CELOS

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—Estas siempre están igual, se supone que debíamos estar todos aquí hace ya media hora —se quejaba el tailandés. Todo el grupo estaba esperando frente a la entrada del parque de atracciones a la llegada de Jisoo, Rosé y Yuqi.

—¡Hola chicos! —saludó Jisoo con su característica sonrisa. Tras esta iban las otras dos. Fruncieron el ceño al ver cómo según se acercaban, los rostros de sus amistades las observaban con cierta molestia.

—Eh... ¿Y esas caras? —preguntó Rosé, sin entender.

—Media... ¡Media! —protestó Lisa, de la nada.

—¿Media qué? Relájate, por el amor de Dios —respondió la pelirosa.

—¡Que nos tuvieron esperando media hora aquí, maldita sea! —se quejó.

Las tres se sobresaltaron por la actitud de la rubia.

—Es que Yuqi tardó mucho en prepararse —se excusó Jisoo. Rosé asintió y la nombrada las miró en desacuerdo.

—Primero... Hola, yo soy Yuqi —Los demás hicieron un ademán respondiendo al saludo—. Segundo... No me carguen el muerto a mí, ustedes saben que vinieron a buscarme tardísimo —se defendió esta.

—Tranquila, te creemos Yuqi —dijo Jimin. Las otras dos pusieron una mueca de indignación.

—Ya no intenten hacerse las víctimas y entremos ya —habló Irene, y todos asintieron dirigiéndose a la entrada.

Cogieron camino, en primer lugar, a la nueva sección de atracciones recién abierta.

—¿Alguien se subirá al devora almas ese del que todos comentan? —preguntó Roxy, emocionada.

—Por supuesto, dicen que es la montaña rusa más sorprendente que han construido hasta la fecha —respondió Jackson.

—Sí, supuestamente es la más grande de California por lo que tengo entendido —añadió Taehyung.

—¿Tú montarás, Jess? —preguntó la rubia.

—Por supuesto, yo eso no me lo pierdo por nada —respondió enérgica.

—Pues yo creo que te esperaré abajo —comentó Lisa.

—¿Por qué? ¿No quieres montar conmigo?

—No, no es eso... Es que le temo un poco a las montañas rusas y demás —confesó esta.

—Sí, es cierto, Lis siempre ha sido una miedica —se burló Roxy.

—¡Eso no es cierto, yo no soy ninguna miedica! —contestó ante las risas de la más joven.

—Ya, claro, por eso cada vez que ves alguna te mareas tan solo verla. No te hagas la dura porque estés frente a ella —habló, señalando a Jennie.

—Lisa, no es por nada, pero Roxy tiene un poco de razón... —añadió Rosé.

—Miren, ¿saben qué? Les voy a callar la boca a todos —dijo, harta de las burlas de sus compañeros.

—Bizcochito, si tienes miedo no pasa nada —alentó, aguantando las ganas de reír. Lisa la miró frunciendo el ceño.

—¿Tú con quién estás? Se supone que me tienes que defender de estos idiotas.

—Es cierto... ¡Bueno, ya paren de reírse de ella por miedica! —Todos comenzaron a reír. Lisa dejó de caminar, separándose de la castaña—. Estaba bromeando, no te enfades, bizcochito —Esta la ignoró y siguió caminando, liberándose de su agarre.

—Ya verán, me montaré y los haré tragarse sus palabras. Y a ti... —Señaló a Jennie—. Que no se te olvide la apuesta... —amenazó esta.

Sólo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora