CAPÍTULO 23

801 66 0
                                    

Evan tenía razón, ya no me siento al borde de la locura, es verdad que no puedo dormir, y solo doy de vueltas en la habitación, me siento intranquila, pero no se compara nada a lo que me pasaba en casa de mi padre, me senté un minuto en la cama para volver a admirar la foto de nuestra infancia, además ya falta muy poco para el amanecer, Evan no debe tardar en regresar, en ese momento escuche un golpeteo en la ventana, voltee de inmediato ya que pensé que era Evan, y así es, pero algo no está bien.

Rápido corrí a abrir la ventana, lo ayude a entrar, ya que el apenas puede, luego lo recosté en su cama.

—¡¿Pero qué...— El hizo un gesto para que no hable, y recordé que su mamá podía escucharme, así que baje la voz—¿Que te paso?— De solo mirarlo es obvio que está mal

Se ve pálido, tiene la ropa cubierta de sangre y se está sujetando el brazo izquierdo con un pedazo de su camiseta rota, me imaginó que quizá un auto lo arrollo de regreso a casa, pues en el bosque no hay nadie que le pueda hacer daño, a menos que Leander lo haya hecho.

—Evan ya dime algo, ¿Que tienes en el brazo?—quito su mano y el pedazo de tela, la herida es impresionante, baja desde su hombro hasta el codo, la profundidad me permite ver partes de su hueso, si el corte hubiera sido horizontal, seguramente habría perdido el brazo, ¡el corte! ¡Sí, esto parece un gran corte! ¿Pero quién?

—Evan tenemos que ir al hospital, esto es grave—estoy muy nerviosa

—Lo sé, pero esperaremos hasta que mi madre se vaya a trabajar—dijo con dificultad

—Pero igual se enterara, mejor baja de una vez, ya buscarás una explicación después—no puedo seguir viéndolo así, creo me voy a desmayar

—Está bien, ya sé, rompe el cristal de la ventana—dijo

—¿La ventana?

—Sí, creerá que me corte con los vidrios rotos— se levando de la cama para acercarse a la ventana

—¿Con que la rompo?

—Tengo un bate de madera en mi armario, golpéala con eso—dijo señalando el armario

—Si

Abrí el armario y saque el bate, me acerque a la ventana y la golpee con todas mis fuerzas, pero apenas se estrelló.

—Vamos Aileen solo un golpe más— dijo Evan, y note que su brazo empezó a sangrar más.

Me puse más nerviosa y volví a golpearla, por suerte esta vez sí se rompió e hizo un gran estruendo, enseguida escuche que la madre de Evan viene rápidamente por las escaleras, no me percaté de que tenía que esconderme hasta que casi abrió la puerta, así que corrí y me oculte en el armario junto con el bate.

—¡Evan que paso!— dijo su madre al entrar a la habitación ver la ventana rota y a su hijo herido.

—Tropecé con algo y choque con la ventana, se rompió y me corto—dijo mientras su madre le revisa el brazo

—No puede ser Evan ven vamos rápido al hospital—lo ayudo a caminar, pues está débil

Una vez que salieron de la habitación salí del armario y baje sin que su madre me viera, luego salí de la casa mientras ella buscaba su bolso.

Una vez afuera espere a que salieran y me acerque como si acabara de llegar.

—¡¿Evan qué te pasó?!—actué sorprendida

—¿Quién eres tú?— me pregunto su madre.

—Es una amiga, ¿Puede ir con nosotros al hospital?—respondió Evan

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora