Narra Niall:
Toqué con fuerza la puerta de la casa de Lena incluso llegué a patearla de la desesperación, pero nada parecía dar resultado, no podía ser que nadie me respondiera, ¡La jodida mansión se estaba quemando!. Me asomé a la ventana intentando ver una manera de escalar, el humo comenzaba a escaparse, toqué nuevamente el timbre, si no respondían, tendría que subir hasta la ventana, y honestamente esperaba que me abrieran.
-Buenas tardes -dijo una empleada, cuando abrió después de mis insistentes llamados.
No me quedé a saludarla, entré empujándola, corrí escaleras arriba, no sabía cual era la puerta de su habitación, pero no sería díficil dar con ella, el humo salía por la rendija de la puerta y el suelo, me quité el suéter y giré la perilla, la cual hervía por el candente fuego, era imposible estaba atascada, o quizá tenía seguro, me alejé unos metros para tomar vuelo y después pateé con firmeza. Dios, esperaba que ella estuviera bien, que no le pase nada, por favor que esté bien, suplicaba en mi interior con devoción.
Adentro estaba todo lleno de humo, no lograba verla entre las espesas capas grisáceas, el fuego había consumido la cama y un sillón, empecé a carraspear mi garganta debido a la molestia del humo, mis ojos lloraban de ardor, entré al baño a buscarla pero no estaba, aproveché y humedecí mi suéter, me lo coloqué en la cara cubriendo mi nariz y boca, eso evitaría que me intoxicara con el humo. Salí rápidamente y vi una parte de su pierna en el suelo, corrí hacia ella, Dios ella está bien o bueno eso esperaba, se encontraba tirada completamente desmayada, en su mano sostenía un encendedor, ¿acaso ella lo incendió apropósito?.
-Lena, todo estará bien -le susurré al oído cuando estuve más cerca, y demonios, por su puesto que todo estaría bien. Era absurda esta sensación de dependencia hacia ella, no tenía más que una sola conversación con ella, la había visto solo dos veces, pero ya sentía que la necesitaba para respirar.
La tomé en mis brazos y bajé rápidamente de dos en dos los escalones, de camino me topé con un señor de avanzada edad y la chica del aseo, ambos se impactaron de ver a Lena así y a la vez de verla entre los brazos de un completo desconocido. Pero no había tiempo para explicaciones.
Zayn ya había llamado a una ambulancia por lo que pude escuchar, recosté a Lena en un sillón y revisé que no tuviera alguna quemadura, por suerte no, su blusa se levantó un poco y alcancé a ver en la parta baja de su vientre del lado izquierdo como se asomaba un trébol de cuatro hojas, reí cortamente, y bajé su blusa de nuevo. Ella seguía inconsciente, apreté su mano con fuerza mientras llegaban los servicios médicos, a lo lejos podía escuchar la sirenas, me imagino que también debieron haber llamado a los bomberos.
-Aquí está -indicó el señor cuando entró uno de los camilleros, me paré pero seguí firme a su lado. Aproveché para limpiar los residuos de humo de mi rostro, en especial de mi nariz, mi suéter quedó hecho un asco, lleno de ceniza y manchas negras.
Los chicos de la ambulancia la pasaron a una camilla, vi que rápido le colocaron una mascarilla de oxígeno, revisaron sus signos vitales, y le colocaron el contador de latidos en su dedo índice. Avancé con ellos, los seguí hasta la ambulancia con paso firme.
-¿Quién irá con ella? -preguntaron hacia nosotros, me sentía desesperado, quería estar a su lado.
Iba a subir, pero Zayn puso su mano en mi pecho lo que me impidió avanzar, vi que su abuelo subió a su lado. Las puertas de la ambulancia se cerraron y minutos después partieron con ella, esto estaba mal, necesitaba saber que iba a estar bien. Solo pude leer, West Hospital L.A en el costado de la ambulancia, al menos ya sabía donde estaría. Me sentía impaciente, necesitaba saber que todo quedaría en un susto, quería verla, estar a su lado.
-Niall, basta, ya la atenderán. -me dijo Zayn, tomándome por los hombros.
-Debemos ir al hospital.- escupí sin meditar mis palabras. Llevé mis manos a mi cabeza, jalando mis cabellos en señal de frustración.
-Ya rubio, iremos. -dijo serio, pero él no entendía, yo no quería ir después, quería ir ahora.
Le hice señas, indicándole que quería ir ahora mismo, él me ignoró. Al ver que no me acompañaría me di la vuelta, y caminé rumbo a la casa, subí a la habitación y me puse otro suéter, comenzaba a ventear.
-¿A dónde vas? -preguntó Zayn, viéndome con duda, lo vi que caminó hacia la puerta, ¿no me impedirá ir, o sí?.
