Doyoung está enamorado de su mejor amigo, Yedam, y fantasea con besar sus labios con sabor a chocolate, como él los describe, pese a que no los ha probado. ¿Podrá lograr hacer de su fantasía algo real un día?
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㊣ Histor...
—Kim y Bang, quiero un informe de la clase de hoy—- Replicó el maestro al notar que ambos chicos estaban en cualquier lugar menos en su aula.
Doyoung rechisto, quería manterse lejos de Yedam pero el destino o lo que sea que fuese, se esmeraba en juntarlos una y otra vez, rehusandose a verlos separados.
—¿Para cuándo, maestro? —inquirió Yedam quien había encontrado en esa tarea la oportunidad perfecta para reconectar con Doyoung.
—Mañana mismo.
—¿Por qué a mí? —pensaba el chico de los frenos, maldiciendo su suerte y que los astros conspirarán en su contra.
En ese momento el timbre sonó y los estudiantes se dispusieron a guardar sus cosas para marcharse a toda prisa.
—Voy a recoger unos libros —susurró Yedam en el oído de Keita. Últimamente su relación empezaba a enfriarse pero, no por eso quería creer que todo estaba perdido.
Cuando Doyoung terminó de copiar sus apuntes todos se habían ido menos Keita, entonces su apuro por irse fue aún mayor.
—Ey —El japonés llamó su atención en el preciso instante en que estaba por salir—. Seamos honestos, no quieres hacer ese informe. En fin, tomaré tu lugar y lo haré con él, puedes irte ya.
El menor apretó su mandíbula, odiando que el trigueño creyera que tenía derecho a hablar por él. Finalmente salió, sin molestarse en responder porque no tenía caso.
Nuevamente el destino hacia de las suyas para hallar formas de separarlos más que de unirlos.
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