CAPÍTULO 3

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Las sucias paredes, el olor a rata muerta, alguna tubería oxidada que dejaba salir el agua estancada, la oscuridad de la noche y la complicidad del solitario lugar en el que estábamos me hacían temblar.

-Dispárale -susurruba Bryan muy cerca de mi oído.
-No.. no.. p.uedo -decía con el arma entre mis manos, las cuales temblaban, podía escuchar claramente el sonido de mis dientes castañeando.
-Elena, él quiso matarte.

Él quiso matarte, Él quiso matarte, resonaban en mi mente sus palabras, hace unos instantes el idiota que yace en el suelo quiso tirarme de un segundo piso, me estranguló con fuerza, si no es que Bryan llega a tiempo creo que hubiera muerto, ambos pelearon y se dieron golpes muy feos, el tipo estaba inconsciente en el piso, bueno tenía los ojos abiertos pero no se movía, me asustaba.

-Dispárale maldita sea -refunfuñaba Bryan poniendo sus manos sobre las mías las mismas que estaban sobre el gatillo del arma. 

Sin darme cuenta apreté el gatillo y la bala se alojó en el pecho de aquel asqueroso tipo, me sobre salté del susto, me había convertido en una asesina, lo había matado, los nervios me carcomían, Bryan me quitó el arma y la pateó lejos, ambos corrimos hasta perdernos.

Elena eres una asesina, vendré por ti, lo juro..
Asesina, Asesina, Asesina, Asesina, quería correr pero no podía, estaba inmovilizada, mis piernas no me respondían, quería huir, ¡No, no soy una asesina! ya no soportaba el dolor, veía la silueta de aquel tipo desangrarse frente a mí.

Pagarás maldita asesina, pagarás.

-¡NOOO!,¡NOOO! 

Sentí unos fuertes brazos sacudirme por los hombros, aún seguía viendo a aquel hombre, me sacudieron con más fuerza, y por fin abrí los ojos, todo era un maldito sueño, era una pesadilla nuevamente, estaba sentada sobre mi cama, sudando como loca, mis manos temblaban y las lágrimas se escurrían por mis ojos.
Abracé a mi abuelo, llené su bata con mis lágrimas, estaba aterrorizada, tenía demasiada culpa, no podía dormir en paz, cada que cerraba los ojos, veía sus ojos en blanco, jamás me dejaría en paz.

-Lena, Lena, eso se aclaró, el tipo ya estaba muerto antes que dispararas -me decía mi abuelo, como si con eso fueran a desaparecer las pesadillas, yo le disparé, yo lo maté.

-No, yo -decía entre sollozos- yo lo maté.

-No, entiende, estaba drogado, al caer se golpeó y se asfixió, no fue tu culpa.- me explicó, fue lo mismo que dictaminó el juez que llevó el caso, pero aún recuerdo a la madre de aquel tipo amenazarme con rabia y dolor, ella me tenía como la asesina de su hijo, el bastardo de Bryan testificó en mi contra diciéndo que yo había sido quien había disparado.

Le pedí a mi abuelo que pasara la noche conmigo, no podría dormir si no fuera así, lo amaba tanto, era el único que conocía los más oscuros secretos de mi pasado, y aún así me seguía viendo como un ángel, él veía la luz que yo me esforzaba por apagar.

Después de pasar unas no tan agradables horas durmiendo, sentí que Katy ya estaba en mi habitación sacando la ropa sucia y recogiendo todo mi desorden de anoche, abrí los ojos y vi hacia el reloj, tres de la tarde, ¿Qué mierda?, ¿Tanto dormí? y pareciera que no había conciliado el sueño en meses, me senté en la cama y rasqué mi cabeza, mi cabello estaba echo un asco, estaba enmarañado, creo que tenía ojeras, y para colmo una espinilla amenazaba con salir en mi frente.

-La tina, ya está lista -me dijo sonriente, vi que dejaba la charola con jugo fresco sobre la mesita de estar.

Le devolví la sonrisa y salí rumbo al baño, me quité la ropa y entré suave y lentamente, el agua estaba deliciosa, tibia, y llena de espuma, como a mi me gustaba, enredé mi cabello en una cebolla y mojé solamente hasta mis hombros, primero quería relajarme, después me daría una ducha completa. Alcancé mi iphone y vi que tenía tres mensajes de Luna, en el último pedía que la alcanzara en forever 21, su tienda de ropa favorita, de seguro quería cambiar su guardaropa para la Universidad. Pasé una media hora más en la tina, y después mojé mis cabellos, apliqué un poco de shampoo y enjuagué, ahora si estaba lista.

No andaba muy de ánimos así que unos jeans a la cintura y una blusa verde con la leyenda de "Fuck You" estaba bien para salir al encuentro de Luna, unos conversse negros cubrían mis pies y mis infaltables gafas para sol adornaban mi rostro.
Pasé por la casa de Zayn y vi a un chico rubio parado frente a la puerta tocando, había maletas a su al rededor, no le presté atención, noté que me siguió con la mirada, pero no duró mucho ese contacto visual porque entré a mi auto, pero antes de arrancar nuestras miradas se cruzaron de nuevo, el profundo y azul de sus ojos me envolvió por completo, transmitían paz, pisé con fuerza el acelerador y me perdí en el camino.

-¿Dónde mierdas estás? -pregunté en cuanto Luna me tomó la llamada, odiaba andar buscando gente, ella no estaba por ningún rincón de Forever 21.

Eres lo único que quiero (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora