Capitulo II: De camino a la preparatoria

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En el auto

La vida nunca es como uno piensa, a pesar de que el amor no ha tocado a mi puerta, desde hace mucho, anhelo tener a alguien con quien compartir el cariño que llevo aquí dentro. Es raro pensar en el amor, pues siento que yo mismo lo he alejado.
 Mientras iba en el carro, muchas ideas rondaron por mi mente, hay veces en que la soledad se sienta muy cerca de nosotros y nos obliga a prestarle atención. Cada persona lleva dentro un dolor muy fuerte, puede que sea por malos recuerdos, por ello algunos optan por cambiar. En mi caso, fue así como mi vida dio un giro. A veces me siento un poco cansado de seguir este camino.
 — ¿Sigues con eso, Bryan?
 —Oh, has vuelto de nuevo Bladen, ¿qué es lo que quieres? —contesté, pese a saber la respuesta. — ¿Por qué llevas contigo esos pensamientos?
 —Es así como analizo mis situaciones, tú sabes cómo me siento por dentro y, sin embargo, no haces nada — respondí molesto.
—Espera, ¿piensas que yo debo cambiarte? Te voy a ser sincero, haría todo lo que fuera por sacarte una sonrisa. En esta vida, tienes que ser tú quien cambie tu camino, eres el único dueño de tu futuro y de este presente. Yo solo soy ese ser que te acompaña y complementa —replicó Bladen, en tono suave y comprensible.
—Bueno, tienes razón. De vez en cuando, tengo miedo de enfrentar esta vida, suele ser tan difícil y sus golpes regresan constantemente —manifesté un poco triste.
 —Bryan, este mundo nos llena de lecciones para aprender a seguir, nos vuelve más fuertes y, constantemente, nos va a golpear para continuar aprendiendo. Por ejemplo, cuando caminas por cierta acera, vas a ver que está destruida; tú la recorres y al terminar la primera parte, ¿qué observas?
 —Cuando camino por la acera, veo que al final de la primera parte el camino se vuelve liso, sus imperfecciones son pequeñas y cuando lo termino puedo transitar sin tropezarme —respondí dubitativo.
—Allí está la respuesta, si bien el camino está lleno de obstáculos, te das cuenta que estos no duran para siempre y en algún momento acabarán. Así son los problemas de la vida, cuanto más difíciles sean, se volverán más fáciles con el tiempo, puesto que tú le dedicarás tiempo para solucionarlos e irás aprendiendo poco a poco. Para conocer las lecciones de la vida, hay que vivirlas, aunque nos cueste mucho hacerlo. El dolor es algo momentáneo, pero, si lo buscas todo el tiempo, éste te consumirá y no habrá marcha atrás.
 —Ya comprendo, gracias por tus recomendaciones. Estoy agradecido de tu creación, aquellas lecciones te crearon y tú, mi complemento, haces que todo esto sea más interesante —declaré con mucha alegría.
 —Bueno, amigo mío, ya estás por llegar. ¡Buena suerte! Era verdad, había luchado tanto por sobrevivir que simplemente no me iba a rendir. Nuestro existir tiene muchas cosas maravillosas, solo puedo decir que la vida es tan hermosa que no vale la pena desperdiciarla con lágrimas.   

El reflejo de una vieja juventudWhere stories live. Discover now