota a gota en la vida,
 mis recuerdos anhelados y ajenos.
 Ella se fue un diciembre soleado
 y en enero era todo olvidado.
Regresó una tarde ardiente
para borrar todo resto de muerte.

 Estos versos en el papel quedarán
 junto a mis recuerdos llenos de soledad.
 Pasará esta hoja por cada lugar
y cada una de sus penas grabadas quedará".

Aquel papel pasó por cada persona que lágrima a lágrima la adornaba y humedecía. Nos fuimos cerca al acantilado, donde el fin llegaría. 


—Es la hora de irme, Bladen —sentenció aquel Poeta de la Noche.
—El fin nos ha llegado, es momento de marcharnos — expresé muy triste.

Arrojó la hoja hacia el acantilado y entre los dos lloramos sin cesar. La señal había llegado, pues volaríamos sobre aquella hoja. Al mirar el cielo, nos dimos cuenta de un show que nunca habíamos vivido. Tal vez era nuestro renacer. 

El reflejo de una vieja juventudWhere stories live. Discover now