-¡Amor, no te olvides de nada!- le grité a Rubius. Era el día de la mudanza. Mis padres nos ayudaron un poco con la recaudación de la plata, ya que el folleto decía un precio anterior al actual. No era mucha la diferencia, pero de todos modos no nos quedo otra que pedirles algo de dinero.
-Listo _____. Ya está. No queda nada- lo besé. Una nueva vida nos esperaba en esa casa. Tal vez no era la mejor manera de solucionar las cosas, pero era bueno para nuestra salud y para nuestra reputación.
Sonrió. Tomamos nas valijas y las subimos al camión que nos esperaba en la puerta. Subimos a un auto que estaba detrás de este y nos fuimos. No saqué la vista del espejo retrovisor. Nuestra casa quedaría en el olvido, con sus buenos y malos recuerdos. Pensar que allí había conocido a Rubius, nos habíamos casado y ya se cumplirían cinco años de nuestra relación. Muchas cosas habían sucedido allí, y ahora quedarían en el recuerdo.
-Hey ______, ¿en qué piensas?- Rubius me tomó de la mano.
-¿Crees que es bueno esto?.
-Si,¿por qué lo preguntas?.
-¿De qué escapamos?¿Acaso ellos han ganado?.
-No. Solo les demostramos que no nos interesa lo que digan de nosotros y que a pesar de todo, seguímos con nuestras vidas.
-Si, tal vez.....-miré por la ventana. Nos alejábamos de la ciudad. Pasamos por un gran camino de tierra, luego nos adentramos en el bosque. Era un bosque sombrío y tétrico. Los pájaros cantaban, pudimos ver algunos pequeños animales y nada más. El silencio era increíble, por fin podría leer las novelas que tanto amaba, sin interrupciones (excepto por las de Ruben, obvio).
El camión tocó bocina. Habíamos llegado. El auto paró y bajamos. La casa era igual a la del folleto. Era grande, totalmente de madera. Las ventanas eran enormes, unas cortinas negras podían verse desde el exterior. El umbral estaba protegido por un techo y la puerta era metálica. Le sacaba lo natural a la casa, pero era perfecta. El techo era todo de cristal. Lleno de ventanas pequeñas, donde entraba el sol al piso de arriba. Una pequeña chimenea sobresalía. Al lado de ésta un gato caminaba tranquilo.
-Parece que Raspberry y Hatchi tienen un nuevo amigo- bajaron lentamente del auto. El gato se les acercó y los "saludó"- si, parece amigable.
-¿Quieren conocer su nueva casa?- el arquitecto se nos acercó. Rápidamente asentimos. Nos dirigimos a la puerta y el hombre abrió con suspenso- Bienvenidos a su nuevo hogar- típica frase de hombre que quiere propina.
-Rubius, es...es....
-Hermosa- entramos y un gran salón se imponía ante nosotros. Una enorme escalera estaba de costado. había cuadros de familias anteriores colgados. Se veían fotos viejas ya que estaban en blanco y negro. A la derecha del salón, había una cocina, era pequeña. Tenía una encimera, una heladera antigüa y una mesa. En la cocina, había una pequeña puerta trasera que dirigía al bosque.
-Allí afuera está el baño- miramos al hombre- tienen que caminar unos veinte metros y podrán ver un pequeño cuarto con el inodoro.
-¿Tengo que caminar por el bosque para cag...-codeé a Ruben. El y su vocabulario.
Seguimos recorrieno. Subimos al otro piso y pudimos apreciar el techo de crital. Nuestra habitación estaría allí. Había dos camas, una matrimonial y otra común. Un pequeño baño con la ducha y un espejo (porque el inodoro extrañamente estaba en el bosque) y un sector del techo de cristal era de espejos.
Terminamos de arreglar algunos asuntos con el arquitecto, descargamos el camión y se fue. Estábamos solos en nuestra nueva casa. Subí a nuestra habitación y me tiré en la cama. Estaba justo debajo de los espejos. Rubius se acercó y se subió encima mio.
-Quiero estrenar esos espejos- me dió un beso en el cuello.
-No te cansas de ser pervertido ¿no?.
-¿Cómo no serlo contigo?- me besó y me dejé llevar. Pero algo me incomodó mucho mientras teníamos relaciones. Y es que estaba segura de que alguien nos estaba observando desde el exterior.
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El Bosque (Rubius Y Tu)
RomanceRubius y _____(TN) decidieron mudarse lejos de la ciudad, los ruidos y sus carreras de YouTubers, y qué mejor que el bosque. La falta de privacidad, los malos dichos y las falsas verdades, les ha hecho tomar ésta difícil decisión. Lo que no saben, e...