Capítulo 8: el llamado de auxilio

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Ruby había encontrado una gran familia de conejos. Me dió mucha lástima, claro que ella no tiene los mismos sentimientos que yo. Su estómago actuó antes que su corazón ya que apenas vió uno lo mató de un zarpazo. Lo devoró a los dos bocados, me miró espectante para ver si yo hacía lo mismo que ella, pero al ver que no, mató a otro y me lo acercó.

-¿Asi?¿Crudo?- si quería no morir de hambre no me quedaría otra opción. Además, tenía una idea terrible en la cabeza. El día en que Ruby y yo no encontremos comida, yo sería su comida......debía comer ese maldito conejo. Me daba asco comerlo crudo, pero no creo que en el medio del bosque pudiese encontrar un horno eléctrico o algo parecido- De acuerdo, allá va- le pegué un pequeño mordisco. La verdad es que no sabía tan mal, al principio estaba dura, pero luego un sabor como a pollo ocupaba mi boca. No estaba segura si era porque tenía hambre, pero no me molestó comerlo.

De a poco, le quité la piel y el pelaje, dejando a la vista los músculos de lo que solía ser un conejo. Ruby estaba comiendo su tercer conejo, pero a mi con uno me bastaría. Lentamente lo fui comiendo, casi hasta llegar a sus huesos.

-No ha estado mal Ruby.¿Tu has comido bien?- sacudió su cabeza, lo tomé como un "si". Pero algo distrajo su atención.

En un abrir y cerrar de ojos, la vi que salió disparada a un sector de los arbustos. Creí que al rato volvería con otro conejo, pero me preocupé cuando noté que no volvía. Caminé hacia el sector donde había ido. La llamé, pero nunca apareció. Pude ver sus huellas en el barro húmedo, las seguí.

Los arbustos llegaban hasta un punto, luego era todo tierra, sin ninguna planta. Allí la vi, rasgando un sector de la tierra. Me acerqué a ella y pude notar que estaba al borde de un gran precipicio. Desesperada rasgaba la tierra como un perro, logró hacer un pozo, pero no había nada en él.

-¿Qué te sucede Ruby?- le pregunté. Me asomé por el precipicio pero no pude ver nada-¿Qué hay enterrado linda?.

Me miraba, esperaba que la ayude. Intenté cavar junto a ella, habremos estado unos quince minutos, pero no sacábamos nada más que tierra.

-Ruby aquí no hay nada, y no tengo tiempo para jugar. Quiero encontrar a Rubius e irme de este maldito bosque. No puedo quedarme contigo a jugar al perro- volvió a mirarme, esta vez estaba enojada. Comprendió lo que le había dicho. Camino lentamente hacia mi, acorralándome entre el precipicio y ella. No podía hacerme más atrás, de lo contrario me caería- Ruby no. Por favor, me matarás- nuevamente vi que sus ojos verdes estaban posados sobre los míos. Rugió y su rugido retumbó a lo largo del precipicio.

-¡Ayuda!- un grito provenía de lo más profundo del precipicio. Era la voz de un hombre.¿Pero cómo podía ser?. Solo podía ver oscuridad y nada más.

-¡Escúchame Koby!¡Si eres tu no es gracioso!¡Ya deja de molestar!.

-¡No soy Koby!- escuché- ¡Quién quieras que seas ayúdame!- Por Dios. Alguien estaba atrapado en alguna parte de allí abajo, la pregunta era dónde.

-Eso era lo que intentabas mostrarme Ruby- volvió a cavar en el pozo- Si estás cavando es porque el hombre no está muy lejos. Vale, te ayudaré- y comencé a cavar.

El Bosque (Rubius Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora