Narra Niall:
Era tan ridículamente estúpido como hacía unas horas me estaba sonriendo mientras me daba una clase inesperada de como patear un balón, incluso peor, me había dejado callado por la forma en la que cobró ese tiro, tenía una técnica nata, y ahora me estaba odiando. Al principio creí que sería buena idea acompañar a Zayn a dejar a Luna al departamento que compartía con Lena, porque yo sabía que ella estaría ahí, y maldita sea, pero quería verla desesperadamente. Cuando llegamos y me dejaron solo, lo primero que hice fue buscar entre las habitaciones del moderno lugar, deseaba con todo mi ser encontrar su cuarto, y cuando lo encontré, mis ojos no podían creer lo que veían, era más de lo que había imaginado, ella estaba recostada sobre su cama, envuelta en solo una toalla blanca, tocándose lentamente mientras sus ojos se mantenían cerrados, se veía tan excitada, tan... no había palabras para describir su perfecto y húmedo cuerpo sucumbiendo ante el placer que sus manos estaban dándole, peleé con mi interior por no rozar su mejilla con mis manos, quería lanzarme sobre ella y dejar que el momento guiara mis actos, segundos después sus ojos estaban abiertos y centrados en mí.Mierda, esta mujer me estaba a volviendo loco.
Todo pasó tan rápido, de estar tocándose, a posar semi desnuda, a estar cerca de mí y fundir sus labios con los míos en un ardiente y deseado beso, porque no podía negarlo, ella también lo deseaba, después a mantenerme alejado, al punto de correr y besarla desesperadamente de nuevo, a este maldito final, ella corriéndome de su habitación, y huyendo con un tipo en una motocicleta, esto estaba jodido. Ella me estaba jodiendo, pero yo no tenía intenciones de alejarme, quería más, mucho más de ella.
-Me voy -le dije a Zayn, no había forma de que pudiera pasar más tiempo aquí.-Tranquilo, si quieres me voy contigo -me dijo él, pero aunque quisiera que lo hiciera, lo que necesitaba era un tiempo a solas.
-No, gracias, sé el camino de regreso, además necesito un tiempo solo. -argumenté, esperando que él me creyera y cediera.
Minutos después Luna apareció con una charola entre sus manos, traía jugo y galletas, me quitó un peso de encima, sabía que Zayn no querría mantenerse lejos de ella, ellos apenas estaban iniciando algo, era raro, Luna no era para nada el tipo de chica con la que mi amigo saldría, pero eso que importaba, ambos se atraían, las personas podían notarlo a kilómetros. El departamento de Lena estaba muy retirado de la casa que compartía con Zayn, eran al rededor de las 9:30 de la noche, quizá, si bien me iba para las 11 estaría llegando a casa, tiempo más que perfecto para pensar.Tomé una galleta de la charola que la rubia había dejado sobre la mesa, olían muy bien, me despedí con un beso en la mejilla de ella, y un apretón de manos con mi amigo, ambos se encogieron de hombros, como si intentaran disculparse por la actitud de Lena, pero ellos no tenían la culpa, ella era así, explosiva, y yo, bueno, yo tendría que aprender a lidiar con sus problemas de actitud.
"Debes alejarte de chicas problemáticas"
Las palabras de mi madre resonaban en mi cabeza mientras salía de aquel lugar, parecía ser que siempre me mantenía atraído por este tipo de chicas, siempre terminaba siendo el juguete de todas. Pero no con Lena, ella era diferente, lo sabía, solamente con verla, me daba cuenta que ella solo estaba asustada de si misma, el odio que sentía por todos era solamente una más de sus máscaras, tenía muy poco tiempo de conocerla, pero lo sabía. Algo dentro de mí me lo decía.
"Niall, olvida a Holly", "Ella no es la chica adecuada para ti"
Ahora que lo pensaba, el motivo porque el que decidí salir de Irlanda fue precisamente por ella, la que ahora parecía ser solo una desconocida, ya ni siquiera había venido a mi mente como en noches anteriores al día en que la conocí, desde el momento en el que vi esos ojos grises pasar por la cada de Zayn, desde el momento en el que ella apareció.
Después de que mi padre se quitó la vida, lo único que quería era algo que me hiciera dejar de pensar en el dolor que su partida me había dejado, y Holly, parecía ser la única salida, sus ojos marrón, su cabello rojo y sus labios, esos labios tan carnosos que tanto deseé, ahora se reducían a nada después de haber probado el cielo y el infierno con Lena, ahora aquellos labios parecían no tener ningún valor. Quería condenarme junto a Lena, quería estar en donde ella estuviera.
Holly, salió conmigo, dos meses, creí que me amaba, creí que en verdad amaba cada llamada que le hacía en la madrugada, ya que era el único tiempo en el que ella respondía mis llamados, creí que apreciaba cuando le regalaba una estúpida rosa, pero no, todo era mentira, me estaba usando, para darle celos a su santurrón novio, un tipo mucho más musculoso que yo, más alto y por su puesto más fuerte. Me di cuenta tarde del caos que ella ocasionó en mi vida, dejé de comer, estuve a punto de perder mi último año en la escuela, apesar de que solo conocí el sabor de sus labios, ella se había metido en mi piel.
Había, en tiempo pasado. Ahora estaba Lena.
No sabía cuanto tiempo llevaba caminando sin rumbo fijo, comenzaba a sospechar que me había perdido entre las transitadas calles de Los Ángeles, quizá era momento de llamarle a Zayn, no reconocía las casas a mi al rededor, la calle comenzaba a tornarse oscura y no me fiaba, al fondo podía divisar una multitud, al parecer eran chicos en motos y mujeres en diminutos atuendos, mi cerebro me pedía que retrocediera, pero no lo escuché, avancé con paso firme hacia aquella multitud, muchas de las chicas que estaban por ahí, empezaron a lanzarme miradas desesperadas, no podía descifrarlas, no sabía si estaban pidiéndome ayuda para que las sacara de aquí, o simplemente querían que hiciéramos cosas inapropiadas. Apostaba más por lo segundo.
Maldición, creo que definitivamente este no era el camino de regreso a casa, el olor de motor quemado inundaba mis fosas nasales, también podía respirarse la marihuana que varios de ellos estaban fumando, había botellas de alcohol por todos lados, y los tipos en su mayoría lucían como dos tallas más grandes que yo, si quería salir vivo lo mejor sería tomar otro camino, justo cuando estaba apunto de girar, la vi, vi a mi ángel sin alas, estaba sentada en una de las motocicletas, podía reconocer a kilómetros sus bellos y quebrados ojos grises, ¿qué hacía ella aquí, entre todos estos hombresotes?, estaba sonriendo, bueno al menos lo intentaba pero no le salía bien, mi corazón corrió a mil por hora cuando vi que un tipo tenía su mano posada en su pierna, ella seguía riendo estruendosamente, parecía otra, se veía extraña, no me había detenido a poner atención, no podía ser él.
Louis, capitán, Tomlinson.
Mierda.
¿Qué hacía él con ella?, porque de todos tenía que ser él, no podía soportar verlo con ella, ni siquiera era mía, pero me hervía la sangre el simple hecho de pensar que alguien más la tocara, aunque si reflexionaba, él era más de su tipo, rudo y con seguridad.
Ella no podía negar que sintió algo cuando la besé, sintió lo mismo que yo sentí, esa conexión recorrer nuestros cuerpos, jamás lo había sentido, debía ser porque solo he besado a dos chicas, no tenía la experiencia suficiente en esto, o quizá a que entre Lena y yo existía un fuerte lazo.
Cuando menos lo pensé, mis pies se habían desconectado de las órdenes de mi cerebro, estaba a unos pocos metros de ella, sus largas piernas se aferraban a aquella máquina metálica y sus labios estaban estirados en la sonrisa más aterradorar que había visto, ella seguía hablando con todos esos tipos, y con él, sostenía un cigarrillo en su manos y una botella de cerveza en la otra, ¿Porqué te gustan así Horan?.
-Louis, dame otro maldito pase -escuché que le pidió, o le exigió, su tono era igual. Droga, eso explicaba el porque de su desinhibición.
No podía alejarme, sentía que debía cuidarla, protegerla, ¿a quién quería engañar?, ella no necesitaba protección, mucho menos la mía, ella podía cuidarse sola, ella solo necesitaba alguien que la quisiera. Caminé un poco más hacia ella, con la determinación de llevármela lejos, si la dejaba solo Dios sabría cual sería su destino, me detuve en el preciso momento en el que mi corazón cayó al pavimento, mis ojos fueron testigos de la escena de terror más horrible de todos los tiempos, sus labios presionándose contra los de Louis, sus manos enredadas en su cuello, y sus piernas rodeando su cintura, mientras las manos de él recorrían la parte baja de su espalda, frotándola lentamente, la vista era asquerosa, sentía que en cualquier segundo vomitaría.¿Cómo podía estar besándolo?, Hace menos de una hora me estaba besando a mí.
-o-
-Dale, Louis, dame otro maldito pase -le exijí a este idiota, el porro de marihuana no era suficiente, quien se creía este imbécil como para tenerme rogándole. Después de besarlo y no sentir nada, no sentir nada como lo que sentí con él, con Niall, lo único que necesitaba era un pase.
El muy idiota quien también ya se encontraba colocado, sacó una pequeña bolsa transparente de su chaqueta de piel negra, con polvo blanco adentro, sonreí ampliamente, lo elevó frente a mis ojos y lo sacudió repetidas veces, al final lo lanzó hacia mí, me bajé de la motocicleta casi de un salto y caminé hacia un lugar oscuro, su estúpida carrera estaba por comenzar pero me valía madre, yo solo quería terminarme todo el contenido de la plastificada bolsita, creo que empezaba a tener alucinaciones, porque minutos antes de bajar de la motocicleta creí haber visto a Niall parado entre la multitud, sería absurdo, ese era otro juego mental de mi retorcida cabeza.
-Maldita mierda -esto no lograba transportarme como siempre lo hacía. Quería volar, sentirme libre, dejar todos mis fantasmas atrás, pero no estaba consiguiendo nada. Creo que ya aspiré todo el contenido de la bolsa, y aún así no lograba sacarme a ese estúpido de mi mente, me tenía al límite que siempre estuviera en mis jodidos pensamientos, ¡Quería besarlo!, ¡No, no quería besarlo!, ya no quiero que esté adentro de mi cabeza. -¡Lárgate!-grité hacia la nada. Escuché el eco de mi voz.
Minutos después, comiencé a sentirme sumamente feliz, me sentía un poco elevada, las imágenes se veían más distorsionadas que lo normal, solamente veía al fondo siluetas de personas, yo me reía como loca, todo me causaba gracia, las luces eran cegadoras, y en un momento pareciera que estaba en una especie de caleidoscopio, todas las personas se repetían una y otra vez frente a mis ojos, sospechaba que la maldita droga estaba cumpliendo su función, nada tenía sentido, así era como me gustaba sentirme, sin cargas en mi interior, sin peso de culpas.
"Elena, gracias -dijo la chica de piel morena.
-De nada, ahora ve -le dije con una maliciosa sonrisa.
-Jamás me cansaré de agradecértelo -dijo la inocente e ingenua."
Lo lamento Danielle, alguien tenía que pagar mis errores, le debía demasiado a ese bastardo, que cuando me preguntó que si podía ofrecerle a alguien con quien satisfacerse, solo pensé en esa estúpida mosca muerta, siempre hablando de su baile y sus sueños de ser reconocida mundialmente, maldita estúpida, pues mi amigo te iba a reconocer mundialmente, no en la forma en la que querías obviamente. Ojalá Jake le haya sacado provecho a ese cuerpo.
-Maldita Danielle, Malditos todos, Jódanse.
De nuevo me encontraba gritando en medio de la calle, cada vez se distorsionaban más la imágenes, era una sensación placentera, siluetas de personas con las caras completamente irreconocibles, me hablaban, luces, y sonidos raros, yo solo sonreía nada era real, debía ser causa de mi imaginación, si, eso era.
-Lena -sentí unos cálidos brazos rodear mi cintura.-Esa soy yo -dije sin coherencia, aún sonriendo, sí yo soy Lena, ¿quién era él?.
-Mierda, ya estás en trance, ¿inhalaste todo?, maldita bruja envidiosa -dijo el tipo nalgueándome.
Louis .
-Retira tus manos de mi trasero -intenté coordinar una oración.-Sí, sí, lo haré -respondió antes de masajearme el trasero de nuevo, me sentía débil, así que no luché por alejarlo- oye gané la carrera, así que recuerda que tenemos un trato. -¿De qué maldita mierda hablaba?, mas le valía que dejara de gritar.
No sabía donde estaba, al bajar de su motocicleta, entre cerré mis ojos para intentar ver con claridad, pero era inútil puesto que todo seguía girando a mi al rededor, me detuve unos minutos y observé todo con detenimiento, creo que estábamos parados fuera de mi departamento, ni siquiera supe como llegué aquí, ¿y porqué estaba usando su chaqueta?, ¿qué pasó?, ¿Cómo jodidos pudo conducir si también se drogó?, mientras caminábamos hacia la entrada, mis dedos jugaron con el zipper de su chaqueta y descubrí que no traía mi prenda superior, no había blusa, era obvio lo sabía, siempre que salía de fiesta con Louis mis prendas se perdían.
-Lena, ya era hora -dijo la chica de melena rubia y ojos verdes que abrió la puerta. -puedes marcharte. -Le gruñó a Louis, yo sólo reí.-Te veo mañana, no olvides nuestro trato. -dijo el castaño, dándome un beso rápido en los labios.
-¡Lárgate! -le grité mientras me encontraba en camino para el sillón o lo primero que se me cruzara.
¿QUÉ TAL?, ESA MANCUERNA LOUIS-LENA NO TRAERÁ NADA BUENO, LENA TIENE SERIOS PROBLEMAS, Y NIALL TAMBIÉN LOS TENDRÁ SI DECIDE QUEDARSE A SU LADO.
¿VOTARÍAN? ¡SÍ! SOLO PRESIONEN LA ESTRELLITA, POR FAVOR.