Capítulo I: Un gran comienzo

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Permítanme presentarme: mi nombre es Bryan, soy un chico de esos que se están extinguiendo, pues una nueva generación ha llegado y yo me siento algo atrasado. Es raro, pues esta generación toma todo a la ligera (claro que no hablo de todos). Al parecer, suelen confundir libertad con libertinaje y eso me molesta un poco. Muchas personas me han dicho que debo socializar más, ya que es lo requerido para sobrevivir, pero prefiero tener pocos amigos que valgan la pena; y, al yo escogerlos, sabré que estarán allí cuando los necesite y cuando ellos me necesiten.

 Hay algo que me inspira mucho de las chicas como para hacerme escribirles una poesía: es la mirada que tienen sus ojos cuando brillan y puedo ver a través de ellos un lado muy dulce (claro que no en todas las chicas). La razón del problema de no encontrar a alguien a mi lado es que suelo ser muy tímido y me cuesta mucho acercarme. Es por esto que muchas personas suelen verme extraño y cada vez siento que me aparto más de esta sociedad. Odio que las miradas se concentren hasta el punto de sentirlas y escuchar las burlas de algunas personas por mi forma de ser; pero bueno, puedo lidiar con ello, pues ya estoy acostumbrado a sentirlo diario. 

 Hoy es mi primer día de preparatoria y me siento muy nervioso. En el colegio me fue fatal por lo anterior dicho, ahora solo espero que no pase igual en este nuevo comienzo. Suelo pensar mucho cuando estoy en la calle, en eso gasto mi tiempo y sé que vale la pena, ya que muchas cosas interesantes nacen al pensar en ese pequeño tiempo libre que tengo. Las soluciones de un problema se pueden encontrar de camino a casa, pues es allí cuando tienes un tiempo a solas para meditar qué decisión tomar o cómo solucionar algo. Eso funciona en mí y espero poder contarles a mis compañeros cuando los pueda encontrar. Los consejos que siempre están girando en mi cabeza sirven mucho a la gente, los aprendí con cada lección de la vida y al escuchar a muchas personas cuando se sentían tristes, aunque no lo crean yo era una de esas personas que se sentaban a conversar con los demás cuando se sentían decaídos y ellos venían a mí en busca de consejos. En fin, es la hora de partir a la preparatoria y enfrentar el nuevo camino que me toca vivir. 

El reflejo de una vieja juventudWhere stories live. Discover now