Un día para sonreír

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Me desperté sobresaltada por la alarma, era demasiado temprano para mi gusto, en vacaciones despertaba a las nueve ahora por el inicio del año escolar me tocaba despertar a las seis, porque tenía que ducharme, desayunar y llegar a la parada del bus escolar, que bastante temprano que estaba ahí.

Me pare de la cama a rastras, no tenía ánimos de hacerlo, entre al baño y tome una ducha, para ir a la escuela la única ventaja es que usábamos uniformes, era una falda color negra, una camiseta blanca con corbata roja con negro y unas medias largas, esto me hacía mucho más fácil cambiarme sin tener que pensar en que me iba a poner. Me cambie rápido y me hice una media cola en el cabello y tome mis lentes de la mesita de noche.

Ayer había organizado mis útiles y solo era cuestión de tomar mi mochila e irme a desayunar, que ya mamá siempre lo tenía preparado junto con mi lunch, era muy extraño yo comer en el comedor escolar por lo complicada que soy con la comida. Mamá me preparo de desayuno un jugo de naranja con un sándwich y de lunch un arroz primaveral y carne de cerdo.

mi hermano había llegado anoche muy tarde y no pude verlo, pregunte a mamá por él y me dijo que cuando volviera de la escuela de seguro estaría despierto, ya solo le quedan algunos días aquí y quería disfrutar de él lo que más pueda.

Me despedí y salí a toda prisa de la casa, eran ya las 7:10 y el bus pasaba cinco minutos más tarde, bueno, aunque me quedaba casi al frente la parada era mejor darme prisa antes de que este me dejara.

Era muy de costumbre ponerme audífonos para ir a la escuela, en ese momento los necesitaba más que nunca, sabía que sería un día difícil por los comentarios o las miradas extrañas de los demás. Pero eso era lo que menos me preocupaba, ayer entendí que debo vivir para mí sin pensar en lo que digan los demás.

Llegue a la parada de mi autobús y ya estaban algunos chicos en la espera, en menos de dos minutos el bus había llegado y no muy bien me acerco y ya estaban vociferando algunas cosas que no podía entender porque tenía la música muy alta.

Siempre me siento en los primeros lugares junto a un chico afroamericano que se llama Jonás, esta vez él había colocado su mochila en modo de que estaba ocupado, entendí la señal y continúe avanzando a uno que estaba vacío. Desde ese momento ya sabía que todos en la escuela se habían enterado de lo que ocurrió.

Llegamos a la escuela, para ser un inicio de año escolar, había demasiados estudiantes como de costumbre. Mi escuela era una High School normal, contaba con un campus muy amplio y era muy privilegiada en el área por los grandes atletas y por el mejor equipo de fútbol de las preparatorias de Virginia, no era mal ambiente hasta que hacías algo malo y estabas en boca de todos.

Bajé del autobús y comencé a caminar en dirección al salón de conferencias, cada año siempre se da una charla de orientación para los de nuevo ingreso y para dar las normas de la institución. Que ya sabemos que casi nadie cumple, creo que el director mal gasta su tiempo con personas que no escuchan.

Mientras caminaba por el pasillo de la biblioteca divise a Tyler y a sus amigos, pensé en devolverme, pero, continúe caminando era ahora o nunca. O'Neal se me poso en frente con cara burlona y deletreo la palabra C-O-C-H-I-N-A, mi reacción fue seguir el paso más rápido, pero me pusieron el pie para que me tropezara, caí de golpe al suelo y todos empezaron a reírse incluyendo a Tyler que se me acerco, removió mis audífonos y dijo.

-Espero que te sientas mejor del estómago, porque mentalmente ahora es que comienza tu pesadilla. Comenzó a reírse igual que los demás.

No tenía como defenderme, me sentía atrapada, saben pensé tener a Tyler cerca algún día, pero no de esta forma. Amenazándome e intimidándome.

DesconocidosWhere stories live. Discover now